Diez datos científicos que comprueban el amor


Desde tiempos inmemoriales algunas manifestaciones sobre el amor han terminado por ser una alusión poética a lo que se entiende por enamorarse, sin embargo, la ciencia lo explica con base en estudios. Las famosas mariposas en el estómago, el corazón acelerado, el rubor en la cara, las manos temblorosas y la sensación de felicidad que nos embarga ante la presencia o el solo recuerdo del ser amado, se corresponden con datos científicos sobre el amor.

Sí, según datos de la ciencia, el amor se manifiesta en hormonas, sustancias bioquímicas y expresiones físicas que ocurren cuando nos sentimos enamorados, no obstante, hay quienes piensan que el amor no es más que un impulso básico y determinativo en la vida de las personas.

¿Qué dice la ciencia al respecto? Hay datos que demuestran científicamente su existencia y sus variaciones.

Hay diferentes posturas científicas, aunque todas coinciden en que el amor encierra una serie de manifestaciones, medibles y objetivas.
1. El vínculo del amor surge a partir de la secreción de ciertas sustancias.

Helen Fisher, antropóloga e investigadora del tema, afirma que hablar del amor no es más que referirse a un impulso básico. Es posible identificar en el cerebro de la persona enamorada gran cantidad de feniletilamina, sustancia responsable de los cambios fisiológicos como taquicardia, sudoración y mejillas sonrosadas.
2. El amor es una especie de droga, capaz de generar adicción a quien la experimenta.

Al enamorarse y segregar dopamina se produce excitación, placer y sensación de plenitud. Enamorarse activa las mismas áreas que cuando la persona ingiere alcohol o fuma tabaco.
3. El amor a primera vista existe.

La atracción física es la liberación de dopamina que en el caso de los hombres activa las áreas visuales y en el caso de las mujeres las auditivas, de modo que ellas se enamoran según lo que escuchen y ellos según lo que vean.
4. El ser amado es objeto de obsesión.

El efecto de los neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina que se activan con el enamoramiento nos lleva a focalizar nuestra atención en el ser amado. Se activan áreas de la memoria que nos permiten recordar hasta detalles ínfimos, el amor se intensifica y nos volvemos obsesivos con esa persona, objeto de nuestro amor.
5. El amor es ciego.

Las regiones del cerebro del lóbulo frontal, implicadas en el razonamiento y la lógica se desactivan en la fase de la pasión inicial, por ello se habla de la ceguera de quien está enamorado.
6. Los amores contrariados se vuelven los más arraigados.

La dosis de dopamina, la hormona del amor, aumenta con la adversidad, lo que se conoce como el efecto Romeo y Julieta, por eso cuando hay obstáculos el amor se robustece. Los amantes sienten más intensamente la atracción, debido a que la dopamina es también la hormona de los logros y al no alcanzarse el objeto amado se segrega con más intensidad, por ello muchas veces las pasiones se desbordan.
7. La llama del amor se desvanece.

Con el transcurrir del tiempo, la secreción de dopamina empieza a disminuir, esa embriaguez que produce la química del amor deja el paso a lazos de afecto, que se originan en calma y sosiego. Es el amor maduro el que surge, por ello si sentimos que se acabó la magia, es el amor que está evolucionando.
8. El dolor de la ruptura.

Al separarse o experimentar la ruptura, esos primeros días lo sentimos como un dolor físico, nos falta el aire y tenemos una gran ansiedad. Es la caída de la feniletilamina, y esto es literalmente un síndrome de abstinencia. ¿La recomendación? Manejarse como con las adicciones, cero contactos, suprimir cualquier estímulo que le recuerde al ex y comer chocolate. Sí, leíste bien, este alimento es rico en feniletilamina, por eso te sentirás mejor.
9. Del amor al odio solo hay un paso.

Según estudios, el amor y el odio, cuando se trata de parejas, están íntimamente ligados porque producen las mismas sustancias, de ahí que solo baste un detonante para pasar de un sentimiento al otro con relativa facilidad.
10 La experiencia sexual en la mujer aumenta las posibilidades de enamorarse.

Durante el sexo se activan las áreas de liberación de dopamina, lo que resulta considerablemente más extensa en la mujer, 70 por ciento más grande que en el hombre, esto explicaría que la mujer se involucre afectivamente con mayor frecuencia después de un encuentro sexual.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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