Cuánto debería ahorrar antes de renunciar?

Seguramente todo empezó con un artículo o libro al que llegaste.

Iniciar un negocio… Nunca lo habías pensado o considerado, pero cuando lo hiciste se despertó una chispa en tu interior. Empezaste a pensar en las alternativas. Podrías hacer más de lo que te gusta. Viajar. Pasar más tiempo en tus lugares favoritos y generar más dinero trabajando menos.

Una vez que la idea de emprender se instala en nuestra mente, no deja de crecer nunca. Cada día vemos más motivos. Tenemos más ganas, y sabemos más sobre el tema.

Pero pensar no significa que tengamos los ingresos para suplantar nuestro sueldo (¡y vaya si no estamos ansiosos por renunciar!). Entre querer tener un negocio y tenerlo hay una brecha.

¿Cuánto deberíamos ahorrar antes de renunciar para dedicarnos a emprender? ¿Qué más deberíamos hacer para prepararnos antes de dar “el salto”?
El Problema: “Mi trabajo va de mal en peor, pero no quiero cometer locuras”

Hace un tiempo me llegó este mensaje, de un miembro de la Comunidad (lo llamemos «el Sr. M»):


“Estoy hace casi 4 años en mi trabajo. La situación en mi trabajo va de mal en peor, la energía del lugar y de la gente realmente me están afectando. Me siento prisionero.

Creo que tengo toda la info y las herramientas y el potencial para crear mi propio emprendimiento, solo tengo que ordenar las ideas y ponerle un formato que se adapte a mi medio y comience a dar ingresos.

Ayer me puse una meta: en 2 meses termina un proyecto, quiero que este sea mi último proyecto aquí. Para eso pensé en ponerme a trabajar duro en preparar mi salida, y me gustaría que me digas qué es tener ingresos necesarios como para salir de mi laburo.

Necesito tu consejo emprendedor aquí. Obviamente la idea es no cometer locuras pero dar acción.”

Varias semanas después, renunció a su trabajo. Mientras escribo esto (y Uds. lo leen), el Sr. M está disfrutando de su primer semana emprendedora full-time.

Hoy quiero compartir con Ustedes lo que le contesté cuando me llegó el primer mensaje, y cuál es el sistema que seguí yo cuando estaba en su misma situación. Le será útil a quienes tienen un empleo, pero piensan a diario en dejarlo y emprender.

(Para complementar este artículo y dar los primeros pasos, puedes acceder a todo el Kit de herramientas gratis con el botón de abajo)


Una pregunta que surge seguido en los talleres es: ¿cuánto debería ahorrar antes de renunciar?
Primero lo primero: los dos números que debemos definir.

Como pueden imaginar, no hay un número exacto que se aplique en todas las situaciones. El nivel de ingresos y ahorros que necesitamos para renunciar va a variar de acuerdo a cuál es nuestra situación, cómo está conformada nuestra familia y a dónde vivimos.

Si bien no hay un número exacto qué pueda darles, sí que hay un par de cálculos que debes hacer para empezar a pensar esta decisión tan importante. Definir tus números personales es empezar a preparar el terreno de una vida emprendedora de tiempo completo.

En este caso, hay dos números básicos que necesitamos para analizar dónde estamos parados:
Ingresos y gastos mensuales actuales.
Gastos mínimos que necesitaríamos cubrir al renunciar.

Estas cifras nos permiten darle un contorno realista al salto que queremos dar, y ver qué implica realmente.
Cómo calcular estos números personales, para dejar tu empleo.
TUS INGRESOS Y GASTOS MENSUALES ACTUALES

Este número significa, simplemente, ver cuál es tu situación actual:
¿Cuántos ingresos generas cada mes?
¿Cuánto gastas? ¿En qué?

Estas preguntas nos permiten evaluar los aspectos fundamentales de nuestras finanzas: ¿estamos endeudándonos mes a mes? ¿tenemos capacidad de ahorro? ¿cuáles de nuestros gastos ocupan la mayor parte de nuestro presupuesto?

En todas las encuestas y estudios que realizamos con empleados que desean emprender, el objetivo inicial es generar un negocio que cubra su sueldo. Así que este número inicial nos permite no sólo evaluar a dónde estamos, sino también a dónde queremos ir.

¿Cómo lograr este número?
GASTOS MÍNIMOS QUE NECESITAMOS CUBRIR.

Este número requiere un poco más de análisis, ya que no se conecta sólo con lo que es, sino también con nuestras expectativas. Esta es una pregunta más avanzada: sólo la entienden aquellas personas que llevan un tiempo intentando emprender a la par de su trabajo (y no los wantrepreneurs).

La pregunta fundamental aquí es: ¿cuál es el monto de gastos mínimo que necesitarías para vivir y dejar tu trabajo? O, puesto de otra forma, ¿cuánto de tus gastos estás dispuesto/en condiciones de reducir a cambio de poder dejar tu trabajo antes, y dedicarte a tiempo completo a tu negocio?

Aquí hay tres modelos en los que podemos caer:
No voy a renunciar hasta no tener el 100% de mis gastos actuales cubiertos.
Para renunciar necesitaría que el negocio cubra mis gastos básicos, y estaría dispuesto a recortar algunos gastos “de lujo” o gustos que me doy, para poder dejar mi trabajo antes.
Puedo renunciar sin que el negocio cubra mis gastos actuales, porque tengo otros medios para sostenerme.

Para quienes están en el caso 1, las dos cifras que dijimos serán las mismas. Pueden pasar al próximo apartado. Para quienes están en el caso 3, renunciar es posible ahora mismo. La mayoría de nosotros, cae en el caso 2.

En el caso 2, necesitamos sentarnos a pensar cuáles son los gastos básicos para nosotros. Podemos reducir las idas al cine por un mes si eso nos permite dedicarnos por completo al negocio, pero no podemos dejar de comer.

Para realizar este número:
Revisa tus gastos actuales.
Marca cuáles son los básicos para ti (que no podrían cortarse ni siquiera un mes). Los normales son gastos de vivienda, ropa básica, comida, servicios, etc.
Realiza una suma del total. Si hay gastos que se dan cada un par de meses, divídelos y anota el proporcional mensual.

Ya tienes tu total mensual de gastos mínimos.

¿Ahora qué?


Para renunciar no alcanza sólo con ahorrar. También hay que poner manos a la obra en nuestro negocio.
Más allá de los cálculos: ¿por qué y cuánto emprender ANTES de renunciar?

Imagina que tienes garantizados tus ingresos básicos para cada mes del próximo año, sin necesidad de ir a trabajar: ¿te preocuparía ahorrar antes de renunciar? Probablemente no. Si lo imaginas con claridad, verás que probablemente presentarías tu renuncia ahora mismo.

Eso es lo que buscamos.

Si tu negocio está funcionando antes de que renuncies no necesitas ahorrar para sobrevivir.

Por eso el foco #1 cuando trabajamos no debe estar en ahorrar para renunciar, ¡sino en aprender a iniciar nuestro negocio! Con esto no me refiero a leer más libros, o ir a alguna charla adicional. Me refiero a dar los pasos en la práctica, crear una propuesta clara y obtener clientes.

No importa cuántos números hagas, qué nivel de ahorros tengas o cuán entusiasmado estés: hasta no generar tu primer cliente a la par del trabajo, aún no es momento de renunciar.

El primer cliente es absolutamente necesario. Más aún, creo que la señal clara de que estás en condiciones de dar el salto es que el negocio esté generando al menos un 30% de tus gastos mínimos.

Hay varias razones por las que generar esos ingresos importa:
Te obligas a dejar de postergar acciones incómodas. No puedes decir “ya lo haré cuando tenga tiempo”. Necesitarás diseñar una oferta, productos y formas de entregarlo.
Sólo al generar clientes podrás ver realmente si disfrutas emprender, y si la idea que tienes en mente es para ti.
Al pensar no en clientes ocasionales, sino en un 30% constante, te obligas a pensar como empresario realmente, y ver los sistemas detrás de los ingresos regulares en los negocios.
Al ser un monto que funciona fuera de tu salario, puedes re-invertirlo de forma constante, y lograr que tu negocio crezca más rápido.

Puesto de forma simple: si puedes llegar a crear ese 30% mientras trabajas, ya sabrás todo lo necesario para completar el otro 70% en cuanto tengas el día completo para ti. No sólo eso, sino que también podrás ir mucho más allá en un par de meses luego de renunciar.

Se trata de empezar haciendo lo que funciona, no lo que nos resulta cómodo. Emprender antes de renunciar es mucho más importante que ahorrar para renunciar.
El kit para prevenir emergencias y despegar (montos totales).

Dicho esto, hay un par de números que pueden servirte para aumentar tu certeza, y renunciar con un nivel de tranquilidad bastante alto:
UN FONDO DE EMERGENCIA DE 3 MESES

Usando tu monto de gastos mínimos, es bueno tener una reserva de 3 meses para emergencias. Esta práctica es buena tanto si emprendes como si no, e incluso es bueno mantenerla cuando te dedicas por completo a tu negocio. Nunca sabes qué puede suceder, y es bueno no tener que pensarlo tampoco.

Lo ideal es tener estos fondos ahorrados, o invertidos en alguna inversión «segura» (como un Plazo Fijo que se renueva cada 30 días). No deberías tocar este fondo salvo como último recurso, y en casos de grandes emergencias.
TU FONDO DE DESPEGUE

Una de las cosas que trabajamos en todos los talleres y cursos de Superhábitos es aprender a iniciar tu negocio con los recursos disponibles. Sobretodo cuando empiezas, el mayor activo en el que invertir eres tu mismo y tu disponibilidad para la empresa. Eso vale más que cualquier software, local o logo.

Lo ideal es iniciar un negocio en su forma más simple, y utilizar los recursos financieros para asegurar que podrás seguir trabajando en tu negocio.

Una vez que tienes el sistema y sabes generar un 30% de tus gastos mínimos, puedes continuar en esa zona hasta llegar al 100% (y allí renunciar), o puedes pensar en formar un fondo de despegue. Eso implica ahorros para cubrir entre 3 a 6 meses de tus gastos mínimos. Sumado al 30% que ya estás generando y que debería aumentar mes a mes, este fondo puede llegar a durar 9 meses o un año.
¿Cuál es el premio final de ahorrar y emprender?

Este sistema lo aprendí de mi primer jefe (que fue también un gran mentor).

Su historia, resumida, fue pasar de empleado a emprendedor. En un viaje que hicimos juntos me contó que había realizado estos cálculos, y que el mes antes de renunciar puso el foco en cortar todos sus gastos fijos.

Redujo el abono del celular, dejó de usar un auto, se dió de baja en el club y organizó sus compras mensuales para hacerlas en el mayorista. Con todo listo, renunció. El día completo libre le abrió las puertas para generar más clientes, y cultivar mejor las relaciones con los clientes que ya tenía.

De poco, los ingresos empezaron a aumentar. Pudo retomar su nivel de vida, e incluso mejorarlo. Con el tiempo contrató personas (allí entré yo), y cada vez que me vuelvo a reunir con él para charlar su negocio está un paso más allá. Mantiene una familia con 5 hijos, tiene 2 camionetas y viaja al menos dos veces al año.


¿El premio final? Disfrutar de tener los ingresos que queremos, haciendo lo que queremos :)

Nosotros hicimos lo mismo. Estar cerca y aprender de quienes ya hicieron algo es la mejor forma de tener un camino claro a seguir.

Cuando renuncié a mi trabajo los emprendimientos ya estaban cubriendo el 30% de los gastos mínimos, y en el tiempo antes de renunciar me aseguré de cortar costos fijos (como natación, por ejemplo) y cancelar cualquier deuda posible.

Esa reducción me dió aire y tiempo para dedicarme a tiempo completo. Ese 30% se convirtió en el 100%, luego llegó a cubrir el total de lo que era mi sueldo y ahora más del doble.

La historia del Sr. M está siguiendo el mismo patrón. Ahorró, inició su negocio y hace un par de semanas hablamos sobre cuánto cobrar a sus primeros clientes (es parte de la comunidad privada de un curso). Ahora renunció, y de repente tiene el día completo para seguir haciendo el negocio que ya empezó.
Un plan de acción concreto para emprender antes de renunciar

Todo esto se resumen en cuatro puntos:
Registra tus ingresos y gastos actuales, y calcula tus gastos mínimos.
Pon el foco en iniciar tu negocio antes de renunciar, hasta que ese negocio a la par cubra un 30% de tus gastos mínimos.
Crea un fondo de emergencia de 3 meses de gastos mínimos, y ponlo en un plazo fijo que se renueve cada 30 días.
Decide si esperarás hasta cubrir el 100% de tus gastos para renunciar, o si ahorrarás un fondo de despegue (en este caso, ahorra de 3 a 6 meses extra).
Con todo listo, renunciar y disfrutar.

¡A poner manos a la obra!
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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