¿Intentas ser una súper–mamá y tomar decisiones correctas todo el tiempo?
Tal vez no te guste, pero la verdad es que la mamá perfecta no existe. La definición de ‘perfecto’ es ser impecable, integral en todos los aspectos y demostrar habilidades excelentes.
Cuando somos “perfectos”, no tenemos necesidad de crecer o aprender. De hecho, es más probable cometer errores si nos esforzamos en ser perfectos, porque entonces comenzamos a mostrar a nuestros hijos, a través de nuestras creencias y comportamientos, que cualquier cosa que no sea “perfecta” es un fracaso.
Así que sí: es completamente posible ser una buena mamá sin ser perfecta. ¡Y apuesto a que haces lo mejor que puedes! Pero, si tienes dudas, aquí hay algunas preguntas que puedes hacerte para descubrir qué tan bien has estado conduciendo el autobús de la maternidad.
1. ¿Dejas que tus hijos sean como son?
El temperamento son características fuertes de un niño. Como madre, es normal que quieras influir, moldear y exponer a tus hijos a ciertos estímulos para que desarrollen una personalidad sólida, pero los niños a menudo saben quiénes son y qué quieren.
Parte de tu trabajo como madre es encontrar un equilibrio entre el estímulo y la independencia. Deja que tus hijos sean quienes son y guíalos con amor.
2. ¿Aceptas cuando te equivocas?
Los niños necesitan aprender a través del ejemplo. Parte del proceso significa cometer errores, reflexionar sobre ello juntos y seguir adelante, como una familia. A medida que tus hijos crecen, también lo haces tú, vas ganando sabiduría y experiencia. No te castigues por cometer errores, sé transparente, franca y madura al respecto, hay mucho que puedes enseñar a los niños a través de la honestidad.
3. ¿Le dices a tus hijos que “no” cuando hace falta?
Si bien puede parecer que dices “no” con más frecuencia que cualquier otra palabra, poner límites es parte de ser una buena mamá y, tarde o temprano, tus hijos entenderán por qué lo haces.
Recuerda que parte de la crianza es entregar a la sociedad personas funcionales y que contribuyan a crear un mundo mejor. Además, en el “mundo real” también hay límites, así que decirle “no” a los niós es prepararlos para la vida.
4. ¿Buscas formas de hacer las cosas mejor cada día?
Si tu computador o teléfono está lleno de recetas, ideas de actividades para hacer en familia o decoraciones para la habitación de los niños, es una clara señal de que eres una buena madre.
Te importa que tus hijos disfruten cada minuto al máximo, quieres construir recuerdos felices y demostrar a tus hijos cuánto los amas, ¡eso es genial! Solo tómalo con calma y no intentes controlar demasiado las cosas, los niños también disfrutarán de las actividades improvisadas y esta puede ser una oportunidad para estimular su creatividad.
5. ¿Dudas de tus capacidades como madre?
Las mamás que piensan que no son buenas mamás generalmente están haciendo las cosas bien, tan bien que lo ponen en duda.
En cambio, las madres que están demasiado seguras de tener siempre tienen la razón se equivocan, porque asumen un rol de control absoluto sobre sus hijos y les impiden vivir experiencias por su cuenta.
6. ¿Tus hijos toman buenas decisiones sin tu ayuda?
Garantizar que tus hijos saben cómo mantenerse a salvo y se comportan de forma amable y correcta en un entorno social es una parte esencial del trabajo de madre. Tu objetivo es criar niños que tomen buenas decisiones por sí mismos, y si esto pasa naturalmente significa que les has enseñado bien.
Puede que estés mucho más preparada para la maternidad de lo que crees. ¡Lo más probable es que seas la mejor mamá que existe para tus hijos!
Es cierto que tendrás que lidiar con eventos inesperados, y no siempre será fácil, pero no dejes que nada se interponga en tu camino para ser la mamá que siempre quisiste ser.