Así aman los millennials... ¿o no?

El debate sobre si los jóvenes nacidos entre 1980 y 1999 son proclives al 'sexo fácil' continúa. 



Van por la calle sonriendo frente a las pantallas de sus smartphones. Son seres globalizados, bombardeados por información que comparten sin demasiado criterio. Se escapan: no quieren trabajar en una misma empresa por más de dos o tres años. Temen al compromiso en todo sentido, son narcisistas, y por eso… promiscuos. 

Esa es, al menos, la percepción de algunos sectores de la prensa y la opinión pública sobre la vida sexual de los llamados millennials, o sea, los nacidos entre 1980 y 1999, según la clasificación de la Encuesta Social General de Estados Unidos. Un artículo de la revista Vanity Fair alimentaba esa creencia: ‘Tinder y el amanecer del apocalipsis de las citas’, publicado el año pasado, cuestionaba el hecho de que los jóvenes entre 17 y 35 años aparentemente encuentran ‘parejas sexuales fáciles’ a través de aplicaciones móviles como Tinder en vez de ‘esforzarse’ por tener citas con personas cara a cara. 

El debate no tardó en llegar. Publicaciones como The Washington Post y The Guardian e incluso estudios académicos apoyaron o rechazaron aquella afirmación. Y hay más: psicólogos de la Universidad Estatal de San Diego emprendieron una investigación para darle la vuelta a ese tópico. 

Publicado en Archives of Sexual Behavior este año –y en referencia al artículo de Vanity Fair sobre Tinder–, el estudio de la Universidad de San Diego demostró, a través de encuestas, que los millennials no deberían ser categorizados como ‘la generación del sexo casual’. Los números lo confirman: son hasta tres veces menos activos sexualmente entre los 20 y los 24 años que la generación X (los nacidos entre 1960 y 1970) a esa misma edad. 

El resultado fue reproducido en medios de Colombia, Argentina y Estados Unidos en agosto de este año porque, según el sexólogo clínico Ezequiel López, “seguramente hay unas diferencias no tan notables entre América Latina y Estados Unidos en lo que respecta al perfil que generó ese estudio”. 

Un dato: según la consultora de medios Digital Marketing Ramblings, Tinder tenía 50 millones de usuarios en el 2014, apenas dos años después de haberse fundado. Sin embargo, esa cifra no corresponde solo a jóvenes. El Pew Research Center descubrió este año como tendencia generalizada entre el 2013 y el 2015: primero, el aumento del 17 al 21 por ciento del uso de los sitios web y aplicaciones de citas en jóvenes de 18 a 24 años; segundo, el incremento del 8 al 13 por ciento en adultos entre 45 y 54 años (generación X); y, por último, el alza del 6 al 12 por ciento en adultos entre 55 a 64 años (o sea, los ‘baby boomers’). 

En otras palabras, todos, sin excepción, se están sumando a la movida digital. 

Por eso, para el sexólogo López, la condición de nativos digitales de los millennials es una característica tramposa en la sexualidad: “Con la facilidad de acceso a la tecnología y la falta de barreras culturales, uno puede tender a pensar que los de 20-30 años son liberales… pero ese no es el caso exclusivo”, explica. “Hay muchísimos hombres y mujeres de mi edad (43 años) que están utilizando las apps (aplicaciones), teniendo sexualidades muy activas”, añade López. 

En lo que respecta a los millennials, los expertos creen que lo que está cambiando, más allá de si tienen más o menos parejas, es la forma en que están viviendo su sexualidad al relacionarse por medios diferentes al cortejo face to face. Ellos, los millennials, “son una paradoja”, en palabras de la psicóloga familiar María Elena López. “Tienen una manera muy cómoda de ver la vida; quieren pasarla bien, tienen sexo casual con muchas personas, sin ataduras. 

Esto se facilita en comparación con sus padres porque se pueden proteger (de enfermedades de transmisión sexual) y las relaciones están menos condicionadas”, explica ella, especialista en sexualidad juvenil. 

Sobre los resultados de la investigación de la Universidad de San Diego, la psicóloga opina que “tiene sentido la tendencia de que entre los 20 y los 24 años estén teniendo menos sexo que sus padres”. 

Explica que “una de las razones posibles es que estos jóvenes vienen de una adolescencia con grandes demandas sexuales; uno casi diría que han madurado biches en esta materia. Cuando pasa la adolescencia, muchos de esta generación se dedican a proyectos como el deporte, a surgir y tener éxito, a viajar, al desarrollo personal. Y algunos establecen otras maneras de vivir la sexualidad en el entorno virtual”. 

Por eso concluye: “No es gratuito la cantidad de visitas a las páginas de pornografía y el sexting, por ejemplo”. Ni promiscuos ni célibes; los millennials viven de acuerdo con su tiempo. 

El sexólogo Ezequiel López, por su parte, no rechaza el uso de apps y redes sociales para relacionarse. “Para alguien que no tiene tiempo para salir, la app puede ser el primer paso para después tener una vida sexual como cualquier otro”, comenta. “Otros tienen tal nivel de timidez que no pueden pasar más allá de lo virtual… Es lo que excita a mucha gente: pensar que nunca van a pasar a una relación física, que se va a quedar en la virtualidad”. 

Para María Elena López, lo único seguro que hay sobre este debate es una fórmula: “Hay que ver a los millennials con mente amplia para poder descifrarlos. Y hay que hablar con ellos, evitar los juicios y mantener una actitud de respeto”.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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