Dejar de procrastinar no es fácil, incluso se nos hace cuesta arriba y muchas veces nos rendimos…
Sabes que es importante. Sabes que tienes que hacerlo ahora. Pero te cuesta, te incomoda y tienes varias razones «totalmente válidas» para tomar la decisión y postergarlo para otro momento.
“No tengo tiempo”.
“Justo surgió esto otro…”
«Hoy está frío, mañana cuando mejore el clima salgo…»
“Las condiciones económicas del país no son las mejores, debo esperar un poco más…”
“No me alcanza el dinero ahora”.
“Quizá más adelante, mejor…”
Tenemos una facilidad enorme para llenarnos de excusas y postergar eso que tanto nos importa, pero que nos cuesta.
Por miedo a que nos vaya mal, por falta de compromiso o energía para hacer lo que hace falta para lograr el objetivo, puede ser por mil razones…
Y en definitiva sea la excusa que sea, postergamos esa pequeña tarea, o ese gran sueño. Y queda ahí, esperando y siendo cada vez más difuso, más complicado y en muchos casos puede que hasta nos olvidemos de él.
La procrastinación es un problema que todos enfrentamos en algún momento de la vida, o en algún área de la vida.
Quizá no postergas lo que tienes que hacer en tu trabajo, pero sí dejas para más adelante comenzar el gimnasio… Tal vez haces ejercicio y llevas cierta organización en tus días, pero estás postergando iniciar tu propio negocio…
No hay prorcastinadores y no procrastinadores. Todos procrastinamos en algún momento, en algún proyecto o área.
Y es importante entender que la procrastinación no es una cuestión de no querer hacer cosas, o de ser haraganes. En general procrastinamos porque tenemos ansiedad, miedo a fracasar en aquello que comencemos, o quizá somos demasiado perfeccionistas y nunca las condiciones son lo suficientemente perfectas.
Debemos identificar en dónde estamos procrastinando, cuál es la razón de fondo que está detrás de la excusa que nos decimos, y actuar para dejar de procrastinar.
No es fácil romper con años y años de postergar, de convencernos a nosotros mismos de mil razones por las que no estamos haciendo tal o cual cosa.
Pero puede ser muy simple si incorporamos algunos consejos o hábitos.
Ahora veremos 8 consejos clave para dejar de procrastinar y lograr hacer eso tan importante que estamos dejando para después…
Si deseas dejar de procrastinar de una forma simple que no te cueste y con la que comiences a ver resultados pronto, lee este artículo, elige uno de los consejos y aplícalo esta semana.
Puedes aprovechar el Kit de herramientas gratuitas en donde encontrarás herramientas para aplicar muchos de estos consejos.
Comenzarás a ver resultados y te sentirás completamente diferente. Cuando nos hacemos cargo de hacer, y pasamos menos tiempo convenciéndonos a nosotros mismos de las buenas razones que tenemos para no hacer algo ahora, nuestro día a día cambia, y comenzamos a ver resultados al instante.
Los grandes resultados se logran con pasos pequeños, y mientras antes comiences a dar esos pequeños pasos, antes verás resultados.
Y no lo digo yo ;) Lo experimentamos, aplicamos esta lógica a todo lo que hacemos y lo experimentan y disfrutan miembros de esta Comunidad a diario. Mira lo que cuenta Majo de Uruguay:
“¡Si hay algo que aprendí es que hay que hacer! por mínimo que sea, aunque sientas que no te va a cambiar la vida, ¡hacé! Un pequeño pasito te mantiene en movimiento, alguien lo ve, te da una devolución y de repente se activa un mecanismo de energía interna y externa que te sitúa inmediatamente en conexión con tus objetivos.
Pasan cosas… vos te movés, el universo te escucha.
Me doy cuenta cómo simples acciones hacen la diferencia de una semana a otra, la constancia es esencial”.
¿Quieres sentir esa conexión con tus objetivos y avanzar con pequeños pasos?
Aprovecha estos consejos :)
#1. Conocerte bien
Conocerte bien es fundamental siempre. Pero en esta cuestión en particular más aún, porque así podrás identificar las causas profundas de tu procrastinación (que serán diferentes de las de otras personas). Entenderás por qué lo haces, qué hay detrás de cada momento en el que decides postergar algo importante. Y descifrarás qué hábitos hay detrás de lo que procrastinas.
Solemos tener malos hábitos que silenciosamente nos alejan de hacer las cosas más importantes. Y como son hábitos, son acciones que hacemos de forma natural casi sin darnos cuenta.
No podremos mejorar absolutamente nada si no identificamos las causas de fondo que están ayudándonos a postergar y no hacer.
El autoconocimiento es más importante de lo que creemos. Al comprender las razones detrás de aquello que hacemos o dejamos de hacer, somos capaces de emprender un cambio. Antes es imposible.
#2. Buscar ambientes que potencien tu productividad
Gran parte de las razones o excusas por las que no hacemos algo suele ser que nos encontramos en ambientes inadecuados que nos limitan y no nos potencian.
Por ejemplo, postergamos iniciar un negocio porque a nuestra familia le parece que es una locura. En este caso, lo que debemos hacer es buscar una Comunidad de emprendedores, de personas que tengan el mismo objetivo que uno y retroalimentarnos allí.
O, si deseamos hacer un Curso y nos sentamos a estudiar las lecciones en un ambiente de nuestra casa por el que circula toda la familia, nos interrumpen, ven televisión, etc… este ambiente nos distraerá, nos agobiará y terminaremos por abandonar el Curso o dejarlo “para otro momento en el que esté más tranquilo”.
En este caso, debemos procurar tener un momento de tranquilidad para estudiar las lecciones. Y si nos demoramos más tiempo en terminar el Curso, no importa. Porque avanzaremos poco a poco y no lo abandonaremos, que es el riesgo más grande y lo que debemos evitar.
Estas situaciones suceden naturalmente porque no solemos planear en dónde nos sentaremos a trabajar, simplemente lo hacemos en el tiempo que tenemos en el lugar que tenemos que es nuestra casa.
Así que resolverlo es simple: sólo debes planificar un momento y lugar para hacer X tarea, pensarlo de antemano y previendo que sea un ambiente que potencie tu productividad y te ayude, no te obstaculice o te haga pesada la tarea porque es así como la abandonarás.
#3. Se realista
Ser realista no es ser pesimista o súper pragmático. Se trata de encontrar el equilibrio justo entre tener grandes objetivos y tener los pies en la tierra. Es decir, apuntar alto pero asegurarte de no estar planeando para fracasar en el camino.
La forma de ser realista y lograr este equilibrio es planteándote objetivos alcanzables y medibles, y ser paciente en el camino hacia concretarlos.
Si estableces expectativas altísimas, corres riesgo de frustrarte y auto sabotearte.
Además, los objetivos que no son realistas alimentan la procrastinación. ¿Por qué siquiera intentarías algo que es claramente imposible?
Para este punto necesitarás aplicar el punto #5. Lo más importante es que estés atento siempre a tener un mapa de ruta que te permita ir midiendo resultados en el camino y no frustrarte y abandonar una tarea porque es demasiado abrumadora, grande o aparentemente inalcanzable.
Aquí puedes trabajar con diferentes niveles de objetivos: un gran objetivo, objetivos más pequeños o específicos, y tareas dentro de cada uno de estos últimos.
Un ejemplo sería:
Objetivo grande: Tener mi propio negocio de servicios profesionales por Internet
Objetivos específicos:
Tener una propuesta única y diferenciadora.
*Tareas específicas: hacer la guía práctica gratuita de cómo definir una idea; hacer una investigación de qué propuestas hay en el mercado; escribir una oración en la que explique mi propuesta de valor.
Tener un modelo de negocio y un perfil de cliente ideal claro.
Montar un sitio en Internet.
Aplicar una estrategia de marketing online para generar una audiencia de calidad.
Diseñar mi solución/servicio.
Ofrecer mi solución/servicio a mi cliente ideal y venderlo.
Trabajando en diferentes niveles de objetivos, podemos tener un objetivo grande en el horizonte que nos motive e impulse, pero asegurarnos de avanzar cada día hacia él sin desesperar o postergar por ansiedad o por sentirnos abrumados.
Dejar de procastinar te permitirá avanzar poco a poco hacia tu sueño, hacia ese proyecto que deseas concretar hace tiempo…
#4. Trabaja enfocado en prioridades
Si bien es importante que aprendas a organizarte, que puedas hacer buenos horarios y que aumentes tu productividad, para evitar la procrastinación es muy importante que aprendas a tener horarios flexibles y a priorizar lo importante antes que calendarizar.
Muchas veces terminamos procrastinando debido a que hacemos horarios súper cargados y llenos de cosas, que intentan exprimir cada minuto y segundo de nuestros días, y ¿cuál es el resultado de esto? Nos abrumamos, nos ahogamos, probablemente fallamos porque tenemos horarios muy acotados que no están pensados a prueba de errores o imprevistos, y de repente el horario es un monstruo gigante que nos paraliza completamente.
Por eso, para dejar de procrastinar y comenzar a concretar y avanzar con paso seguro, debes poner el foco en las acciones importantes que te acercarán a tu objetivo. No te preocupes por tener horarios perfectos, por calendarizarlo todo.
Primero domina el mantener el foco en lo más importante y disminuir la ansiedad por las fechas y los horarios.
Esto es contrario o diferente al consejo que suelen darnos para dejar de procrastinar: ponerte fechas, horarios y plazos. Mi consejo no es incompatible con ello ni con tener plazos para cumplir ciertas actividades. Pero sí te aconsejo que en el día a día priorices el avanzar con lo importante por sobre cumplir con un horario acotado.
Así lograrás tener el foco en lo que te hace avanzar realmente, y podrás reducir el estrés que generan los horarios muy limitados.
#5. Desarma las tareas en pequeñas tareas o pasos
En relación a ser realista (el punto #3) viene este consejo fundamental para dejar de procrastinar y sobre todo evitar frustrarse. Además es una práctica fantástica para mantenerse enfocados…
Las listas de tareas son la forma más básica y esencial de organizarse. Es lo primero que experimentamos cuando intentamos empezar a organizarlos. Solemos hacer una lista con todo lo que tenemos o queremos hacer, y luego vamos intentando completar esta lista y tachar la mayor cantidad de tareas de la lista.
Pero hay formas muy superiores de usar y explotar las listas de tareas.
Tener una sola lista en orden aleatorio de TODO lo que nos gustaría hacer, es un camino directo al fracaso y a la frustración.
Nunca podremos hacer todo lo que nos gustaría, simplemente porque es físicamente imposible.
Y estoy segura de que a ti también te pasa, se te ocurren mil cosas que te gustaría hacer hoy o esta semana, y en algún lugar de tu mente parece posible y alcanzable. Pero en general, soñamos y deseamos más de lo que podemos hacer efectivamente.
No eres el único al que le sucede esto. Y hay una solución para aliviar el peso de todos esos pendientes en tu lista.
Primero que nada, acepta que no podrás hacer TODO.
Una de las bases de la buena organización es priorizar, y priorizar lo importante. Es decir, todo aquello que te acerca a tus objetivos más grandes. Lo que ocupa espacio y tiempo, pero no te acerca a tus objetivos, no es importante y debemos descartarlo, o ponerlo en segundo lugar.
Y cuando priorizamos algo, le estamos diciendo “si, te daré de mi tiempo y energías”. Simultáneamente, estamos diciéndole “NO” a muchas otras cosas que podríamos hacer pero no haremos porque no son tan importantes como la primera, y aunque tengan una importancia de segundo orden, el tiempo no nos alcanza para abarcarlas todas.
Cuando priorizamos, le estamos diciendo que no a otras actividades o tareas.
Así que lo primero es que aceptes esto.
Cuando finalmente has logrado aceptarlo, es momento de hacer buenas listas de tareas.
Así, lo que harás es:
Hacer una gran lista con TODO lo que crees que tienes que hacer o te gustaría hacer.
De esa gran lista, selecciona de 3 a 5 actividades más importantes. Es decir, aquellas que te acercarán a tus objetivos más importantes. Esto puedes hacerlo comparándolas unas con otras hasta quedarte con las más importantes, las que le hayan ganado al resto (como si fuese un torneo).
Estas 3 o 5 actividades son tu prioridad. En ellas pondrás el foco esta semana o este mes.
Para cada una de esas actividades importantes, harás una lista más detallada. En ella especificarás todas las acciones pequeñas que debes realizar para lograr concretar al 100% esa actividad. Con lujo de detalles :)
Así, con estas listas detalladas de tareas, puedes organizar tu semana e ir avanzando enfocado en las 3 o 5 actividades más importantes, y dentro de ellas paso a paso en las pequeñas tareas que te vayan llevando a concretar esa actividad grande.
Tendrás éxito si te mantienes enfocado en una tarea a la vez, y periódicamente (una vez por semana por ejemplo) revisas las otras listas y objetivos para mantenerte enfocado.
Este uso simplificado de las listas de tareas te permitirá liberarte del peso de TODO eso que te gustaría lograr, y podrás avanzar cada día con pequeñas tareas en las cuales enfocarte sin desesperar o sucumbir a la ansiedad por terminarlo todo.
Avanza poco a poco y ten paciencia :)
3 consejos extra:
#6. Planea para superar obstáculo
Siempre contempla tener alternativas o planes alternativos por si aparecen obstáculos. Lo mejor es que cuando planifiques, te preguntes ¿qué obstáculos es probable que aparezcan en el camino y cómo podría sortearlos?
#7. Desarrolla un comportamiento de aprendizaje:
Prioriza siempre el aprendizaje a largo plazo por sobre la gratificación instantánea o los resultados a corto plazo.
#8. Genera un sistema de disparadores y recompensas:
El sistema para formar hábitos es efectivo siempre, y para evitar la procastinación debes aprovecharlo. Es decir, procura establecer disparadores, conductas claras y recompensas para esas acciones o tareas que quieres asegurarte de hacer y no postergar.
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Aquí tienes una pequeña imagen resumen de los 8 consejos. Descárgala, elige uno y pónlo en práctica :)
¿Qué razones de fondo encuentras a tu procastinación? ¿Cuál de estos consejos pondrás en práctica esta semana?