El sexo fluctĂșa al mismo tiempo que la vida. Existen circunstancias que pueden hacer que tus experiencias sexuales pasen por diferentes fases. La clave es saber adaptarse y afrontarlo
20 ideas sexo relaciones
La sexualidad no es una ciencia exacta, una misma persona no tiene por quĂ© reaccionar igual al sexo durante toda su vida, sino que flutĂșa a lo largo de los años o dependiendo de las situaciones que experimente. Lo mĂĄs importante es saber administrar bien los sentimientos. ¿En cuĂĄl de ellas te ves reflejada?
1. Intentando un embarazo
El sexo para quedarte embarazada no tiene que ser diferente al sexo por placer, pero a menudo la preocupaciĂłn por los dĂas fĂ©rtiles y la incertidumbre por las probabilidades de embarazo provocan un aumento de la ansiedad. Y, desde siempre, la ansiedad y la sexualidad no han sido buenas amigas. De todas maneras, planificar tus relaciones sexuales puede ser una ventaja: organizad previamente el encuentro con un ambiente que os apetezca, desconectad los mĂłviles y aunque el coito sea de obligado cumplimiento, no os olvidĂ©is de jugar, de los masajes, de las caricias y del buen humor.
2. Proceso de reproducciĂłn asistida
Adentrarse en un procedimiento mĂ©dico tan complejo y de larga duraciĂłn puede afectar de manera directa a las funciones lĂșdicas y de relaciĂłn en la sexualidad personal y de pareja. No estĂĄ de mĂĄs recurrir a la ayuda de un profesional de la psicologĂa o de la sexologĂa especializado en infertilidad para prevenir muchos de los efectos secundarios que puedan aparecer. En estos casos es aĂșn mĂĄs importante la comunicaciĂłn activa con tu pareja, desde las emociones que comporta el diagnĂłstico y el tratamiento hasta la parte mĂĄs sexual o afectiva. Es mejor no dar nada por supuesto ni inferir pensamientos o deseos del otro y no forzar demasiado los momentos sexuales, si no apetece.
3. Durante el embarazo
Hay que destacar que durante el embarazo a la mujer no le salen alas, es decir, no se convierte en un ser asexual. Has conseguido el objetivo de la fecundación, pero las funciones de placer y de relación siguen estando presentes. A excepción de alguna complicación o contraindicación por el profesional que te asesore durante la gestación, practicar sexo no es perjudicial durante el embarazo. Al contrario, es muy importante conservar el erotismo y la vida sexual con tu pareja. A medida que el embarazo avance te encontrarås mås cómoda con posturas que no te opriman la tripa o utilizando diferentes tipos de cojines para hacer mås cómoda la relación sexual. En esta etapa resulta imprescindible una buena comunicación sexual para consensuar frecuencia, posturas y también compartir amor, pasión y afecto.
4. Si acabo de tener un bebé
DespuĂ©s del parto tu cuerpo produce menos hormonas sexuales y libera prolactina. Todo ello, unido a la recuperaciĂłn del parto o de la cesĂĄrea y a la reorganizaciĂłn familiar para adaptarse al cuidado del bebĂ©, hace que sea normal que tu sexualidad pase a un segundo plano. QuizĂĄs al inicio de esta etapa no te apetezcan las relaciones sexuales tal cual, pero sĂ intimidad, de manera que reclĂĄmaselo explĂcitamente a tu pareja. Poco a poco irĂĄs recuperando tu respuesta sexual, aunque es habitual que el sexo pierda una pizca de espontaneidad. Cuando lo creĂĄis oportuno, pedid ayuda a familiares o amistades y programad tiempo para estar juntos y solos, e ir recuperando progresivamente el deseo y la complicidad como pareja emocional y sexual.
5. Si estoy mĂĄs centrada en la crianza que en la pareja
Cuando se tienen hijos de corta edad es habitual que el tiempo que antes se dedicaba a uno mismo y a la pareja quede reducido a su mĂnima expresiĂłn, y hay que aceptarlo como una cosa normal, si bien pensando que es transitorio. Es preciso adaptarse porque seguro que habrĂĄ una disminuciĂłn del nĂșmero de relaciones sexuales. Intentad compartir y organizar entre los dos las tareas cotidianas para ganar momentos tranquilos entre ambos e invertirlos en afectividad y sexualidad. Ayudaos de la familia o las amistades para tener de vez en cuando unas horas o un fin de semana para vosotros solos. Te aseguro que no pasa nada porque dejes abandonada a tu prole durante unas horas o una noche.
6. Diagnosticada con una enfermedad crĂłnica
Determinadas enfermedades crĂłnicas y sus tratamientos farmacolĂłgicos o quirĂșrgicos pueden tener consecuencias negativas en tu sexualidad. Unas veces porque provocan dolor –y en sexualidad el dolor suele ser incompatible con el placer–, otras porque son invalidantes en algunas esferas relacionadas con el sexo, y a veces los tratamientos tienen efectos secundarios sobre el deseo o el desempeño sexual. No dudes en preguntar al especialista si la enfermedad diagnosticada o el tratamiento recetado tienen efecto sobre tu respuesta sexual. Tener informaciĂłn puede predisponerte a tener el efecto secundario pero, poniĂ©ndote las gafas optimistas, podrĂĄs adelantarte a algunas consecuencias adversas.
7. Pareja diagnosticada con una enfermedad crĂłnica
Aunque una parte significativa de las personas que padecen una enfermedad crĂłnica presenta algĂșn tipo de disfunciĂłn sexual, la mayorĂa no lo plantea a su mĂ©dico de referencia. En el caso de los hombres, determinados efectos derivados de la propia enfermedad o las terapias mĂ©dicas o quirĂșrgicas empleadas, como la disfunciĂłn erĂ©ctil, pueden afectar de manera significativa no solo a la esfera sexual sino tambiĂ©n a su autoestima en general y a la apariciĂłn de problemas de salud mental añadidos, como la ansiedad o la depresiĂłn. Es importante que te impliques en todo el proceso, que no se interrumpa la proximidad fĂsica y afectiva y que consensuĂ©is posturas facilitadoras o alternativas al coito, si fuera necesario.
8. No puede penetrarse
Es una de las problemĂĄticas sexuales que provoca mĂĄs angustia porque las mujeres que sufren vaginismo son conscientes de que algo extraño pasa en sus genitales. Es la contracciĂłn involuntaria de la musculatura que envuelve la abertura de la vagina y su tercio externo. Puede haber causas fĂsicas que la provoquen, pero en la mayorĂa de casos tienen factores psicolĂłgicos en su origen o en su mantenimiento. Aunque quizĂĄs tĂș y tu pareja os habĂ©is adaptado a la situaciĂłn no practicando el coito, una buena noticia: es una disfunciĂłn con un buen pronĂłstico en manos de profesionales expertos y pacientes motivadas.
9. Dolor durante la penetraciĂłn
La penetración es posible, pero con molestias e incomodidad para ti. Si el malestar es circunstancial puede deberse a una lubricación inadecuada porque no estås suficientemente excitada. O bien sea porque te encuentres en alguna de las dos situaciones mås propensas a la sequedad vaginal: el posparto y la menopausia. La dispareunia (o coito doloroso) estå mås relacionada con factores orgånicos que psicológicos, asà que ante cualquier malestar durante la relación sexual no dudes en consultar a tu médico de referencia.
10. No llega el orgasmo
En algunas mujeres la presiĂłn por llegar al orgasmo ante su pareja les provoca tal ansiedad que acaban bloqueĂĄndose. En otros casos, sus parejas o ellas mismas no se proporcionan una estimulaciĂłn adecuada y se quedan a medio camino. Es importante tener en cuenta que cada mujer, como cada hombre, es Ășnica y que la comunicaciĂłn sexual sobre lo que cada una necesita para abandonarse al placer, es vital. No pasa nada porque te estimules delante de tu pareja o le enseñes a Ă©l a tocarte, si eres mĂĄs clitoriana. TambiĂ©n acepta que el sexo es un juego en el que el proceso es tambiĂ©n importante, no solo el final, asĂ que propĂłn lo que necesitas para que el camino te acabe llevando al orgasmo, sin sentirte obligada.
11. Sin ganas
Es el motivo por el que consultan mĂĄs mujeres, aunque Ășltimamente las cantidad de hombres que acuden por falta de deseo estĂĄ aumentando significativamente. El origen puede ser orgĂĄnico o un efecto secundario de determinados medicamentos – como ansiolĂticos o antidepresivos-, pero una de las principales causas es la calidad de la relaciĂłn. Si no te sientes satisfecha respecto a tu relaciĂłn, no solo en la cama, sino tambiĂ©n fuera de ella, tu deseo irĂĄ disminuyendo de manera progresiva. Si ademĂĄs te sientes agotada por dobles o triples jornadas, tu nivel de energĂa fĂsica, mental y sexual estĂĄ bajo mĂnimos y te costarĂĄ animarte a tener relaciones sexuales al final del dĂa. Si te preocupa tu falta de deseo, replantĂ©ate quĂ© crees que es lo que no acaba de funcionar, hĂĄblalo con tu pareja y si no encontrĂĄis una soluciĂłn los dos solos, buscad ayuda profesional.
12. Pareja con un problema sexual
Hay que diferenciar si la pareja es esporĂĄdica o estable. En el primer caso, es mejor no darle mucha importancia y empatizar con el otro: cualquiera puede sufrir puntualmente una dificultad sexual. En la pareja estable la reacciĂłn serĂĄ diferente si tenĂas un buen nivel de satisfacciĂłn sexual anteriormente. Es importante comentarlo con la pareja, sin presionarlo en exceso, y sobre todo explicarle en primera persona cĂłmo te sientes, manifestĂĄndole tus miedos y cĂłmo todo te afecta. Por mi experiencia, si el hombre demora en exceso la bĂșsqueda de soluciones, se acaba produciendo un distanciamiento sexual y emocional que acaba pasando factura, y cuando al final se decide recurrir al especialista la mujer no se suele mostrar tan colaboradora.
13. Miedo a las ETS
Algunas personas se inhiben de practicar relaciones sexuales por miedo a contraer una enfermedad de transmisiĂłn sexual. EstĂĄ claro que el riesgo cero no existe y en cualquier conducta humana va implĂcito un imprevisto o un cierto peligro. Ahora bien, la probabilidad de contagio disminuye mucho si se utilizan correctamente mĂ©todos de barrera tanto en los diferentes tipos de coito, vaginal y anal, como en el sexo oral: condones masculinos, condones femeninos y barreras de lĂĄtex bucales. Busca informaciĂłn sobre su uso correcto y no te cortes a la hora de utilizarlos con las posibles parejas.
14. Separados por motivos de trabajo
En general, puedes estar viviendo en una de estas dos situaciones diferentes: siempre habĂ©is vivido juntos y, por diversas razones debĂ©is vivir separados; o bien ya has iniciado tu relaciĂłn con alguien estando ambos en lugares distintos. En el primer caso, tendrĂ©is que reorganizar vuestra relaciĂłn y aprender a vivir separados. En «si vale la pena intentarlo y comprometerse». En ambas situaciones es importante ayudarse de las tecnologĂas tambiĂ©n para el sexo, pactar de manera honesta el grado de fidelidad sexual y no distanciar demasiado lo encuentros presenciales. Y cuando los encuentros lleguen, que las ganas acumuladas no os jueguen una mala pasada porque la ansiedad no se lleva bien con el desempeño sexual y seguro que hay mĂĄs temas pendientes e importantes que no solo el sexo.
15. A la cama con amigos
Popularmente se tiene la idea de que tener sexo con un amigo puede acabar con la amistad. Pero no es del todo cierto, sobre todo si es una amistad sĂłlida y de larga duraciĂłn. Para prevenir problemas lo mejor es que os sincerĂ©is respecto a vuestras expectativas, teniendo en cuenta que no es una relaciĂłn formal, ni que serĂĄ muy prolongada en el tiempo y que si el sexo no es del todo satisfactorio para alguno de los dos, dejarĂ©is de practicarlo, pero continuarĂ©is con la amistad. Eso sĂ, ten en cuenta que si tienes sexo con tu mejor amigo, los estudios pronostican una probabilidad nada desdeñable de un 50% de acabar siendo pareja y ademĂĄs exitosa, porque las parejas que han comenzado como amigos y pasan a ser novios suelen durar mucho mĂĄs.
16. Infidelidad de tu pareja
La decepciĂłn es la emociĂłn mĂĄs frecuente vinculada a la infidelidad: saberte engañada seguro que te ha producido un cĂșmulo de sentimientos negativos hacia tu pareja que degradan la imagen que hasta el momento tenĂas de ella, y restaurarla no siempre resulta fĂĄcil ni viable. Lograrlo cuesta y no es tan sencillo. Date tiempo para la reflexiĂłn, exige a tu pareja la mĂĄxima sinceridad sobre lo sucedido, aunque sin los detalles sĂłrdidos, y sĂ© tu tambiĂ©n sincera con Ă©l y con lo que deseas. La clave es el restablecimiento de la confianza por ambas partes, intentando no mirar constantemente hacia atrĂĄs y marcando unos pactos que se tienen que cumplir por los dos en el presente y en el futuro.
17. Infidelidad por tu parte
La persona infiel lo es por propia iniciativa, no valen excusas ni justificaciones. Si te sientes mal es porque no solo has incumplido el pacto previo de exclusividad sexual y emocional que tenĂas con tu pareja, sino que lo has roto contigo misma. Si el affaire ha sido algo ocasional y no ha representado nada demasiado importante para ti, trĂĄgate la culpa e intenta mejorar tu relaciĂłn de pareja, si crees que algo no anda bien. Si por el contrario, la infidelidad te estĂĄ provocando un replanteamiento serio de tu relaciĂłn, date un tiempo para enfrentarte a tus propios sentimientos y emociones, y poder tomar una decisiĂłn.
18. AcostĂĄndote con un ex
Es frecuente que durante el proceso de separaciĂłn o incluso un tiempo despuĂ©s, puedas tener relaciones sexuales con tu expareja. Los vĂnculos no se rompen de manera tan rĂĄpida como nos gustarĂa y es normal que todavĂa te sigas sintiendo mĂĄs cĂłmoda, segura y desinhibida con Ă©l porque te conoce y le conoces Ăntimamente. Ahora bien, nunca puede ser la excusa para no enfrentarte a nuevas relaciones sociales. Seguramente empezar de nuevo es un reto y te genere cierta ansiedad, pero si te separaste, tuviste tus motivos y quizĂĄs es el momento de darle la oportunidad a otras personas.
19. LĂo en el trabajo
No te sientas extraña, es muy habitual que entre compañeros de trabajo que pasan mucho tiempo juntos pueda surgir una atracciĂłn sexual. Ese flirteo puede acabar en una relaciĂłn sexual y tendrĂĄs que decidir si te conviene o no de manera mĂĄs frĂa, y actuar en consecuencia. Los estudios sugieren escapar de relaciones sexuales con jefes y subordinados porque hay mĂĄs probabilidades de que tengan efectos secundarios poco agradables en el entorno. Aunque si la relaciĂłn es igualitaria y los dos tenĂ©is los objetivos claros, no tiene por quĂ© repercutir en el ĂĄmbito laboral, ni suponer daños colaterales para vuestro futuro profesional. Eso sĂ, la discreciĂłn ante el resto de los compañeros serĂĄ un punto a vuestro favor.
20. Pareja abierta
Conceptos como la fidelidad y la exclusividad sexual y emocional, estĂĄn experimentando cambios y algunas personas se los replantean despuĂ©s de una infidelidad, de sucesivos fracasos, bien para añadir mĂĄs chispa y alicientes a una relaciĂłn que ha caĂdo en la rutina. Incorporar determinadas normas requiere de una decisiĂłn individual meditada y del consenso con la pareja. No te sientas obligada a aceptarlas.