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Estrés infantil: un problema recurrente
El estrés no es patrimonio
exclusivo de los adultos: la proximidad de un examen, un exceso de tareas
escolares o una visita al médico pueden provocar ansiedad en el niño. Algunos
síntomas habituales son el dolor de cabeza o abdominal, e incluso, un cambio
de carácter y hábitos. Además, tu hijo se enfrenta a una dificultad añadida:
su falta de recursos para identificar y gestionar su nerviosismo.
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Algunos trucos para combatirlo
Invítale a que te explique qué
es lo que le inquieta. Escúchale y comparte con él los beneficios de afrontar
aquellas situaciones que le preocupan. También le estarás ayudando si le
animas a hacer deporte, disfrutar de su actividad preferida, tomar un baño
caliente, llevar a cabo sesiones de relajación con música suave y, sobre todo,
trabajar su autoestima, seguridad y autoconfianza.
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