El estrés causado por los celos, ¡malditos celos!


En la práctica clínica es frecuente encontrar, como motivo de consulta, las manifestaciones de celos que generan perturbación en las personas y afectan de manera decidida la estabilidad de las parejas. Sin embargo, es común que quien consulta no sea propiamente el sujeto celoso, sino su pareja, por lo insoportables que pueden llegar a ser las muestras de excesivo control e hipervigilancia de quien padece este problema. 

En su libro Qué son los celos, Victor Hernández (1987) los define como un «conjunto de sentimientos relacionados con una situación de rivalidad en la que el individuo siente amenazada la posesión de algo psicológicamente esencial, para conservar la confianza y la seguridad en sí mismo, especialmente en las relaciones con las personas afectivamente más próximas». Siendo así, los celos se caracterizan por una sensación de inseguridad de la persona al temer ser desplazada de un lugar que le genera confort o bienestar, lo que le lleva a desarrollar estrategias para mantenerse allí, así sean irracionales o resulten disfuncionales. 
En la cabeza de una persona celosa 

La convicción que mantiene la persona celotípica en sus creencias de amenaza, suele provocarle gran sufrimiento e inestabilidad emocional, convirtiéndose la situación, a menudo, en un auténtico tormento tanto para la persona afectada como para su pareja, dando lugar a cambios radicales en la relación de ambos (sospechas, interrogatorios constantes, comprobaciones y búsqueda permanente de indicios de infidelidad). Inclusive, como propone Walter Riso (2008), los celos pueden llegar a ser retrospectivos, pues la persona celosa llega a pensar que asuntos del pasado de su pareja pueden poner en riesgo la relación. 

Ese temor de ser reemplazado por otra persona, hace que el celoso mantenga un constante estado de aprensión o alerta ante eventuales amenazas, lo que le vuelve desconfiado de un número significativo de personas en su entorno, que percibe como rivales, aun cuando no evidencien factores de riesgo que amenacen su posición. Mas bien el celoso tiende a exagerar o a inventarse amenazas, incluso donde no las hay. Esta preocupación continua conduce necesariamente a estados permanentes de estrés. 
Estrategias de las personas celosas 

Para proteger su posición de confort o bienestar, la persona celosa, que tiene en sí misma una percepción de inseguridad o debilidad, desarrolla dos estrategias que por lo general son compensatorias: la hipervigilancia y la complacencia. 

La hipervigilancia es la estrategia básica en la que el celoso está constantemente buscando evidencias de amenaza en sus relaciones: busca en los dispositivos electrónicos de su pareja, en sus archivos; sospecha si se demora en llegar, si no responde llamadas, si alguien le habla en la calle… Su vida es un infierno de constante preocupación ante la posible cercanía de otros a su pareja. Suele ser impulsivo, hace reclamos constantes y hasta amenaza con agredir a su pareja, o a sí mismo, si se percata de conductas de posible infidelidad. 

En consecuencia, la complacencia parece el otro extremo, de hecho, las parejas de personas celosas suelen decir que son las manifestaciones de complacencia las que hacen llevadera la relación, pues sus parejas, celosas, suelen ser afectuosas, generosas, cariñosas y hasta sumisas cuando las cosas en la relación parecen ir bien. Como me decía una paciente haciendo referencia a su marido celotípico: “Es el mejor esposo del mundo cuando estamos bien, por eso intento no darle motivos de sospecha, aunque algunas veces tenga que sacrificar cosas que deseo… es que cuando está celoso es insoportable y agresivo”. 

En cualquier caso, estas estrategias suelen generar estrés tanto en el celoso como en su pareja, pues son acciones absorbentes, demandantes y que generan presión en las personas, por lo que las dificultades en la relación se hacen recurrentes y generan perturbación emocional. 
Manejo del estrés: tips para las personas celosas 
Aprender a reconocer el problema: Las personas celosas se refugian en la idea de que los celos son necesarios en la relación, pero no reconocen que tienen un problema que es patológico y en lugar de conservar la relación, la pone en riesgo. 
Diferenciar las alarmas falsas de las ciertas: Los celosos exageran o inventan el potencial amenazante de una situación, lo que deriva en una aprensión por alarmas que no tienen validez en la realidad. 
Aumentar la autoestima y valoración personal: Los celos son reflejo de inseguridad personal, de falta de confianza en sí mismo. El celoso debe convencerse de que su felicidad no está en la relación con el otro, sino consigo mismo. 
No culpar a otros: Una relación de pareja es un compromiso de dos personas. Si alguno de los dos pone en duda su decisión o manifiesta no estar dispuesto a continuar, se debe analizar la situación y asumir el asunto con criterio de realidad. 
Aprender a contener las respuestas de celos: La hipervigilancia del celoso suele conllevar a manifestaciones de agresividad, enojo, maltrato y demás expresiones de violencia. Es preferible contenerse, respirar profundo y actuar cuando se esté en estado de calma. 
Manejo del estrés en la pareja del celoso 
Reconocer el problema de su pareja: Cuando se tiene una pareja celosa es necesario reconocer que esta pasa por una situación problemática, que requiere de apoyo y ayuda, sin llegar a sacrificar asuntos propios por ayudar al otro. 
Establecer límites claros en la relación: Ante la estrategia de hipervigilancia y control del celoso, su pareja debe aprender a poner límites, sobre todo para no permitir que las manifestaciones agresivas se tornen inmanejables. 
Recurrir al diálogo como estrategia: En muchas parejas es común callar cuando empiezan a aparecer las manifestaciones de celos, sobre todo, como se mencionó, cuando vienen acompañadas de expresiones de complacencia. Es importante que la pareja del celoso exprese sus temores e incomodidades para establecer acuerdos frente a estos comportamientos. 
Hacer respetar los espacios personales y la intimidad: Como en cualquier relación interpersonal, en pareja se debe respetar el espacio íntimo de cada uno, los espacios personales, el acceso a cierta información, pues de lo contrario se sacrificaría la propia intimidad, lo que afecta necesariamente la identidad de cada persona en la relación. 
Buscar ayuda profesional. Si la persona siente que la situación se sale de sus manos y no puede manejarla, es conveniente pedir ayuda profesional donde reciba orientación frente al manejo que debe tener. Muchas veces las amenazas hacen que las personas permanezcan en silencio cuando son víctimas de celos.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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