Los abrazos pueden ser fuente de felicidad o refugio para la tristeza, pero también mejoran la salud física y mental de las personas que los dan y los reciben.
Como cada 21 de enero desde de 1986, hoy es el Día Internacional del abrazo y es una buena ocasión para recordar los motivos por los cuales es beneficioso abrazar otras personas, ya no solo por su componente emocional que mejora nuestro estado de ánimo, sino también por motivos de salud. Los abrazos pueden ser fuente de felicidad o refugio para la tristeza, pero también mejoran la salud física y mental de las personas que los dan y los reciben.
Cuando nos abrazamos, nos involucramos en lo que los psicólogos llaman "contacto interpersonal", que básicamente puede reducir los niveles de angustia, ayudar a prevenir las enfermedades y tiene efectos que son aún más sorprendentes. Los abrazos nos hacen sentir apoyados, protegidos y confiados. Según los expertos, el abrazo perfecto debe durar 20 segundos como mínimo.
Tienen mucha importancia ya desde pequeños. Son muchos los estudios que afirman que, sin contacto, muchos bebés no sobrevivirían. Sentir el cariño y el calor humano es esencial para que cualquier bebé pueda salir adelante.
A pesar de todos los beneficios, hay personas adultas que no disfrutan de los abrazos porque no les gusta el contacto físico. En este caso, es mejor no forzar un abrazo porque entonces será contraproducente. El abrazo tiene que ser sincero y bien recibido por las dos partes para que tenga todos los efectos positivos sobre nuestro cuerpo y mente que os contamos a continuación.
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Mejora la autoestima y el estado de ánimo
Además de la oxitocina, los abrazos liberan serotonina y dopamina, las llamadas “hormonas de la felicidad” que nos aportan sensación de bienestar. También se mejora la autoestima, y en consecuencia, aumenta el buen estado de ánimo y energía.
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Reduce los sentimientos negativos
Aunque parezca mentira, los abrazos logran estimular la circulación. Con esto logramos que nuestro cuerpo elimine la tensión que pueda tener. Además, un abrazo siempre resulta agradable, y aporta seguridad y confianza necesaria para brindarte también la facilidad para sacar tu mayor sonrisa.
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Disminuye el estrés
Como hemos dicho, cuando abrazamos a alguien liberamos oxitocina, cosa que reduce la producción de cortisol y adrenalina, hormonas que se emiten en altas concentraciones cuando nos encontramos bajo una situación estresante.
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Reduce el riesgo de demencia
Abrazar relaja, nos aporta tranquilidad, disminuye el estrés, relaja los músculos y nos hace sentir bien. Todo esto contribuye a reducir el riesgo de padecer demencia, sobre todo en las personas mayores que, a su vez, son los que se sienten más solos.
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Fortalece el sistema inmunitario
Tanto si damos un abrazo como si lo recibimos, nuestro sistema inmunitario se ve fortalecido. Esto ocurre porque nuestro sistema se activa favoreciendo la creación de glóbulos blancos. Gracias a ello, logramos prevenir muchas enfermedades y permite mejorar nuestras defensas.
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Disminuye la presión arterial
Los abrazos activan unos receptores en la piel denominados “corpúsculos de Pacini”, que son los encargados de enviar las señales al cerebro reduciendo de esta manera la presión arterial.