Masaje perineal, una herramienta de autoconocimiento para preparar el parto

El parto es una de las principales causas de disfunciones en el suelo pélvico. Muchas embarazadas se dan el masaje perineal para prepararse para dar a luz. Sin embargo, no hay evidencia científica de muchos de los beneficios que se le atribuyen. Su uso extensivo puede incluso hacer a las mujeres dependientes de una técnica que se recomienda sobre todo en primíparas y que, eso sí, es una excelente herramienta de autoconocimiento.

Masaje perineal, una herramienta de autoconocimiento

El masaje perineal es una técnica que está muy extendida entre las mujeres embarazadas para prepararse para el parto. Sin embargo, también se le atribuyen unos beneficios de los que no hay evidencia científica. Además, su uso extensivo puede hacer a las mujeres dependientes de una técnica que nuestras madres y abuelas ni siquiera llegaron a conocer.

Mª Dolores Teruel cree que “no necesitas nada para poder parir”. Por eso es importante no hacer a las mujeres dependientes de técnicas como el masaje perineal, que en algunos casos, incluso puede estar contraindicada. Esta fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y obstetricia tiene claro que no siempre es necesario hacer el masaje perineal para dar a luz, aunque reconoce que sí puede ser una herramienta de autoconocimiento que nos ayude a familiarizarnos con nuestro cuerpo y la sensación de estiramiento de los tejidos durante el parto.

No necesitas nada para poder parir

El parto es una de las principales causas de disfunciones en el suelo pélvico. Durante el embarazo, el aumento de peso y la dilatación del periné debilitan la musculatura de la zona. Por eso, durante el embarazo y el postparto puede ser importante, aunque no siempre necesaria, la fisioterapia para su recuperación.

Y es que a pesar de lo que creemos, no siempre hay que preparar el periné para el parto, excepto que tengamos una patología y haya que tratarla. “Hay mujeres que necesitan tratamiento”, explica Mª Dolores Teruel, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y obstetricia cofundadora de la clínica de fisioterapia Espacio Kenko. Por ejemplo, “si tienes una contractura en el suelo pélvico va a ser importante tratarla, aunque hay mujeres con vaginismo que dan a luz”. Ello se debe a que fisiológicamente, el parto es un proceso involuntario.
Beneficios del masaje perineal

Entre otros beneficios, el masaje perineal aumenta la elasticidad de los tejidos, favoreciendo la circulación sanguínea, y protege el periné del traumatismo del parto al aumentar su resistencia muscular. Además ayuda a familiarizarse con la sensación de estiramiento, ayudando a relajarlo durante el parto, y reduce el dolor perineal tras dar a luz. También puede prevenir los desgarros, aunque no las episiotomías, ni hay evidencia de que ayude a disminuir el número de las que se efectúan.

De hecho, este es uno de los mitos que circulan en torno a la técnica, junto a la creencia de que si no duele no sirve de nada. Mª Dolores Teruel explica que el masaje no tiene que ser una “tortura perineal”, porque en ese caso, lo que vamos a conseguir es más tensión.

El masaje perineal se recomienda sobre todo en primíparas

El masaje perineal se recomienda sobre todo en primíparas. Su eficacia se ha demostrado si se realiza a partir de la semana 32-34 de gestación, una o dos veces por semana, durante 10-15 minutos. Para mejorar la elasticidad del periné es fundamental ser constante.
Cómo hacer el masaje perineal

Se puede realizar sola o que te lo haga tu pareja y usar un aceite natural como la rosa mosqueta, de almendras dulces o de oliva, o un lubricante acuoso, como el gel vulvar Palomacare. Para la fisioterapeuta Mª Dolores Teruel, “el mayor bien del masaje perineal es que hace que las mujeres se toquen las vaginas, esa parte de autoconocimiento es muy importante sobre todo en un momento de la vida en que todo el mundo te la mira menos tú”.

Antes de empezar es importante lavarse las manos y cortarse las uñas, además de orinar. Busca una postura cómoda y lubrica los dedos antes de introducirlos en la vagina. Si te haces el masaje a ti misma, puede ayudarte tener a mano un espejo. Para hacerlo, coloca los dedos dentro de la vagina y empuja el perineo hacia la zona del recto y los lados de la vagina evitando presionar la uretra y mantén la presión durante unos minutos.

Para la cofundadora de la clínica de fisioterapia Espacio Kenko, lo importante es “que las mujeres sepan para qué sirve realmente, que conozcan la fisiología del parto, las capacidades de su cuerpo y qué herramientas hacen que esa zona se adapte en términos fisiológicos para dar a luz… ”.

El suelo pélvico es una estructura formada por músculos y ligamentos cuya función es sostener los órganos que se encuentran en el interior de nuestra pelvis para mantenerlos en una correcta posición y facilitar sus funciones: micción, defecación, coito, parto. Estos músculos que rodean la uretra y la vejiga son los que las sujetan y asegura la continencia urinaria y fecal. Al estar en contacto con la vagina y el recto, colaboran en la función sexual y el cierre del ano.


Tras el embarazo, el cuerpo tiene que adaptarse a las nuevas necesidades

Durante el embarazo, la mujer engorda y puede sufrir cambios en su cuerpo, como estrías, varices o manchas. Según el bebé va creciendo en el interior del útero, la vagina se acorta y es posible que note dolor al tener relaciones sexuales en las posiciones en las que la penetración sea muy profunda. Tras el embarazo, el cuerpo de la mujer tiene que adaptarse a las nuevas necesidades.

También la lactancia afecta a sensibilidad en la vagina. La vasocongestión de las paredes vaginales es más lenta, y estas se irritan con facilidad; disminuye la lubricación vaginal, que hace más incómodas las relaciones coitales, y a ello se suman los dolores por los puntos o la episiotomía. En esta etapa la lubricación disminuye mucho y los puntos pueden tirar al secarse, por lo que el uso de lubricantes e hidratantes vaginales es muy importante. Su aplicación diaria puede mejorar el bienestar de la mujer, no solo durante las relaciones sexuales.

Si durante el parto ha resultado dañada la musculatura pélvica, la sensibilidad vaginal disminuye y puede resultar más difícil llegar al orgasmo, que puede ser más debilitado. Los mimos, masajes o estimulación genital sin penetración pueden resultar igual o más placenteros y menos incómodos tras dar a luz. Los ejercicios de recuperación de la musculatura pélvica pueden ayudar no solo a evitar incontinencias, sino a mejorar el bienestar de la mujer y facilitar las relaciones sexuales, potenciando su placer.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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