El covid ataca sobre el catre



Hay que mirar hacia otros daños que está dejando el covid-19, entre ellos el deterioro del aquello.

En el marco de esta pandemia son muchos los factores que impactan en la calidad de la vida sexual.

La pandemia desafortunadamente se llevó de frente las ganas, al punto de que hoy el apague de la libido puede considerarse una secuela más del inefable virus.

Aunque en un comienzo se pensó que el estrés es el responsable de la decadente actividad del departamento inferior, lo cierto es que en el marco de esta pandemia son muchos los factores que impactan en la calidad de la vida sexual en poblaciones de todas las edades, con el agravante de que tiende a ser una situación que se padece en silencio.

Basta ver que al inicio muchas parejas se quejaban porque las cuarentenas, los cambios obligados en la cotidianidad y la redefinición de relaciones en un contexto de permanencia podrían estarles afectando su desempeño sobre la cama, tanto que llegó a contrastarse con otro grupo que calificaba el aquello más satisfactorio en medio de la pandemia e incluso lo veía como una oportunidad para explorar nuevas sensaciones.

Un estudio referenciado por la Universidad Autónoma de Chile, al analizar esta situación, deja claro que mientras el 40 por ciento de la población manifiesta tener menos interés sobre el catre, otro 20 por ciento insiste en que sus relaciones íntimas son mejores que las que tenía antes de la pandemia. Y en este sentido, las explicaciones recaen en las afectaciones promovidas por las preocupaciones, la incertidumbre, los cambios de prioridades y los nuevos estilos de vida. De momento, todo es entendible, porque en el llamado ‘estrés de supervivencia’ lo único que importa es sobrevivir y en este caso las funciones de la planta baja pasan –como debe ser– a un segundo plano.

Hasta aquí todo podría ser aceptable, pero las cosas se complican frente al devastador impacto que en la sexualidad empieza a evidenciarse, como consecuencia del síndrome poscovid o del llamado covid prolongado, en el que se relacionan alteraciones vasculares, hormonales e incluso mentales, que aún están por entenderse en su verdadera dimensión para intervenir en este campo como corresponde.

Resulta razonable aceptar que hasta ahora el mundo ha tenido como prioridad evitar que el covid-19 se ensañe con enfermos graves y aumente sus cifras de muertes, pero llegó la hora de voltear a mirar hacia otros daños que está dejando entre ellos el deterioro del aquello. Es una asignatura que no debe quedar pendiente.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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