¿Alguna vez has dicho “mañana me despierto más temprano y hago ejercicio?
Si lo has intentado, probablemente una de las razones por las que ha sido difícil cumplirlo es esta:
Porque estás intentando formar un hábito nuevo (ejercicio) sobre una conducta que aún no has incorporado en tu rutina (despertarte más temprano).
Lo mismo sucede cuando te propones empezar a realizar cualquier otra conducta de forma consistente.
Por ejemplo, si deseas “comer más sano”, probablemente debas formar múltiples hábitos como:
“Comprar comida saludable”
“Ponerla en un lugar visible en tu refrigeradora” y
“Usarla en los momentos que cocines”
Para lo cual necesitarás nuevas recetas.
Si lo notas, cuando no logras cumplir con lo que te comprometes, no solo es por “falta de voluntad” o “ganas”.
Muchas veces es porque estás intentando cambiar una serie conductas habituales a la vez - cuando solo cambiar una ya es suficientemente complejo.
¿Esto quiere decir que no es posible cambiar y lograr lo que te propones? Al contrario, es muy posible.
Sin embargo, para hacerlo, es necesario hacer las cosas de forma diferente
¿Cómo?
Para empezar, debes recordar que es importante formar nuevos hábitos sobre hábitos ya existentes.
Esto quiere decir, por ejemplo, que en lugar de decir "mañana me despierto más temprano y hago ejercicio”, puedes cambiar tu enfoque a:
“Mañana, cuando me despierte, haré el ejercicio que me sea posible”.
No pretendas modificar dos conductas a la vez, mejor prioriza aquella que puedes realizar Inmediatamente después de una que ya sea un hábito.
Despertar, en este caso, ya es un hábito (independiente de la hora), por lo que puede ser una base sólida sobre la cual formar un nuevo hábito (hacer ejercicio).
Y, mejor aún si el ejercicio es algo “diminuto” - como le llama BJ Fogg en su modelo de “Tiny Habits”.
Como por ejemplo, hacer solo tres planchas o diez sentadillas.
Lo importante es que no sea algo complejo para evitar que dependa de nuestro nivel de motivación.
De lo contrario, solo lo haremos los días que estemos motivados.
Una vez que la conducta “diminuta” ya sea un hábito (lo sabrás porque ya no te va a costar hacerlo), puedes agregarle repeticiones o nuevas conductas.
Puedes usar este proceso para cualquier conducta que desees incorporar.
Ya sea empezar a meditar, estudiar inglés, avanzar tu tesis, escribirle más a tus amistades, llamar más padres o limpiar la casa.