Un trabajo fijo bien remunerado, tiempo libre, soltera, sin hijos, libre como un pajarito viajando por el mundo, mil actividades de ocio que cubrían mi agenda de los fines de semana a tres meses vista…»¡Azu Fog, qué bien vives!. Lo tienes todo para vivir la vida que quieres«. Lo de Azu Fog venía por lo de hacer el símil con Willy Fog, el personaje de Julio Verne de La vuelta al mundo en 80 días y es que, en aquellos años, si hubiera sido gallina no hubiera puesto un huevo en casa, como me decía mi madre. Mi vida era un no parar hace apenas 8 ò 10 años. Por fuera, la dolce vita. Por dentro, la infelicidad y un afán por ocupar mi tiempo para llenar el vacío que sentía por dentro. Una huida hacia adelante constante que no me llevaba a ninguna parte.
Necesitaba un propósito en mi vida. Y es que pasárselo bien no es sinónimo de ser feliz. Digamos que si sólo buscas la diversión en lo que haces, estás poniendo parches al problema, te estás tomando el calmante que te ayude a evadirte para no tener que afrontar la realidad de lo que sientes realmente.
La experiencia me dice que sólo eres feliz cuando eres capaz de vivir la vida que quieres. Hace poco una persona me decía en redes sociales, «lo primero sería saber qué vida quiero tener». Obvio, aunque no por obvio signifique tenerlo claro. No se nos ocurre parar para enfrentarnos a esa pregunta:
¿Cómo quiero que sea mi vida?
Y a preguntas incómodas nada como echar balones fuera del tipo «al final vives la vida que te toca vivir», «es que lo que me gustaría no es posible», «tendría que arriesgar mucho», «es que no sé lo que quiero» y qué sé yo cuántas excusas más, que te llevan a vivir tu vida como pollo sin cabeza, permitiendo que los bandazos y las circunstancias del día a día te dominen en vez de aprovecharlos para impulsarte en la dirección que quieres.
Sí, vivir la vida que quieres va de sortear las olas con todo lo que tengas a tu alcance y con tus propias fuerzas porque tienes un rumbo claro y el rumbo lo marca tu sueño, lo que deseas. Ese es el verdadero objetivo. Alcanzar tus metas va de conseguir aquello que te hace feliz. Empecemos por lo tanto la casa por los cimientos para definir ese rumbo. Sigue estos pasos.
1.- Haz la foto
Esta es la parte menos glamourosa del asunto, porque quizá lo que veas en la foto no te guste demasiado. ¿Cómo estás ahora? Analiza tu salud, tu profesión, tu vida sentimental, tus amistades, tu familia, tu entorno, tus finanzas, quien tú eres…Haz una foto descriptiva de lo que ves en cada una de las áreas y otra emocional, es decir, cómo te sientes con lo que tienes ahora y qué te haría sentir mejor, y hazlo sin juzgar, sin poner pegas. Sólo estás observando desde la honestidad contigo mismo.
2.- Trabaja en ti
Lo que tienes a tu alrededor (relaciones con tu familia, amigos, vida sentimental, dinero, posesiones, profesión…) es un reflejo de quien tú eres o de lo que fomentas. Dicho de otra manera, el estado de las distintas áreas de tu vida es el resultado de tus decisiones (y no decidir también es una decisión). Estás donde estás ahora por lo que has decidido en el pasado y lo que decides tiene que ver con tu capacidad para liderar tu vida, para llevar las riendas, para nadar entre las olas en vez de estar a su merced.
No es necesario que trabajes en todas las áreas a la vez. Al final unas son fruto de otras y se trata de concentrar tus esfuerzos en las que son más críticas. Independientemente de las que elijas para mejorar, hay una que es decisiva y en la que vas a tener que trabajar a fondo constantemente porque es la que influye en todas las demas: QUIÉN TÚ ERES. Trabaja interiormente en todo aquello que te impide avanzar. Observa tus pensamientos y párate cuando te sorprendas a ti mismo sentando cátedra en algo o negándote algo que quieres. Hazte la pregunta siguiente: ¿Cómo será mi vida si mantengo esta manera de pensar?
Ahí lo dejo…
3.- Define tus valores
¿Cómo te gusta hacer las cosas? ¿Qué es lo que te rige en tu día a día para ser feliz? Si para ti es importante la libertad y estás en un trabajo que te encarcela significa que eso que estás haciendo no está alineado con tus valores y por lo tanto no te hace feliz. Sólo tienes 2 opciones:
Lo dejas y cambias de rumbo
Te sometes
El resto de opciones (jurar en arameo, cagarse -con perdón- en todo, poner a parir a quien permites que te someta o desearle todos los males, evadirte…), si bien te ayudan a calmarte o desahogarte, no solucionan el problema. Despotrica para liberar la rabia, pero después utilízala como motor para cambiar de vida.
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4.- Cambia trabajo por profesión con propósito
Ésta es una de las grandes claves para iniciar cualquier cambio. En vez de hablar de cuál sería el trabajo con el que serías feliz, empieza por definir cuál quieres que sea tu profesión. La profesión es aquello que amas, que se te da bien, que tiene un propósito, que te puede reportar un beneficio económico y que te impulsa para vivir la vida que quieres.
Si aún no sabes cuál es tu profesión, vuelve a tu infancia cuando te preguntaban aquello de «¿qué quieres ser de mayor?» y explora a través del ocio si fuera necesario para descubrir tus talentos. En este artículo te explico más sobre ello.
5.- Enriquece tu vida personal
Lo profesional y lo personal van de la mano y son áreas de tu vida que han de estar en equilibrio. Enriquecer tu vida personal significa también saber lo que quieres en este aspecto y moverte en la dirección necesaria para conseguirlo. Pareja, amigos, hijos, aficiones…Decide lo que quieres y ve a por ello trabajando en tu manera de relacionarte con los demás. Cuanto más sana sea, más enriquecedora será tu vida. Observa siempre cuáles son las personas que te rodean. Ellas también son un reflejo de quien tú eres y de lo que fomentas con tu comportamiento.
6.- Marca el rumbo y toma decisiones valientes
A cada paso que des pregúntate si te acerca a lo que quieres o no. Si te acerca sigue adelante, si te aleja haz otra cosa. Los resultados no vienen de manera inmediata. Piensa en el largo plazo porque eso es lo que marca la dirección a tomar. En función de cuál sea la respuesta, toma decisiones valientes a pesar del miedo. Es la manera de salir del estancamiento para evolucionar.
7.- Cree en ti y busca apoyos
Cree en ti y no dejes que nadie decida por ti el camino que quieres tomar. Rodéate de aquellas personas que suman en tu vida, que te son afines, a las que amas y te aman. En lo profesional aprende y déjate guiar por aquellos que van por delante de ti y en quienes confías, fórmate continuamente, invierte tu tiempo y tu dinero en ti para crecer y tener mucho más que ofrecer a los demás. El camino de la felicidad se recorre en buena compañía.
Sigo estos pasos de manera incansable desde hace unos 10 años y me han llevado a un lugar diferente en el que mi vida ha dado un vuelco. Del trabajo, a una profesión que desarrollo como yo quiero (aunque a veces me desvíe del CÓMO. Para rectificar el rumbo me hago la pregunta del paso 6), del vacío interior que me llevaba a huir continuamente, a una vida enriquecedora basada en los que son mis pilares para tomar decisiones: libertad, amor, vitalidad, alegría y buen humor. Cuando dejo de sentir uno de ellos, sé que algo no va bien y que tengo que tomar decisiones.
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