De esta forma puedes saber si tu hijo adolescente tiene depresión


Los casos de depresión en adolescentes hoy en día han estado aumentando considerablemente. Lo más preocupante de todo es que en la gran mayoría de los casos, estos jóvenes no están recibiendo la atención adecuada. Esto, se debe en gran medida a que la familia del afectado no sabe identificar el problema. Puesto que, confunden los síntomas con los típicos cambios de ánimo o humor que suelen acompañar a la persona cuando se ven expuestas a esa etapa de la vida. Es decir, lo adjudican a los cambios hormonales propios de la adolescencia.

Por otra parte, cuando los padres logran detectar el problema no saben qué hacer al respecto. De esta manera, los jóvenes muchas veces no se atreven a pedir ayuda a sus familiares, ya que temen no ser entendidos o comprendidos en su estado de depresión. Pedir ayuda a la familia es muy importante. Estar abiertos a conversar sobre el problema puede ser muy favorable. Dar a conocer los problemas a las personas que nos aman es el primer paso para superar cualquier inconveniente.
La depresión en niños y adolescentes es un problema muy común

Los expertos entienden perfectamente que el poder discernir entre lo que es normal y lo que no en la etapa de la adolescencia es muy difícil, tanto para los padres como para el joven. Es por ello que, muchas sociedades de pediatría especialmente en Estados Unidos han tomado la iniciativa de actualizar sus guías para que así, sean los pediatras quienes den a conocer sus valoraciones médicas cada año. Advirtiendo a la familia sobre posibles signos de depresión en jóvenes mayores de 12 años.

Los síntomas de la depresión adolescente no son muy diferentes a lo visto en adultos. El principal problema es que estos tienden a enmascararse con otras manifestaciones que son propias de la adolescencia. Tal es el caso de la irritabilidad y la tristeza. Ahora, lo que recomiendan los especialistas es prestar atención a estos signos. Si los mismos se perpetúan por más de 5 semanas, acentuándose la irritabilidad y el desinterés en actividades es momento de preocuparse. Si el joven permanece con un ánimo deprimido la mayor parte del día, lo mejor es acudir a un especialista. Otros síntomas son los cambios de peso y apetito. Así como, pensamientos recurrentes de muerte y culpabilidad. Por lo tanto, son situaciones que la familia debe aprender a distinguir.
La irritabilidad y el mal humor es de los síntomas más comunes de la depresión en adolescentes

Los adolescentes no tienen tanto dominio al interpretar sus sentimientos. Es por ello que, cuando se encuentran en una situación de depresión muestran un mayor grado de irritabilidad que las personas adultas. La familia debe ser consciente que el joven, también podría enfocar ese malestar con alguna dolencia física como bien puede ser dolor de estómago y de cabeza. Por lo tanto, si hablamos de depresión en adolescente debemos saber ¿cómo detectarla y estar atento a sus manifestaciones?

Hay que considerar que los niños tienen manifestaciones diferentes a los adolescentes. Si bien los niños tienden a deprimirse, estos hablan más abiertamente de sus sentimientos. Por su parte, los jóvenes tienden a ser más agresivos. La depresión puede hacer a un adolescente cometer uno de los mayores errores que es el involucrarse en las drogas o el alcohol. Los adolescentes, muchas veces son incapaces de manejar diferentes ejes de su vida como lo es el colegio, la vida extracurricular, la familia y los amigos. Cualquier problemática que se presente en alguno de estos aspectos de su vida lo hacen entrar en conflicto consigo mismo.

Ante la más mínima sospecha lo mejor es tomar medidas
Preguntar: es necesario hablar con el joven sin recaer en la crítica o en la exigencia. Hay que realizar preguntas sin tener ninguna clase de prejuicio. Lo importante es validar los sentimientos del joven.
Hablar con otros: hay que charlar con amigos o conocidos del adolescente. De tal manera que, puedan brindar más información acerca de los cambios de actitud más notorios que éste presenta.
Consultar con un pediatra: estos especialistas tienen la capacidad de descartar cualquier sintomatología que no tenga un origen físico. Relacionado directamente con efectos secundarios a la ingesta de medicamentos o con un problema hormonal radicado en el mal funcionamiento de la tiroides. Hay que hacerle saber al médico si ha habido un historial familiar que haga hincapié en una enfermedad que afecte el ánimo y la conducta del niño.
Buscar un terapeuta: ya sean para niños o adolescentes existen psicólogos que hacen terapia cognitiva en cada caso. Teniendo su campo de especialización en trastornos depresivos. Este tipo de terapias se fundamentan en el cambio de comportamiento de la persona en un corto periodo de tiempo. Así como, el respaldo al individuo que puede resultar realmente efectivo. La familia del joven tiene que recurrir a algún especialista en el área que pueda servir como mediador para encontrar la solución definitiva a todo el problema. Además, que sepa considerar la opinión del adolescente.
También ten en cuenta
No hay que descartar la ayuda de un psiquiatra: es muy probable que el joven amerite una visita al psiquiatra. Puesto que, estos son los especialistas con la autoridad de recetar medicamentos cuando las circunstancias lo requieren. Como complemento a la terapia los antidepresivos son el tratamiento más usado para poder tratar con eficiencia la depresión.
No tomarse a la ligera los comentarios, pensamientos o amenazas suicidas del adolescente: si bien hay casos que sólo buscan llamar la atención. Existen otros que, pueden terminar en una desgracia. Para prevenir que algo malo suceda lo mejor es recurrir con urgencia al especialista en cuestión.
Considerar también someter a la familia a una cita con el psiquiatra: a veces la familia suele frustrarse al no poder lidiar con la depresión del adolescente. Por lo que, necesitan de mucha orientación y ayuda para que tampoco pierdan el control ante ese tipo de situaciones.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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