Hubo una época en que ser profesional implicaba ser parte de un grupo exclusivo.
Si querías iniciar un negocio independiente, alcanzaba con colgar un cartel en la puerta. Así de simple.
Casi seguro que alguien vería el cartel, entraría y luego tu negocio funcionaría gracias al boca a boca.
Hoy en día el panorama ha cambiado bastante. Ya no alcanza con ser profesional, sobre todo si tenemos en cuenta que el 40 % de los egresados está desempleado y que muchas de las profesiones “tradicionales” van a extinguirse en un futuro muy próximo.
Emprender ya no es tanto un sueño, sino una necesidad.
Entonces, ¿qué hacer? ¿Renunciar a tu trabajo en relación de dependencia, arriesgarlo todo y probar suerte?
No hace falta ;)
Crear una empresa de servicios profesionales mientras trabajas no solo es posible, ¡sino que es el mejor camino! Incluso si tienes poco tiempo o dinero, puedes evitar vivir estresado, con deudas o arriesgar a tu familia por una idea.