¿Te has dado cuenta de cuántas veces evitamos decir lo que sentimos o necesitamos por miedo a herir… o ser heridos? ¿Cuántas veces el silencio se disfraza de respeto, cuando en realidad es miedo paralizante? ¿Y cuántas oportunidades de crecer se pierden porque no sabemos cómo dar o recibir retroalimentación sin convertirla en una batalla de egos?
Estas preguntas me acompañan desde hace años, porque en cada proceso de mentoría, en cada consultoría con líderes y equipos, me doy cuenta de que uno de los mayores desafíos no es la falta de ideas ni de capacidad técnica, sino la incapacidad de conversar con honestidad sin destruirnos en el intento. No nos enseñaron a dar feedback con amor. Nos enseñaron a juzgar o a callar. Tampoco nos enseñaron a recibirlo con apertura. Nos enseñaron a defendernos, como si cada opinión ajena fuera una amenaza a nuestra identidad.
Y sin embargo, cuando el feedback se convierte en un puente y no en un muro, el alma agradece. Porque alguien que te dice la verdad con respeto, es alguien que confía en tu capacidad de evolucionar.
Recuerdo hace años una situación dolorosa, pero reveladora. Un cliente me pidió evaluar el desempeño de su equipo de ventas. Después de varias sesiones, identifiqué que el problema no era técnico, sino humano: los líderes no sabían comunicar lo que esperaban, y los colaboradores recibían cualquier comentario como una humillación. Cuando se los dije, el gerente —que llevaba más de 20 años en la empresa— me respondió: “Pero si yo siempre he hablado claro, ellos son muy sensibles”. Esa frase se me quedó grabada. Porque ser claro no significa ser hiriente. Y ser sensible no significa ser débil. El problema no era de claridad, era de compasión. El feedback era un cuchillo, no una llave.
Y es que el verdadero poder de la retroalimentación no está en lo que se dice, sino en cómo y desde dónde se dice. No es lo mismo hablar desde el ego que hablar desde el corazón. No es lo mismo corregir para tener razón que hacerlo para ayudar al otro a brillar. Por eso, cuando leí el artículo de Daniel Colombo sobre cómo dar y recibir feedback sin enojarse, sentí que estábamos en resonancia.
En mi propio camino de vida —ese que he recorrido desde el liderazgo, la espiritualidad, la tecnología y la psicología— he comprendido que dar feedback es un acto sagrado. Porque en el fondo, le estás diciendo al otro: “Creo en ti lo suficiente como para mostrarte lo que no ves”. Y eso no puede hacerse desde la rabia ni desde la frustración. Solo puede hacerse desde el amor y la responsabilidad compartida.
Como coach, como empresario y como ser humano que ha cometido muchos errores, he aprendido que el feedback auténtico empieza por uno mismo. Antes de decirle algo a otro, me pregunto: ¿Estoy hablando para liberar mi incomodidad o para contribuir al crecimiento del otro? ¿Lo estoy haciendo desde el juicio o desde la empatía? ¿Desde mi herida o desde mi sabiduría?
Y al recibirlo, intento escuchar más allá de las palabras. Porque no siempre llega en el tono que uno desearía. A veces viene envuelto en torpeza, en formas agresivas o pasivo-agresivas, y aún así, si uno aprende a mirar con ojos humildes, puede encontrar diamantes en medio del barro.
Recientemente, uno de mis colaboradores más cercanos me dio un feedback que me incomodó profundamente. Me dijo: “Julio, a veces pareces tan seguro de lo que dices, que nos haces sentir que no hay espacio para opinar distinto.” Al principio sentí una punzada. ¿Yo, que siempre promuevo el diálogo y la participación? ¿Yo, que insisto en la construcción colectiva? Pero luego, en el silencio, me vi. Me vi hablando con pasión, pero sin pausas. Me vi guiando con fuerza, pero sin preguntar. Me vi, y agradecí. Porque ese feedback, aunque incómodo, me devolvió a mí mismo.
Y ese es el mayor regalo del feedback verdadero: no busca cambiar al otro para nuestra comodidad, sino despertar lo que el otro no sabía que necesitaba ver. Es una danza delicada entre la firmeza y la ternura. Entre la verdad y la compasión.
Por eso, en Todo En Uno.Net, una de las competencias que más trabajamos en nuestras mentorías no es solo la inteligencia técnica, sino la inteligencia relacional. Porque en un mundo donde abundan los títulos, lo que falta es humanidad. Donde sobran los discursos, lo que escasea es escucha. Y donde todo el mundo tiene algo que decir, lo que urge es reaprender a decirlo con propósito y con alma.
El feedback es un espejo. Y no todos los espejos son amables. Pero cuando elegimos ser espejos limpios, que devuelven la imagen sin distorsión y con respeto, creamos culturas empresariales —y humanas— donde crecer no es doloroso, sino natural.
Hoy quiero invitarte a revisar tu forma de dar y recibir feedback. ¿Lo haces desde el miedo o desde el amor? ¿Desde la defensa o desde la apertura? ¿Desde la crítica o desde el compromiso genuino de ayudar al otro a expandirse?
Y si descubres que hay heridas, recuerda que también pueden ser portales. Que cada frase mal dicha en el pasado puede ser sanada con una nueva forma de conversar. Que cada silencio acumulado puede transformarse en diálogo honesto. Y que cada relación rota puede reconstruirse cuando elegimos el feedback como puente, no como espada.
Porque dar feedback no es corregir defectos. Es cultivar virtudes. Es encender luces donde solo había sombras. Y sobre todo, es recordar que nadie es perfecto, pero todos podemos ser mejores si caminamos juntos desde la verdad, la humildad y la esperanza.
Si alguna vez te has sentido herido por un comentario, o si te cuesta decir lo que piensas sin dañar… este es el momento de reaprender. De crecer con otros. De conversar mejor.
Te invito a compartir este mensaje con alguien con quien deseas mejorar tu comunicación. Y si sientes que es hora de transformar tu forma de liderar, de hablar, de escuchar, agenda una charla conmigo. No para enseñarte fórmulas mágicas, sino para construir juntos formas humanas y conscientes de crecer.
Agendamiento: AQUÍ
Facebook: Julio Cesar Moreno D
Twitter: Julio Cesar Moreno Duque
Linkedin: (28) JULIO CESAR
MORENO DUQUE | LinkedIn
Youtube: JULIO CESAR MORENO DUQUE - YouTube
Comunidad de WhatsApp: Únete
a nuestros grupos
Grupo de WhatsApp: Unete a nuestro Grupo
Comunidad de Telegram: Únete a nuestro canal
Grupo de Telegram: Unete a nuestro Grupo
Blogs: BIENVENIDO
A MI BLOG (juliocmd.blogspot.com)
AMIGO DE. Ese ser supremo
en el cual crees y confias. (amigodeesegransersupremo.blogspot.com)
MENSAJES SABATINOS
(escritossabatinos.blogspot.com)
👉 “¿Quieres más tips como este? Únete al grupo exclusivo de WhatsApp o Telegram”.