Qué tanto te conoces como líder? De “Oscar el osito” al arte de liderar con conciencia



Desde que tengo uso de razón, he sentido que la vida nos pone personajes, situaciones y hasta anécdotas aparentemente inofensivas, solo para despertar algo que se ha dormido dentro de nosotros. Y no me refiero a un despertar cualquiera, sino a uno profundo, brutalmente honesto y transformador. Esta semana, mientras leía el artículo "Por culpa de Óscar, el osito, tienes miedo" de Néstor Santos, algo se me removió por dentro. Porque sí, todos hemos tenido un “osito” simbólico que nos acompaña desde la infancia, una idea que se nos metió en el alma y nos definió sin darnos cuenta. Pero... ¿qué pasa cuando ese osito no suelta, cuando esa programación infantil se convierte en nuestra jaula adulta?

Yo también fui un "hombre orquesta". Dirigía empresas, escribía, formaba equipos, daba conferencias y, en paralelo, trataba de mantenerme coherente conmigo mismo. Parecía admirable desde afuera, pero por dentro, muchas veces estaba fragmentado. Me había convertido en experto en sobrevivir, en solucionar, en actuar... pero no necesariamente en sentir. Y es que el liderazgo, cuando no está basado en el autoconocimiento profundo, se convierte en una puesta en escena. Un teatro que cansa.

El miedo no siempre grita. A veces se disfraza de eficiencia, de control, de perfeccionismo. A veces se camufla en ese "yo puedo solo" que tantos aplauden, pero que esconde una soledad brutal. Como cuando de niño sentiste que tenías que portarte bien, no molestar, resolver todo para no ser una carga. Y así, sin darte cuenta, construyes un personaje. El problema es que muchos viven y mueren sin cuestionarlo.

He acompañado líderes que dirigen conglomerados multinacionales, y también emprendedores que apenas están arrancando. Y el patrón se repite: máscaras que se confunden con la piel, metas que se persiguen sin saber para qué, equipos que siguen sin convicción. Porque el verdadero liderazgo no nace de una posición jerárquica, ni de una hoja de vida llena de títulos. Nace del valor de mirarte al espejo sin filtros y preguntar: ¿Quién soy realmente, qué heridas me habitan y desde dónde estoy liderando?

Esa pregunta me llevó, hace algunos años, a replantear todo. A integrar el Eneagrama, la numerología, la inteligencia emocional y la inteligencia artificial desde un enfoque consciente. A entender que no somos solo ingenieros, abogados o contadores. Somos seres en evolución constante, almas que necesitan recordar por qué hacen lo que hacen.

Porque sí, por siglos creímos que el milagro de pensar, crear y decidir era únicamente humano. Hoy, una creación nuestra, la Inteligencia Artificial, irrumpe no para sustituirnos, sino para desafiarnos a evolucionar. El paradigma se rompe, y con él, la zona de confort en la que nos refugiamos. Ya no basta con pensar, hay que replantear qué es la inteligencia, qué es la conciencia y cuál es nuestro verdadero rol como especie. ¿Estamos preparados para coexistir con una inteligencia no biológica que aprende, decide y, en ocasiones, acierta más que nosotros?

La respuesta está en la integración. En volver al centro. En liderar desde la autenticidad. En permitirnos llorar, preguntar, desaprender y volver a empezar. Porque sólo quien se ha encontrado consigo mismo puede guiar a otros sin perderse.

Y si me preguntaras hoy, después de 36 años de acompañar personas y organizaciones, cuál es el mayor acto de valentía que puede hacer un líder, te diría esto: atreverse a dejar de fingir. Soltar al "osito" que fue necesario en su momento, pero que ya no sostiene tu versión actual. Mirarte sin excusas. Y volver a liderar, no desde el miedo, sino desde la conciencia.

Hoy, más que nunca, necesitamos líderes humanos. No perfectos. No invulnerables. Humanos. Que se atrevan a transformar su historia para transformar su entorno. Que entiendan que liderar no es imponer, sino inspirar. No es controlar, sino acompañar. No es sobresalir, sino servir.

Te invito a mirarte con ternura y con valentía. A hacer las paces con tu pasado. A reconectar con tu presente. A soñar un futuro donde el liderazgo sea un acto de amor, no una estrategia de poder.

Porque cuando uno se conoce, ya no necesita gritar para ser escuchado. Y cuando uno se ama, deja de exigir amor en forma de obediencia.

Si este mensaje te resonó, compártelo con alguien que también esté en el camino de reencontrarse. Y si quieres una conversación profunda, humana y transformadora, agenda conmigo una charla. Estaré encantado de escucharte, no como experto, sino como ser humano que también está aprendiendo.

☑️ Puedes agendar aquí: 

Agendamiento:                     AQUÍ

Facebook:                              Julio Cesar Moreno D

Twitter:                                 Julio Cesar Moreno Duque

Linkedin:                               (28) JULIO CESAR MORENO DUQUE | LinkedIn

Youtube:                               JULIO CESAR MORENO DUQUE - YouTube

Comunidad de WhatsApp: Únete a nuestros grupos

Grupo de WhatsApp:          Unete a nuestro Grupo

Comunidad de Telegram:   Únete a nuestro canal  

Grupo de Telegram:            Unete a nuestro Grupo

Blogs:   BIENVENIDO A MI BLOG (juliocmd.blogspot.com)

AMIGO DE. Ese ser supremo en el cual crees y confias. (amigodeesegransersupremo.blogspot.com)

MENSAJES SABATINOS (escritossabatinos.blogspot.com)

👉 “¿Quieres más tips como este? Únete al grupo exclusivo de WhatsApp o Telegram”.

Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente