Hoy me gustaría dedicar este BLOG a defender el hecho de "no hacer nada".
Somos muchos (y me incluyo a mí mismo) que cuando estamos sin hacer nada y sin ningún tipo de tareas, objetivos o propósito nos invade una sensación de culpabilidad o de "estar perdiendo el tiempo".
Soy consciente de que no le pasa a todo el mundo.
Pero en esta sociedad hiper activa en la que si no estás haciendo algo entonces estas dejando pasar la vida pues suele ser un sentimiento bastante extendido.
¿De verdad hay que ser siempre productivo?
¿De verdad hay que ser siempre veloz?
¿De verdad hay que estar haciendo cosas para que la vida tenga sentido?
La respuesta es NO.
La realidad es que tu vida no tiene más valor por el hecho de llevar a cabo más acciones, ni por haber hecho más, ni por ser más.
Lo más importante y lo que creo que de verdad cuenta es como tú sientes que la has vivido.
No hay nada de malo en tirarte una tarde en el sofá viendo tus series favoritas.
Ni de pasar un fin de semana en casa sin hacer ningún plan ni nada emocionante.
Si te ves reflejado en lo que te estoy contando, has de liberarte de esa sensación de culpabilidad.
Seguramente, incluso, haces demasiado.
Demasiadas responsabilidades y exigencias auto impuestas.
La vida funciona más bien como recitar un poema.
No solo cuentan las palabras que dices, si no también el silencio entre las palabras.
Esos margenes y silencios dan sentido a todo lo que quieres expresar.
Y tu vida funciona de la misma manera.
Empieza a crear espacios de silencio, de vacío, de "no hacer nada".
Date el permiso.
Gran parte del estrés que nos acompaña viene por esta mentalidad loca de que siempre hay que estar haciendo algo o de que tienes que ser algo.
Aun así, no me malinterpretes.
Está bien mejorar, desarrollarse y crecer en nuestras vidas, pero que eso no se convierta en una exigencia esclavizadora que desvirtúe tu forma de vivir.
Simplemente quería compartirte esta pequeña reflexión.
Por lo demás, disfruta de tu día.
Un fuerte abrazo,