Esto es muy simple, necesitamos conectar nuestras expectativas con nuestro nivel de esfuerzo.
Pero entendamos esfuerzo no solo de darle una y otra vez al tronco con el hacha, debemos también trabajar por mejorar nuestra técnica de como hacer swing y golpear el tronco y además debemos esforzarnos por mantener el hacha afilada.
Se podría resumir de esta manera lo que requerimos para conseguir algún objetivo.
Hacerlo con consistencia.
Optimizar nuestra técnica.
Tener nuestras herramientas a su máximo desempeño.
En la realidad, poco de esto sucede.
La falta de resultados solemos adjudicársela a que el tronco se mojó y se hace difícil, que con el calor el hacha se dilata y ya no es tan eficiente, que el refrigerio para el leñador ya no es el mismo.
¿Cuál es tu nivel de esfuerzo? ¿Eres consciente de que de este nivel dependen tus resultados?
Hay quienes quieren bajar de peso sin mejorar sus hábitos al comer y hacer deporte.
Los que esperan rendir en el deporte y jamás practican.
Algunos que pretenden aumentos sin agregar más valor en su gestión.
Otros quieren ganar dinero sin que les toque lidiar con problemas.
En el año 2003 estaba en una sala de juntas de una empresa a la que había ido a hacer negocios.
En la sala estaba el CEO y dueño de la empresa, con su equipo comercial.
Él explicaba que la situación no estaba fácil porque la inversión pública había bajado, la temporada de lluvia intensa cortaba el flujo comercial, de como el valor del dólar los estaba afectando, la cotización del precio del petróleo les daba un golpe bajo, la competencia era desleal y los proveedores los estaban estrangulando.
Yo pensaba 2 cosas. Solo 2.
Tiene un equipo en un nivel de esfuerzo para competir en la segunda división del fútbol Colombiano y le está echando la culpa al dólar y al petróleo de que porque no ha ganado la champions league.
No pide ayuda, no está haciendo nada para cambiarlo.
Se sorprenden cuando califican 2 sobre 5 y empiezan a entender el porqué de los resultados.
Pide ayuda. Invierte en tus resultados.
Deja de quejarte y actúa, los grandes personajes de la historia, del ayer y del hoy, ¿sabes en qué es lo que más invierten?, en mentores, reconocen que no se las saben todas, que no tienen por qué hacerlo e invierten en su desarrollo.
Al mismo tiempo están mejorando su técnica y optimizando sus herramientas.
Pero sabes que es lo peor, que mientras tú sigas haciendo lo mismo, sin atreverte a cambiar, esa persona con la que estás disputando ese ascenso o ese competidor con el que estás luchando ese gran negocio, se está preparando para competir. La probabilidad de que te lo gane es alta.
Está en tus manos.