La sensación de ir dando tumbos por la vida, de trabajo en trabajo, sin saber muy bien lo que quieres hacer, pero obligado a trabajar de algo porque hay que comer y pagar las facturas.
La sensación de estar atrapado en un trabajo que te machaca día tras día pero que te da un dinero a fin de mes con el que puedes vivir cómodamente aunque tu vida en el fondo sea incómoda tendiendo al infierno.
En ambos casos, Julio Cesar, estamos ante una sensación de DESCONCIERTO, de ir sin rumbo por la vida y es ahí cuando muchas personas ven como única salida montar algo por su cuenta, aunque no tengan ni idea de qué emprender ni tampoco del cambio radical de estilo de vida y de mentalidad que requiere el emprendimiento.
Salidas de impulso, de desesperación incluso, que pueden meterte en una espiral de la que te resulte difícil salir.
Cuando esa sensación te asalte, da un paso atrás antes de decidir si emprendes o no.
Necesitas adentrarte en ti, en quién eres, hacer balance de lo que TIENES/NO TIENES y lo que en realidad QUIERES/NO QUIERES, sin dejarte llevar por las ideas de éxito y de modo de vida que nos imponen socialmente. Se trata de diseñar tu estrategia vital, la brújula que te ayude a dar los pasos correctos para ti y para nadie más.