¿Alguna vez has sentido que estás haciendo todo lo que se supone que debes hacer, y aun así no pasa nada? ¿Que te estás esforzando, formándote, invirtiendo tiempo y alma, y sin embargo… no avanzas? Esa sensación de estancamiento que nos invade como una bruma espesa y silenciosa no es casualidad, ni debilidad. Es, en muchos casos, una señal sagrada de que algo profundo en ti está a punto de transformarse.
He vivido ese silencio. No una vez, sino muchas. Y lo he acompañado también en el alma de cientos de personas que se acercan buscando una respuesta rápida… sin entender que la pregunta real no es “¿cómo salgo de aquí?” sino “¿por qué llegué hasta aquí?”. Porque estar estancado, en el sentido más profundo, no es estar detenido. Es estar en pausa. Y no cualquier pausa, sino una de esas que la vida impone para gestar algo nuevo.
Hace unos años, después de una etapa intensa de crecimiento empresarial con Todo En Uno.Net, viví uno de esos momentos. Los indicadores eran estables, los clientes seguían llegando, los proyectos avanzaban… pero dentro de mí algo se había apagado. Me sentía agotado, desconectado, como si el alma se hubiera quedado atrás. Y entonces recordé una frase que escuché de un sabio monje benedictino en una visita a Jericó: “Cuando sientas que no puedes avanzar, es porque lo que debe avanzar no es tu cuerpo, ni tu negocio… sino tu espíritu”.
Ese fue mi punto de quiebre. Y mi punto de renacimiento.
El estancamiento, si se vive con conciencia, es uno de los maestros más poderosos. Nos obliga a mirar dentro. A dejar de empujar hacia afuera y comenzar a escuchar lo que nuestra esencia necesita decirnos. Y eso, aunque parezca ineficiente desde la lógica empresarial, es profundamente transformador desde la lógica del alma.
En mi camino como mentor y formador de líderes, he visto a gerentes romperse por dentro mientras sostenían apariencias perfectas. He visto a emprendedores de alma brillante apagarse en el ruido del “deber ser”. Y he sentido en mi propia piel cómo la sociedad nos castiga por no “producir”, por no “avanzar”, por no mostrar resultados.
Pero ¿quién dijo que crecer siempre se nota?
A veces el mayor avance no está en un nuevo logro, sino en una nueva claridad. En saber que no todo lo que te dijeron que era éxito es, en realidad, para ti. En permitirte sentir el cansancio sin culpas. En reconocer que no puedes con todo. En dejar de competir con una imagen de ti mismo que ya no vibra contigo.
El estancamiento es también espiritual. Es la antesala del despertar. Porque solo cuando la mente se aquieta y el ego se frustra, el alma tiene espacio para hablar. Y cuando esa voz aparece —que no grita, sino que susurra— comienza el verdadero movimiento. No hacia afuera, sino hacia adentro.
Recuerdo a María Fernanda, una líder que llegó a nuestra organización buscando “reactivar su marca personal”. Venía de tres años en pausa. Había perdido a su padre, renunciado a una multinacional, y cuidado a su madre enferma. Se sentía inútil, estancada, desconectada del mercado. Pero cuando comenzamos a trabajar, descubrimos que lo que ella había hecho era profundamente transformador: había sostenido una vida. Había sanado heridas familiares. Había renacido emocionalmente. Solo que no lo había contado en LinkedIn.
El estancamiento, entonces, no era fracaso. Era proceso. Era energía canalizada hacia el alma, no hacia la vitrina.
Y esa es una verdad incómoda pero poderosa: no siempre estás llamado a mostrar. A veces estás llamado a sostener. A resistir. A integrar. Y eso también es avanzar.
A nivel cultural, venimos de un paradigma que premia la velocidad, la hiperproductividad, el crecimiento lineal. Pero si observas la naturaleza —esa gran maestra olvidada— notarás que todo avanza en ciclos. El bambú, por ejemplo, pasa sus primeros cinco años creciendo hacia abajo, invisiblemente, formando raíces. Solo después brota y crece hasta 30 metros en meses. Así es también el alma. Así es la verdadera evolución.
Desde mi rol como ingeniero, empresario, pero sobre todo como ser humano espiritual, he aprendido a integrar la lógica con la sabiduría. Y eso implica reconocer que no todo se mide en KPIs. Hay momentos para escalar… y momentos para enraizar. Hay etapas para facturar… y otras para meditar. Y eso no nos hace menos líderes, sino más humanos.
Hoy, si te sientes estancado, quiero invitarte a no pelear con eso. Escúchalo. Ábrele un espacio. Pregúntale qué quiere enseñarte. Quizás no necesitas cambiar de camino, sino de ritmo. Quizás no estás en el lugar equivocado, sino justo donde necesitas estar para descubrir tu verdad.
La inteligencia emocional nos enseña a gestionar nuestras emociones. Pero también nos enseña a no huir de ellas. A veces la tristeza no es una debilidad, sino una brújula. A veces la duda no es parálisis, sino protección. A veces el no avanzar es lo que te salva de ir en la dirección equivocada.
Por eso integro también la sabiduría del Eneagrama y la numerología en mis procesos. No como dogmas, sino como mapas de conciencia. Mi Camino de Vida es el 3: comunicar, inspirar, transformar. Pero aprendí que antes de comunicar al mundo, hay que escucharse a uno mismo. Y eso solo sucede en el silencio del estancamiento. En esa pausa que no se puede forzar. Que simplemente llega… y te invita a confiar.
Y sí, a veces se siente como si el universo se hubiera olvidado de ti. Pero no es así. Es solo que estás siendo preparado. Madurado. Refinado. Como el oro que se pule en el fuego. Como la semilla que se rompe bajo tierra antes de florecer.
En este momento, tal vez no necesites más cursos, ni más estrategias, ni más webinars. Tal vez necesites solo esto: respirar, soltar, confiar y escuchar. Porque desde ahí, desde ese vacío fértil, nacerá lo nuevo. Y cuando eso ocurra, sabrás que no estabas estancado. Estabas siendo gestado.
Facebook: Julio Cesar Moreno D
Twitter: Julio Cesar Moreno Duque
Linkedin: (28) JULIO CESAR
MORENO DUQUE | LinkedIn
Youtube: JULIO CESAR MORENO DUQUE - YouTube
Comunidad de WhatsApp: Únete
a nuestros grupos
Grupo de WhatsApp: Unete a nuestro Grupo
Comunidad de Telegram: Únete a nuestro canal
Grupo de Telegram: Unete a nuestro Grupo
Blogs: BIENVENIDO
A MI BLOG (juliocmd.blogspot.com)
AMIGO DE. Ese ser supremo
en el cual crees y confias. (amigodeesegransersupremo.blogspot.com)
MENSAJES SABATINOS
(escritossabatinos.blogspot.com)
👉 “¿Quieres más tips como este? Únete al grupo exclusivo de WhatsApp o
Telegram”.
Porque a veces, lo único que necesitamos es alguien que nos recuerde que lo invisible también cuenta. Y tú cuentas.