En algunos momentos de la vida una persona se puede sentir en una encrucijada, conozco los síntomas porque recientemente me pasó. No sé si han tenido esa sensación que algo no anda bien y si no hace un cambio nada va a mejorar.
A veces esa sensación es detonada por un evento que rompe con el confort o la rutina; puede ser un divorcio, la muerte de un ser querido o nuevos avances; como un cambio de carrera o un ascenso. O también los hechos que marcan el final de una etapa; tomar la decisión de tener un hijo, el día en que el último retoño se va de la casa, la jubilación. Otra razón es un cambio considerable de peso por un desbalance hormonal o una enfermedad.
Las razones pueden ser internas o externas, lo importante es reconocer el momento de iniciar un nuevo capítulo, lanzarse a un mundo nuevo totalmente desconocido. ¿Cómo sabemos cuándo es el momento? Creo firmemente que todo sucede por una razón y que nuestro instinto o intuición es la mejor herramienta que tenemos a nuestro favor. Puede que tengamos todo planeado: un esposo maravilloso, hijos, un trabajo espectacular, pero algo sucede y desaparece el escenario perfecto. No hay un método científico para saber cuándo necesitamos un cambio, pero generalmente tenemos una voz interior que nos dice, si estamos dispuestos a escucharla.
Cuando escuchamos esa voz automáticamente, la mente ya está buscando opciones e investigando qué es lo que le gusta, cual es su pasión y las carreras afines. A otras personas les llega el momento de cambio de manera forzada como es el caso de una clienta que inició trabajando en la producción de eventos y la promovieron a ejecutiva de cuentas en una agencia.
De repente le tocó hacer presentaciones, tener trato con clientes, asistir a eventos sociales y viajar. Su trabajo dio un giro de 180 grados, frente a lo que hacía anteriormente. Sabía que su ropa tenía que cambiar, los pantalones cargo, las blusas de cuadros que usaba religiosamente tenían que salir del clóset. Lo mismo sucede con una madre, una persona divorciada o retirada.
Cómo trasladamos esto al vestuario
Tenga en cuenta que la ropa, como su expresión corporal y verbal cuenta una historia y todos estos elementos que nos permiten comunicarnos deben estar en concordancia, llevar a un mismo mensaje. Iniciemos con las prendas de su clóset ¿Qué dicen de usted? Trate de iniciar con la ropa que generalmente usa, si no el ejercicio se vuelve agobiante.
Analice su armario
Objetivamente o con la ayuda de un asesor haga un inventario de lo que hay en su clóset, como si no se acordara de lo que tiene ahí. Haga un escaneo de todo: accesorios, zapatos, carteras, bufandas, corbatas, etc.
En una hoja escriba una columna con el título de ropa actual y describa lo que ve en las prendas, 6 o más adjetivos que representan la prenda según su criterio, por ejemplo: clásico, colorido, rígido, arriesgado, sensual, romántico, etc. Esto le dará un bosquejo de lo que su imagen proyecta hasta ahora.
Ahora en otra columna titulada “nueva imagen” describa la imagen que quiere proyectar con 6 o más adjetivos. Ejemplo: quiero verme más independiente, segura, calmada, clásica, creativa, enérgica. Escriba rápidamente las primeras palabras que vengan a la cabeza para que el ejercicio sea verdadero.
Encuentre modelos de referencia, mujeres a las que admire y se encuentren en un rol similar al suyo. Encuentre las características que más le llaman la atención de esta persona y escríbalas en su lista de “nueva imagen”.
Compare las dos listas ¿Ve algún cambio? La nueva lista es muy importante porque será el fundamento para crear esa nueva imagen. Si uno de los adjetivos que escribió en su nueva lista es poderoso, ponga la camisa estampada y suelta de color naranja aparte, para donarla o ponerla a la venta, pues no es coherente con la imagen que quiere proyectar. Si quiere proyectar creatividad pero su ropa está compuesta de trajes (para nada creativos), no se deshaga de ellos. Puede usarlos combinando el pantalón con una blusa colorida o accesorios diferentes.
Otra forma de hacer el cambio es sacar todo aquello que no se ha puesto en más de 5 años, ha perdido su color o se vea desgastado y aquello que no favorezca sus atributos.
Actualice su armario
Al sacar todo lo que no le sirve de su clóset, puede empezar a crear un fondo de armario, que está compuesto de prendas básicas y que puede combinar con diferentes estampados o colores. Las prendas básicas son: un sastre, un vestido (puede ser un vestido negro que puede hacer ver elegante o casual dependiendo de los complementos), chaquetas estructuradas tipo blazer, pantalón recto, camisa de botones, camiseta de algodón, gabardina y saco. Los accesorios fundamentales incluyen: zapatos, botas, bufandas, carteras, cinturones y joyería.
Si le hace falta alguno de los artículos esenciales en el armario, haga una lista de lo que necesita y si esta tarea le resulta agobiante, le animo a buscar el consejo de un asesor de imagen.
A la hora de hacer compras, recuerde llevar su lista de adjetivos que forman parte de su nueva imagen. Al medirse la prenda, analice si está comunica los adjetivos escogidos.