Polvos sí, pero no así

Ponerse en riesgo o al entorno, ante el deseo acumulado de tener sexo es francamente irracional. 


Orgías, citas personales, reuniones en clubes y otras, han dejado de ser anécdotas curiosas para darle paso al rechazo generalizado. 

Siempre he defendido la sexualidad y sus manifestaciones como un componente vital, tanto que he insistido en ubicarla al mismo nivel en el que están comer, dormir o trabajar. 

En eso no debe haber discusión. Sin embargo, así como hay tiempos, lugares y condiciones para ejercer dichas funciones, el sexo no es la excepción. De ahí que poner en riesgo, que ponerse en riesgo o al entorno, ante el deseo acumulado de un polvo es francamente irracional.

No lo digo por las modificaciones y ajustes que en este sentido han tenido que hacerse por cuenta de la cuarentena, sino por las insólitas reuniones donde el catre es protagonista y que, de tanto en tanto, las autoridades dan a conocer por pasarse por alto la restricción.

Orgías, citas personales, reuniones en clubes con disfraces de diferente índole, moteles funcionando ilegalmente y hasta la consolidación de espacios domésticos para estas tareas con fines comerciales han dejado de ser anécdotas curiosas para darle paso al rechazo generalizado.

Y no es mojigatería, sino los simples principios de racionalidad y autoconservación los que obligan a ponerle freno, a censurar y a denunciar estas actividades en razón a que sobre el catre se transgreden todas las medidas que previenen contagios a los participantes y a quienes comparten inocentemente los espacios y la vida con estos imprudentes.

No queda más que decir que en cuarentena, polvos sí, pero no así. Hay mucho en riesgo.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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