5 acciones para encontrar un trabajo que te llene

¿Necesitas un trabajo que te llene o una vida que te llene? El trabajo es solo una parte de la vida y no toda tu vida. A veces nos ponemos mucha presión intentando emular a amigos y familiares, a los que suponemos tienen vidas exitosas. Encontrar un trabajo que te llene está directamente relacionado con tus valores y tu manera de comprender el mundo.


Vamos a ponerte dos ejemplos.

Primero. Imagina que eres una ejecutiva de cuentas que gestiona una amplia cartera de clientes. Trabajas más de ocho horas al día y en tu tiempo libre debes estar relativamente pegada al móvil porque un WhatsApp o la llamada de un cliente puede desatar una auténtica tormenta que te puede llevar varias horas resolver.

Tu trabajo te gusta, pero duermes mal, te alimentas peor y te planteas si tu sueldo, que no está nada mal, tiene sentido a final de mes porque sabes que estás pagando un precio muy alto.

Segundo. Trabajas en atención al cliente en una gran compañía de moda. Tienes tacto para ayudar a las personas a encontrar el vestido que mejor se adapta a su silueta y sabes a la perfección qué zapatos de qué marca podrían combinar con su selección.

Como en el primer caso, tu trabajo te gusta, pero pasas casi diez horas al día de pie, te duele la espalda por llevar tacones durante tanto tiempo y sabes que cobras menos de lo que realmente aportas a los clientes de la empresa.

Entonces, ¿cómo encuentro un trabajo que me llene? Si lo que haces hasta el momento está bien pero no es suficiente, hoy te traemos algunas claves para descubrir el potencial que hay en tu interior.

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Escribe quién eres y qué te gusta

Compra un cuaderno o recupera uno que sabes que tienes por casa perdido en algún cajón. Dedica unos cinco minutos al día a responder a las tres siguientes preguntas:
¿Quién soy?
¿En qué soy muy bueno/a?
¿Cómo puedo servir y ayudar honestamente a los demás?

Trabajar es un acto de entrega hacia los demás. Puedes hacerlo trabajando para otros o para ti misma. Sea cuál sea la forma que escojas, recuerda que estamos en este mundo para servir a los demás ofreciendo lo mejor de nosotros mismos.

No tengas prisa en elaborar la lista. Dedícale unos minutos al día durante un par de semanas. Cuando pase ese tiempo, relee tus notas y priorízalas. Crea después un documento en el que puedas leer con claridad quién eres, en qué eres bueno y cómo puedes ayudar a los demás.

¿Preparada para el siguiente paso?

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Define tus objetivos

Una vez tienes por escrito quién eres, define tus objetivos profesionales. Existen muchos y muy variados, de manera que escoge aquellos que mejor se adapten a tus necesidades.

Recuerda que los objetivos, para que sean válidos, deben seguir la regla S.M.A.R.T., un acrónimo mnemotécnico procedente del inglés que proporciona criterios para guiar el establecimiento de objetivos, por ejemplo, para el desarrollo personal o la gestión de proyectos.
S: Smart: específico.
M: Mensurable: medible
A: Achievable: alcanzable
R: Relevant: relevante
T: Timely: Temporal

Un ejemplo de objetivo profesional bien definido sería:

“Me gustaría trabajar en la compañía X (específico y medible) empezando por abajo o por un cargo intermedio (alcanzable y relevante) antes de que acabe 2020 (limitado en el tiempo).

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Visualiza tu futuro

Una vez sabes quién eres y dónde te gustaría trabajar, visualiza como sería estar trabajando en esa empresa o en tu propio negocio teniendo en cuenta la frase que has elaborado a partir de los objetivos S.M.A.R.T.

Realiza el siguiente ejercicio: cada noche antes de acostarte, cierra los ojos e inspira suavemente. Mantén el aire y exhálalo después de contar hasta cinco. Mientras respiras, visualiza, por ejemplo, cómo sería tu primer día de trabajo, tus nuevas responsabilidades, cómo interactuarías en una reunión de trabajo, en un café en la máquina con tus nuevos compañeros…

Está demostrado que crear en nuestra mente la realidad que nos gustaría tener nos ayuda a conseguirla. Y a ti, ¿qué te gustaría crear en el futuro?

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Cree en ti

Hay cosas que dependen de nosotros, pero hay otras que no. Si intentas poner el foco en lo que no puedes cambiar o en lo que no depende solamente de ti, siempre te sentirás frustrada.

Cambia el foco. Confía en ti. Al enfocarte en lo que no quieres, haces que eso crezca. Tal y como explica el coach Sergio Fernández, “la vida no es capaz de entender que te enfoques en lo que no quieres. Allí donde te enfoques, la vida hará que crezca”.

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Sal al mundo

El nuevo trabajo no va a llegar a ti si tú no sales a buscarlo. Sal de tu zona de confort. Prueba cosas nuevas, aunque te equivoques o aunque tardes más tiempo del previsto en conseguirlo. Eso no quiere decir que no sirvas, sino que debes seguir insistiendo. Ya llegará tu momento.

Cuando sales al mundo, sabiendo quién quieres, la vida te ofrece oportunidades para seguir creciendo precisamente porque tu cerebro tiene un objetivo claro.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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