En su concepción más básica, los celos pueden entenderse como el temor a ser desplazado, por otra persona, de un lugar en el que se halla confort. Por eso, en las relaciones de pareja, las personas celosas están en un estado de alerta o aprensión permanente, buscando pruebas o indicios que señalen la posibilidad de ser sustituido o reemplazado por otra persona, lo que les genera un estado de tensión permanente. Como plantea el Dr. Walter Riso, “los celos son posesión, no importa cómo quieran pintarlos”.
La persona que padece de celotipia, busca estrategias, la mayoría irracionales, para intentar mantener su posición en la relación. Ante esto, desarrolla estrategias en dos sentidos básicos: De vigilancia, procurando mantener el control sobre las cosas que pueden poner en riesgo la relación, o de complacencia, buscando agradar a su pareja para evitar las intenciones de abandonarle o sustituirle por otro.
Estas estrategias resultan irracionales en tanto se basan en alarmas falsas, que son producto de la distorsión de la realidad que hace el sujeto celoso, pero que cree en ellas, actuando con la certeza de su veracidad. La persona percibe amenazas donde realmente no las hay, o exagera la valoración de las señales que pueden estar relacionadas con la posibilidad de ser desplazado en la relación.
Esto hace que la convivencia en pareja sea generadora de perturbación e incomodidad. Los reclamos y discusiones suelen ser frecuentes, haciendo de la relación una experiencia tormentosa. Y es que la ambivalencia que muestran las personas celosas, hace que se presente una situación dilemática en su pareja, en tanto la persona celada suele quejarse del excesivo control, vigilancia y manipulación de su pareja, al tiempo que disfruta los momentos en los que están bien en la relación, por lo expresivos, detallistas y apasionados que suelen ser los celosos en los momentos armónicos de la relación.
También es cierto que, muchas veces, las personas celadas temen alejarse de sus parejas por las frecuentes amenazas, manipulaciones o chantajes de los que son víctimas. Algunas personas celosas se tornan agresivas con sus parejas, buscando generar respuestas de miedo en el otro, para evitar que se alejen de la relación. Otras suelen amenazar con causarse daño ellas mismas, o hasta matarse, para que su pareja no les abandone por un sentimiento de pesar, o para no tener que cargar sobre los hombros la responsabilidad de lo que pueda pasarles.
Ante esto, es importante tener presente que, cuando se convive con una persona celosa, se debe saber hasta donde se puede aguantar la situación, poner límites claros para no permitir ser controlado, manipulado y chantajeado por el otro, y evitar riesgos posibles por las reacciones que pueda presentar la persona.
Algunas recomendaciones para las personas que conviven con una persona celosa, son:
Reconoce el problema de tu pareja y define si puedes vivir con esta realidad. En ocasiones es conveniente hacer una balanza entre la gratificación que proporciona mantenerse en la relación y el costo que esto implica, por lo que se padece derivado de los celos de la pareja. Ningún momento de satisfacción logra mitigar los daños producidos por la vigilancia, el control y, en ocasiones, la agresividad de la persona celosa.
Mantener una comunicación fluida y asertiva. Es importante que cuando algo te moleste de tu pareja, se lo adviertas de inmediato, de manera cálida y directa. Es preferible detener a tiempo las expresiones y conductas que no te gustan, para establecer límites adecuados en la relación.
Busca la forma de dialogar con tu pareja sobre sus miedos e inseguridades. En la base de cada persona celosa, hay un gran nivel de desconfianza e inseguridad, que no expresan abiertamente, sino que se manifiestan en estrategias de control y cuidado de la relación. Crear un espacio de confianza para hablar de estos asuntos, podrá permitirle poner afuera esos temores que, por dentro, le carcomen lentamente.
Hacer respetar los espacios personales y la intimidad. Cada persona en la relación tiene derecho a un espacio íntimo, inviolable para otros, incluyendo a su pareja. Compartir las claves de acceso de los equipos tecnológicos, permitir que se revisen las redes sociales o información que se conserve como íntima, es una forma de mantenimiento de las manifestaciones de celos, porque la persona se siente autorizada para ingresar en tu territorio privado.
Procura generar confianza y tranquilidad a tu pareja. Muéstrale tu intención de aportar para que la relación esté bien, que no hay porqué mantener la desconfianza, que puede creer en ti. Muéstrale que sus sospechas son infundadas y señálale la diferencia que hay entre una situación de sospecha y otra de certeza.
Si es del caso, sugerir apoyo profesional. Las personas celosas necesitan fortalecerse en su interior para superar los niveles de inseguridad y desconfianza que les caracterizan. En muchas ocasiones se requiere de un acompañamiento profesional para ello, en el que se busque fomentar la seguridad personal y el desarrollo de estrategias adecuadas de afrontamiento.