Cómo ser una madre feliz, saludable y tranquila?


La maternidad supone cambios en todos los aspectos de la vida. Nuevas responsabilidades, preocupaciones y temores ocupan la mente de cualquier mamá; desde luego, también hay alegría, risas y momentos inolvidables que solo se viven cuando se es madre y hay niños en casa.

Para que la valiente y maravillosa misión de ser madre saque lo mejor de ti, es fundamental tener a mano consejos para ser una mujer plena y transmitir esa autorrealización a tus hijos.

1. No sacrifiques tu bienestar personal

Las mamás están dispuestas a hacer todo por sus hijos y, a veces, eso significa renunciar a sus pasiones y a su espacio personal.

Es cierto que los niños demandan mucho tiempo, y la calidad de la relación que establecen con su madre influye mucho en las habilidades sociales que necesitarán más adelante para tener éxito en la vida, pero olvidarte de ti misma puede perjudicarlos a ambos.

Los desafíos de la maternidad son detonantes potenciales de problemas de salud mental muy serios, como la depresión y la ansiedad. Aunque estos males suelen verse principalmente en embarazadas y madres de recién nacidos, cualquier mujer puede sentirse superada por las obligaciones o angustias comunes a la maternidad en cualquier momento.

El riesgo aumenta en madres jóvenes y solteras.

No descuidar tu bienestar personal definitivamente va a ayudarte a ser una mamá saludable en cuerpo y mente, y esto es muy importante para comunicar a tus hijos una postura optimista del mundo.
¿Qué hacer al respecto?
Haz cosas que disfrutes. Conserva tus hobbies y practícalos con regularidad. Explícale a tus hijos que ciertas actividades son muy valiosas para ti y que, de vez en cuando, necesitarás tiempo a solas para dedicarte a ellas.
Aparta tiempo para ti. Ya sea que quieras reunirte con amigas o tomar un baño caliente sin ser interrumpida, el acto de hacer tiempo para ti misma y no permitirte ser saboteada por el deseo de controlar todo a tu alrededor es un ejercicio muy positivo. Si eres madre de un recién nacido o niño pequeño, pídele a tu pareja o a algún familiar en casa que cuide a tu bebé un rato, y ten presente que eso no te hace una mala mamá.
No pierdas la conexión con el mundo externo. Los niños se vuelven el centro del universo para sus madres; no hay nada malo en ello, pero considera todo el bien que puede hacerte conectar con otras madres y mantener activa tu vida social. Amigos, familiares, círculos de lectura… Cualquier actividad que te provea confort y compañía tendrá un efecto positivo en tu bienestar.
2. Cuida tus hábitos

Ser una madre saludable es el segundo objetivo en la lista. Dormir lo suficiente, hacer ejercicio y comer bien son puntos clave, incluso hay evidencia que sugiere un vínculo entre la alimentación que las mamás adoptan durante y después del embarazo y el riesgo de que un niño desarrolle (o no) obesidad.

Las secuelas de un mal descanso, por otro lado, pueden incluir fatiga, irritabilidad, tristeza o enojo sin causa aparente, y problemas de concentración. Con el tiempo, si tu estado físico o mental desmejora mucho, puede costarte más completar tareas diarias y es posible que esto te haga sentir frustrada o doblemente estresada, una razón más para adelantarte a los hechos tomándote muy en serio tu salud.
¿Qué hacer al respecto?
Ejercicio regular. Reserva 30 minutos diarios para poner tu cuerpo en movimiento. Ni siquiera tienes que esforzarte demasiado, ya que media hora de cardio moderado 5 días a la semana –en conjunto con una buena alimentación– bastará para evitar que tu peso se salga de control. También mantendrás a raya tu presión arterial y glucosa en sangre.
Una dieta balanceada. Asegúrate de incluir en tu alimentación diaria: frutas y vegetales, proteína, granos enteros, productos lácteos fortificados, preferiblemente bajos en azúcar, y pequeñas cantidades de grasas saludables (nueces, aguacate y linaza).
3. Dale a tu mente la misma importancia que merece tu cuerpo

La salud mental de una madre es vital para el crecimiento sano de un niño. La presión y las expectativas son desafíos que pueden llegar a desequilibrarte en este aspecto, por lo que necesitarás contar con herramientas de afrontamiento psicológico para no enfermarte ni perder el control de tu universo.

Considera las siguientes recomendaciones para lidiar constructivamente con el estrés y hallar soluciones asertivas a los retos que conlleva la maternidad:
Pide ayuda a familiares y amigos. Tienes derecho a sentir que las obligaciones te sobrepasan; de hecho, contribuirás mucho más a la seguridad y bienestar de tus pequeños evitando que te vean afligida.
Trabaja en tu merecimiento y confianza personal. Ten en cuenta que, si bien tus hijos esperan mucho de ti, ser madre no quiere decir que dejes de ser humana. Hay una cantidad limitada de cosas que puedes hacer al mismo tiempo, además, tienes derecho a sentirte cansada, triste o enojada. Es elemental que seas paciente y comprensiva contigo misma para no dar pie a sentimientos de culpa infundados que solo te harán sentir mal.
Pon a prueba técnicas de organización y quédate con la que funcione mejor. Para evitar que tu mundo entre en caos, tienes que sentir que eres capaz de cumplir con tus responsabilidades y mitigar todos los factores externos que puedan ocasionarte agobio adicional: implementos del hogar extraviados o la ausencia de una rutina práctica, por ejemplo. Dispón de una agenda de quehaceres y sé disciplinada para que tus deberes como madre no absorban el tiempo que necesitas dedicarte a ti misma.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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