Explorar con ellos puede ser una buena sugerencia, dados los tiempos que corren.
Los juguetes eróticos se han convertido en acompañantes más comunes en la cama, tanto que en el marco de la pandemia su demanda ha crecido. La verdad, esto debe recibirse de buena forma, en razón a que es una muestra de la pérdida de la mojigatería que envuelve estos temas, pero también del crecimiento de la aceptación de la sexualidad como un elemento fundamental en la vida de todas las personas. Y cuando digo de todas, me refiero a todas.
Y dentro de estos juguetes, los que se dedican a la atención del clítoris han marcado un repunte significativo, en el que sus evidentes beneficios se acompañan de inquietudes sobre sus potenciales riesgos. En ese sentido, sin posar de erudita, pero basada en voces de expertos, intentaré aclararle algunas de ellas. Para empezar, hay que decir que el placer que producen los succionadores de este órgano de ninguna manera compite con el que desencadena una encamada normal y, por el contrario, son aparatos que ayudan a mejorar las relaciones de pareja.
Así que no hay problema... Con respecto a las edades, asuntos como la disminución de la lubricación y el deseo sexual, comunes en el climaterio, no son obstáculos para utilizar un ayudante clitoriano. De hecho, estos problemas pueden ser compensados por esos juguetes que al no requerir penetración, proporcionan gratas reacciones de forma más directa y casi inmediata. Hay que decir que el riesgo de infecciones existe, porque si bien estos aparatos deben ser de uso personal, requieren de limpiezas exhaustivas, después de usarlos, e incluso, en caso de dudas, pueden esterilizarse.
No sobra decir que siguiendo las instrucciones de uso dadas por los fabricantes, estos riesgos disminuyen de manera importante.
Una pregunta frecuente es sobre las posibilidades de que el uso frecuente de los succionadores de clítoris pueda desencadenar incontinencia urinaria. A este respecto, los estudiosos han coincidido en que es un temor infundado, porque anatómicamente el clítoris y la uretra son estructuras diferentes y separadas funcionalmente, de ahí que pensar en acciones sobrepuestas no tiene ninguna razón, máximo si los juguetes se ubican donde corresponde.
Es claro que, como todo en la sexualidad, los succionadores de clítoris tienen aceptación, pero también detractoras, porque el nivel de sensibilidad en las mujeres es algo completamente individual, a lo que hay que sumar patrones culturales, gustos y preferencias que a la larga son las que enriquecen este componente en la vida de todas. De ahí que sugerir que es un juguete para todas, es un error.
En síntesis, dado que no existe ninguna contraindicación absoluta para utilizar estos bien avenidos juguetes, explorar con ellos puede ser una buena sugerencia, dados los tiempos que corren y que cada quien saque sus conclusiones...