El delirium o estado confusional agudo se enmarca dentro de los grandes síndromes geriátricos, no solo porque su incidencia y prevalencia aumentan con la edad especialmente entre los 75-80 años, sino también porque se presenta como resultado de enfermedades o problemas de la vejez. Por otra parte, los signos y síntomas del delirium suelen ser muy similares a los de la demencia, por lo que en ocasiones pueden llegar a confundirse y generar un diagnóstico errado.
Por esto, es importante que conozcan cuáles son las características del estado confusional agudo en los ancianos para que puedan estar alerta y ayudarle a los profesionales médicos a hacer un diagnóstico preciso y prescribir el tratamiento adecuado; ya que, si bien el delirium es reversible y no es un factor de riesgo o una causa de demencia, lo pueden presentar los ancianos que ya padecen demencia.
Por otro lado, si no se hace un diagnóstico y un tratamiento oportuno y correcto, esto puede acarrear graves consecuencias para el anciano, tales como daño cerebral permanente o incluso la muerte.
El delirium o síndrome confusional agudo puede ser el primer signo o síntoma del fallo de la función cerebral. Además, cuando se presenta en el anciano es porque ya existe de base una enfermedad física grave o una complicación seria de una enfermedad o de su tratamiento. Generalmente el delirium es un proceso agudo y los signos y síntomas se presentan de forma súbita, en unas pocas horas o días, pero también pueden ir desarrollándose en el tiempo, hasta tres meses.
Es muy frecuente que se presente con unos síntomas previos como intranquilidad, hipersensibilidad a los estímulos visuales y auditivos, e inversión del ritmo sueño-vigilia, así como insomnio y pesadillas.
Las manifestaciones clínicas del delirium van cambiando a lo largo del día.
Los síntomas del delirium son variables e intermitentes, con fluctuaciones durante el día; pero durante la noche éstos empeoran o se incrementan debido a la oscuridad del ambiente o a que las cosas que percibe el anciano (como la hospitalización), son poco familiares1 para él. Tanto en el día como en la noche, los comportamientos de somnolencia, hipervigilancia, despertar y agitación pueden ocurrir de minutos a horas.
Es importante tener en cuenta que las manifestaciones clínicas del delirium van oscilando a lo largo del día, para que no se confundan cuando su familiar pase de un estado a otro.
Manifestaciones clínicas
Delirium hipoactivo: En este estado el anciano está aturdido, apático, retraído; y presenta movimientos lentos y somnolencia.
Delirium hiperactivo: Cuando el anciano está en este estado, presenta alucinaciones y cambios rápidos en el estado de ánimo; se encuentra inquieto, agitado e hipervigilante.
Delirium mixto: Incluye las dos formas clínicas anteriores, es decir que las variaciones de un estado a otro suceden con bastante rapidez
Características Principales
Las características claves del delirium son: su inicio agudo, la falta de atención que presenta el paciente y su curso fluctuante con síntomas que tienden a aparecer y desaparecer o aumentar y disminuir en gravedad o severidad, durante un período de 24 horas2.
En términos generales, el delirium genera en el anciano alteraciones a nivel emocional y comportamental, dificultades en la orientación y la evocación; también, provoca un desorden global de la cognición y la atención, disminución del nivel de conciencia, incremento o disminución de la actividad psicomotora y trastorno del ciclo sueño-vigilia. Además, puede ir acompañado de trastornos de la percepción como alucinaciones visuales y auditivas3.
A continuación les menciono las características específicas que deben tener en cuenta para reconocer e identificar el estado confusional agudo o delirium en los ancianos4:
Comienzo agudo, con fluctuaciones a lo largo del día y frecuente empeoramiento durante la noche (por lo que es importante interrogar a familiares y cuidadores).
Inversión del ritmo sueño-vigilia.
Desorientación en tiempo y espacio.
Oscurecimiento de la conciencia y alteración de la atención. Presentan incapacidad para mantener la atención ante un estímulo externo, se distraen fácilmente y no siguen órdenes.
Deterioro de la memoria a corto plazo.
Alucinaciones, principalmente visuales, o malinterpretaciones que con frecuencia no recuerdan posteriormente. Éstas se exacerban de noche y son vividas con miedo y angustia.
Ideas delirantes de persecución (creen que les envenenan la comida o que el personal de enfermería les quiere hacer daño).
Alteración del nivel de actividad, con agitación, vagabundeo o intranquilidad que se alterna con somnolencia y letargo. Repiten actividades ocupacionales previas.
Alteraciones del lenguaje, el cual se torna vago e incoherente.
Pensamiento desorganizado, fragmentado y distorsionado.
Mezclan experiencias del pasado con el presente y distorsionan la realidad.
Existen periodos de lucidez.
Humor variable, con frecuencia hay miedo y ansiedad.
Conducta desafiante hacia las personas que están a su alrededor.
Puede aparecer ansiedad o miedo, depresión, irritabilidad, euforia y apatía.
Las edades avanzadas aumentan el riesgo de delirium en la persona.
Factores de riesgo.
Hay que sospechar de delirium cuando el paciente o anciano presenta un rápido deterioro en su estado mental5; ya que el delirium no es una enfermedad, sino que es un síntoma o una manifestación clínica de una enfermedad o tratamiento de base, y por lo tanto, es necesario buscar la causa que lo ha desencadenado.
Los factores de riesgo para que se presente un delirium son múltiples, y es muy difícil de determinar cuántos de estos factores de riesgo deben estar presentes para que aparezca; pero lo que sí está claro es que uno de los factores de riesgo principales del delirium es cualquier condición que resulta en una estancia en el hospital, especialmente en cuidados intensivos o después de una cirugía, al igual que ser residente en un hogar de ancianos. Con respecto a esto, se ha encontrado que el delirium se da en el 22% de los pacientes adultos mayores durante el ingreso a un hospital y en un 31% durante la hospitalización; y en el caso particular de las personas que ingresan por fractura de cadera, se da entre un 28% a un 61% de los casos.
Otras condiciones que aumentan el riesgo de delirium son:
Los trastornos cerebrales como la demencia, accidente cerebrovascular y enfermedad de Parkinson.
Edad avanzada, ser de mayor edad.
Haber tenido episodios de delirium anteriores.
Deficiencia visual o auditiva.
Tener múltiples problemas médicos.
¿Cuáles son las causas del delirium o estado confusional agudo?
El delirium se produce por el deterioro en el envío y recepción de las señales cerebrales. Este deterioro se produce por una combinación de factores que vuelven al cerebro vulnerable, lo cual provoca un mal funcionamiento en la actividad cerebral. Puede tener una causa o varias, como por ejemplo una enfermedad junto con la toxicidad de un medicamento, sin embargo, y a pesar de su carácter reversible, en muchas ocasiones no se logra identificar una causa específica.
Dentro de las causas que pueden provocar un delirium se incluyen:
Neurológicas: Traumatismo cerebral, accidente cerebro vascular, epilepsia, hematoma subdural, absceso cerebral, tumor cerebral, hemorragia subaracnoidea, etc.
Alteraciones metabólicas: Hipoxia, hiperglicemia, hipoglicemia, insuficiencia renal, alteraciones tiroideas, etc.
Enfermedades cardiorrespiratorias: Insuficiencia cardiaca, infarto de miocardio, embolia pulmonar, etc.
Infecciones: Infección urinaria, neumonía, colecistitis, etc.
Algunos medicamentos o la combinación de varios medicamentos: Los cuales producen un efecto colateral en el organismo, como por ejemplo los anticolinérgicos, hipnóticos, sedantes, tranquilizantes, antidepresivos, analgésicos, medicamentos para el asma, medicamentos para la alergia (antihistamínicos), para el espasmo y las convulsiones; antidepresivos, antimicrobianos, medicamentos para enfermedades cardiovasculares, relajantes musculares, anti-parkinsonianos; sobredosis o privación de alcohol o benzodiacepinas, antihipertensivos, antiarritmicos.
Alteraciones ambientales: Cambio de residencia o de casa, traslado a un hospital o cambio de cuidadores.
Otros: La falta de sueño o estrés emocional severo, el dolor, una cirugía u otros procedimientos médicos que incluyen la anestesia o la exposición a una toxina, la desnutrición o deshidratación.
el tiempo de recuperación para el delirium suele ser corto.
Complicaciones
El delirium puede durar sólo unas pocas horas o días, o varias semanas o meses; pero si se abordan las causas que lo están provocando, el tiempo de recuperación suele ser corto. Por otro lado, la evolución y recuperación depende mucho del estado de salud física y mental del anciano. No obstante, así se trate de forma correcta y oportuna, el grado de evolución y recuperación no siempre es favorable, ya que hay diversos factores que pueden llegar a complicar el cuadro clínico y, en muchas ocasiones, el desenlace puede ser la muerte del anciano.
Con respecto a las personas que padecen demencia, la recuperación y el pronóstico es muy poco favorable, pues el delirium es un síntoma relacionado con una enfermedad previa, en este caso la demencia; lo que conlleva a que la recuperación de los procesos de pensamiento y memoria se afecten aún más, al punto de llegar a generar una disminución global y significativa en dichos procesos cognitivos.
Por otra parte, se ha encontrado que las personas que padecen enfermedades graves, crónicas o terminales no pueden volver a recuperar en su totalidad las habilidades previas que tenían a nivel cognitivo y además tienen una probabilidad muy alta de que el delirium les provoque:
Disminución general de su estado de salud.
Mala recuperación de una cirugía.
La necesidad de que sean atendidos en un centro institucional.
Aumento del riesgo de muerte, especialmente cuando se presenta el delirio hipoactivo.
Tratamiento
El primer objetivo del tratamiento es tratar las causas subyacentes o factores que han desencadenado el delirium, como detener el uso de un medicamento en particular o el tratamiento con el que se está tratando una infección, con el objetivo de lograr que tanto el cuerpo como el cerebro vuelvan a recuperar su equilibrio.
También se pueden administrar medicamentos para disminuir el dolor que está generando el delirium o para calmar la agitación e intranquilidad, o para controlar las alucinaciones, etc. Una vez controlados los síntomas del delirium, se reducen o retiran los medicamentos. Hay que tener en cuenta que muchas veces la evolución del delirium no va en forma paralela con la enfermedad que lo ha provocado, sino que éste puede llegar a demorarse en remitir.
Además del tratamiento farmacológico, es muy importante que los familiares participen en él, debido a que la presencia de los cuidadores y la familia les ayuda mucho a tranquilizarse. También, es importante evitar el cambio de entorno.
Adicionalmente, se deben llevar acabo otras medidas con el objetivo de evitar complicaciones como:
Proporcionar una adecuada alimentación e hidratación.
Ayudar con el movimiento.
Proteger la vida área.
Evitar lesiones, por ejemplo colocando las barras laterales de la cama.
Evitar los cambios en el entorno cuando sea posible, ya que esto les ayuda a que se puedan orientar. Cuando están hospitalizados hay que intentar que estén en un ambiente lo más tranquilo posible, sin estímulos excesivos, con una iluminación adecuada y, si es posible, se pueden colocar objetos que sean familiares para el anciano, como fotos familiares o decorativos.
Prevención
El factor más importante de prevención es llevar acabo todas las medidas que sean necesarias para prevenir los factores de riesgo del delirium o estado confusional agudo; así que, en la medida de lo posible cuando alguno de vuestros familiares mayores se enfermen, deben minimizar o evitar el uso de medicamentos como sedantes, anticolinérgicos y narcóticos, y mantener una buena hidratación y oxigenación.
Si en cualquier momento hay alguna complicación en el estado de salud, debe tratarse lo antes posible y contar con los cuidados del personal especializado necesario como el de enfermería, quienes deben tener un manejo cuidadoso y continuado del familiar enfermo.
También, es importante que el ambiente físico en el cual está el enfermo, sea tranquilo, con una iluminación adecuada, sin ruidos fuertes y que tenga elementos que le ayuden al enfermo a orientarse en el espacio y en el tiempo, para esto se recomienda poner un reloj y un calendario. Otro factor de prevención a tener en cuenta, es promover o garantizar patrones de sueño adecuados, pues se ha demostrado que reducen la incidencia del delirium.
Como se mencionó anteriormente, los familiares y cuidadores son muy importantes para la prevención y el tratamiento del delirium, además son ustedes los que deben estar alerta ante cualquier signo o síntoma que les indique que su familiar está presentando un delirium e informar inmediatamente al personal médico con la mayor precisión posible, para que puedan hacer un diagnóstico correcto y plantear el tratamiento correspondiente.