Enamorarse es un regalo de la vida. Muchos periodos difíciles en la adultez pueden superarse con más facilidad con el apoyo de una pareja; además, es posible que te sientas más motivado para cuidar de tu cuerpo o alimentarte mejor cuando el amor entra por la ventana. Con todo y esto, cuando nos enamoramos es más probable que nos volvamos complacientes y que no pensemos con la misma claridad. Esto puede hacer que tomemos malas decisiones, y una de ellas es perder nuestra libertad en el proceso de amar.
Conoce las señales para reaccionar a tiempo
Es importante aclarar algo, y es que el apego es un mecanismo psicosocial que todos experimentamos a lo largo de la vida. Sentir apego no es el problema, sino cómo permitimos que determine nuestro comportamiento.
Como la psicóloga Darcia F. Narváez explica:
“El apego se refiere a los supuestos sobre las relaciones que los bebés construyen en su memoria neurobiológica psicosocial. Este “modelo de trabajo interno” se mide en la infancia con la tarea de “situación extraña”… Que es cuando el infante está en una habitación con la madre; luego, la madre se va un rato y después regresa.”
En el contexto de las relaciones de pareja, todo ocurre prácticamente igual. El apego se manifiesta como temor y rechazo a la idea de perder a una pareja (ya sea por un par de horas, días o para siempre). Por eso, para evitar la pérdida a veces practicamos el amor sin libertad, es decir, empeñamos nuestra libertad, no siempre de manera consciente en nombre de la relación.
Lo positivo es que podemos prepararnos para reconocer las señales de “esclavitud amorosa” y actuar a tiempo.
Señales de que estás perdiendo la libertad en pareja
1. Insistes en querer controlar todo
Una actitud controladora delata tu urgencia de sentirte parte de algo inamovible, una relación donde las circunstancias y prioridades no pueden cambiar.
El problema es que, si esperas que tu pareja se comporte siempre del mismo modo, te sentirás terrible cuando tenga un mal día o si en algún momento decide que no eres la persona con la que quiere estar.
2. Has caído en la condescendencia por miedo a perder al “amor de tu vida”
La condescendencia es un atentado contra la dignidad, ya que pierdes la autonomía para decir lo que no te gusta y para poner tus necesidades personales en primer lugar.
Si descubres que estás siendo condescendiente, haz una pausa y da media vuelta. Dirige tu atención por un tiempo hacia ti mismo y tus expectativas, y recupera tu poder personal.
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3. Te sientes más cómodo en el “Nosotros” que en el “Yo”
Si te cuesta imaginar una vida sin tu ex, vas por mal camino. En condiciones ideales, no deberías estar con alguien por necesidad, sino porque así lo decidiste.
Tienes que ser consciente de que las cosas pueden acabar en cualquier momento y que la única persona que estará contigo para siempre eres tú mismo.
4. Te enfocas demasiado en dar, pero te cuesta recibir
Como consecuencia de perder tu dignidad, en algún momento comenzarás a darle a tu pareja todo lo que tienes de forma desmedida.
Ser entregado y atento es noble, pero ¿estás recibiendo la misma atención y compromiso? ¿Te estás permitiendo vivir el placer de sentirte valorado?
5. Pasar tiempo a solas te aterra
¿Has seguido pasando tiempo contigo mismo desde que inició tu relación de pareja, o todo empezó a girar alrededor de ella?
Pasar tiempo a solas es una experiencia de autodescubrimiento a la que no deberías renunciar por nada. Si lo haces, es porque estás practicando el amor sin libertad y debe saber que el proceso de duelo será doblemente doloroso en caso de que la relación termine y te costará un mundo volver a tener una “vida normal”.
¿Cómo dar la vuelta a la situación?
¿Has estado cometiendo alguno de estos errores? De ser así, ahora sabes el trasfondo y cómo todo esto podría llevarte a perder tu libertad.
Ahora, ser consciente de la dinámica que tienes en pareja ya es un paso importante. Lo que puedes hacer a partir de ahora es promover la equidad en la relación, permitirte ser agasajado y atendido. Además, es importante que tanto tú como tu pareja tengan una vida propia fuera de la relación: sitios para visitar, personas con quienes compartir y pasatiempos personales.
En lugar de ver la separación como un castigo, piensa que tener su propio espacio también hará que ambos se extrañen más, y que la relación se mantenga fresca, amor sin libertad no es amor.