Te voy a contar algo que me pasó hace bastantes años

Te voy a contar algo que me pasó hace bastantes años y que tiene relación con mi invitación. 

No mucha gente sabe lo que te voy a compartir en las siguientes líneas, así que presta atención porque te estoy abriendo mi corazón. 

Cuando tenía 14 años Se había dado la coincidencia de que durante esos años tenía muchísima presión con mis estudios, había suspendido bastantes cosas y me tocaba recuperar asignaturas para ponerme al día. 

Era un momento muy importante para mí, ya que la universidad estaba a la vuelta de la esquina y tenía que decidir bien qué camino tomar ya que afectaría al resto de mi vida. 

Siempre había sido un chaval muy nervioso, que pensaba demasiado y se preocupaba mucho por todas las cosas. 

También tenía una sensibilidad muy desarrollada y aunque tiene su parte positiva, si no lo sabes gestionar bien te hace ser muy susceptible. 

Te ofendes por todo y te sientes muy descontrolado en muchos contextos. 

Tenía la sensación de que la gente no comprendía lo que yo sentía y me hacía verme como un bicho raro. 

Además, a esa edad no me gustaba leer y a penas me interesaban los temas relacionados con el desarrollo personal. 

Si soy honesto contigo te confieso que era bastante fácil abrumarme por las cosas y en crear dramas de la nada. 

No me daba cuenta, pero estaba creando con mi forma de pensar y de gestionar mis emociones un estado de ansiedad constante. 

Recuerdo que una mañana cualquiera pillé un autobús que me llevaba al pueblo cercano donde vivía mi novia. 

Ese día me notaba más inquieto de lo normal. Me es dificil explicarlo con palabras, pero estaba tenso y tenía claros síntomas de ansiedad. 

Me sentía muy raro y no me gustaba. 

Cuando llegué al pueblo y me encontré con mi novia, me dijo que ese día comeríamos con su familia, lo cual no me parecía extraño porque ya lo había hecho otras veces. 

Pero ese día todo me afectaba en exceso, incluso la presencia de la gente. 

Yo seguía dándole vueltas a las sensaciones tan raras que sentía y me venían pensamientos muy diferentes a la cabeza, entre ellos la posibilidad de estar sufriendo algún tipo de enfermedad o algo parecido. 

En ese momento estábamos en el jardín de una casa esperando a que la comida estuviese hecha para empezar a comer. 

Me acuerdo perfectamente que empecé a prestar muchísima atención a lo que sentía en mi cuerpo y de repente… empezó a faltarme el aire, hasta el punto que sentía que me ahogaba. 

En ese momento tenía un pánico terrible, pensaba que iba a morirme y me caí al suelo. 

Empecé a sentir miles de alfileres clavándose en mis manos y mis sienes. 

Se me empezaron a poner las ojeras moradas, se me helaron las manos y tuvieron que ayudarme a calmarme. 

Ya puedes imaginarte el panorama… 

Yo, tirado en el suelo con las piernas en alto e intentando recuperar el aliento, pero poco a poco me fui recomponiendo hasta que me pude levantar. 

Había sido víctima de un ataque de pánico y tenía un miedo terrible a que me volviese a pasar. 

El temor se acentuó mucho más, hasta el punto que empecé a tener miedo a ir a eventos sociales e incluso a salir a la calle (a esto se le llama agorafobia). 

Los doctores me dijeron que era muy joven y que no querían darme pastillas, así que tomé algunas hierbas y me comentaron que debía tener conmigo una bolsa en mi bolsillo. 

Sí, una bolsa… 

Ya que cuando tienes un ataque de pánico suele producirse por hiperventilación, entonces, aunque parezca extraño, al utilizar una bolsa mientras estás respirando limitas la entrada de oxígeno y eso hace que se vuelva a nivelar como es correcto. 

En ese momento empecé a plantearme muchas preguntas en mi vida y me di cuenta de que no podía seguir así. 

No podía ser que tuviese que ir con una bolsita en el bolsillo “por si acaso”. 

Yo quería ser tan libre como una persona normal. 

Yo quería vivir con libertad emocional. 

Ese fue un punto de inflexión para toda mi vida. 

Desde entonces mi estudio, formación e investigación sobre el mundo emocional se convirtió en una necesidad y en una sana obsesión 

Investigué sobre neurociencia, psicología moderna, coaching, inteligencia emocional y biohacking. 

Estuve experimentando conmigo mismo una y otra vez, como si de un ratoncito de laboratorio se tratase, hasta que di con una metodología. 

He podido comprobar lo que funciona de lo que no funciona y eso me permite saber muy bien que he de hacer en todo momento en caso de necesitarlo. 

Puede ser que tu no hayas experimentando ansiedad o ataques de pánico, ya que eso pasa cuando emocionalmente estás muy descontrolado. 

Pero perfectamente podría ser que te levantes de malhumor una mañana y que ese estado anímico te acompañe durante todo el día. 

O que simplemente te pase algo y eso tenga la capacidad de descontrolarte anímicamente durante horas. 

Te entiendo porque me ha pasado muchas veces. 

Así que si quieres tener más control sobre tu mundo emocional y disfrutar de más recursos a tu alcance. 

O tener a tu disposición las mejores herramientas prácticas para gestionar correctamente tus emociones y así encontrar el equilibrio nuevamente. 

Recuerda: no dejes para mañana lo que te puede cambiar HOY la vida. 
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente