Relaciones de pareja y TDAH: Un viaje emocional desde la neurodiversidad



Cuando abordamos el universo de las relaciones de pareja, solemos partir de supuestos generalizados sobre la comunicación, el afecto, la empatía y la reciprocidad. Sin embargo, el panorama cambia profundamente cuando uno de los integrantes de la relación convive con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Desde mi formación como psicólogo especializado en neuropsicología, psicología evolutiva, de la personalidad y comparativa, además de mi experiencia como empresario, administrador y formador de equipos humanos desde hace décadas, puedo afirmar que entender la relación entre el TDAH y la dinámica afectiva no solo es un imperativo empático, sino también un acto de responsabilidad y crecimiento humano.

En nuestra vida profesional o empresarial, exigimos rendimiento, concentración, cumplimiento de tiempos y claridad en los procesos. Pero en el contexto de la vida emocional, sobre todo cuando el TDAH forma parte de la ecuación, las reglas no son tan lineales. Las personas con TDAH suelen experimentar un torbellino de emociones, impulsividad, olvido, hiperfoco en tareas que pueden parecer ajenas a la relación o, por el contrario, desatención hacia lo cotidiano. Esto puede ser interpretado erróneamente por sus parejas como desinterés o falta de compromiso.

El TDAH no es una excusa, es una condición neurológica que altera la forma en que se procesa la información y se gestionan los impulsos. Entender esto, desde la perspectiva científica y afectiva, nos permite transformar las reacciones emocionales en acciones compasivas. He acompañado procesos terapéuticos y administrativos en los que las crisis de pareja estaban profundamente entrelazadas con la incomprensión de este tipo de funcionamiento mental. Una vez se introduce la educación emocional y la comprensión del TDAH, la relación cambia: no desaparecen las dificultades, pero se transforma la forma de enfrentarlas.

Recientemente, artículos como el publicado por Psyciencia (“Relaciones de pareja y TDAH”) han vuelto a poner sobre la mesa la importancia de hablar de este tema desde una mirada integral. Como complemento a esta lectura, también recomiendo revisar las reflexiones que he compartido sobre la empatía y la adaptación emocional en el blog Bienvenido a mi blog, especialmente aquellas que se centran en los códigos de comunicación emocional y el valor de los silencios intencionales en la convivencia de pareja.

Uno de los errores frecuentes que he observado en sesiones de acompañamiento es pretender "normalizar" al otro desde nuestros propios patrones. Esto, lejos de ser un puente, se convierte en una muralla. Cuando entendemos que el TDAH no solo es una condición clínica, sino una forma distinta de percibir el mundo, podemos replantear nuestras expectativas, estrategias de comunicación y formas de demostrar amor. En mi experiencia empresarial, al igual que en las relaciones afectivas, he comprobado que los equipos que prosperan no son los más homogéneos, sino aquellos que aprenden a gestionar su diversidad con inteligencia emocional.

No podemos seguir educando ni conviviendo desde la negación de la neurodiversidad. Así como acompañamos a nuestros equipos de trabajo a identificar sus fortalezas individuales, también debemos acompañar a nuestras parejas en su singularidad. Esto requiere de procesos pedagógicos, de autoconocimiento y de una voluntad constante de revisar nuestros esquemas afectivos.

Como menciono en mis escritos espirituales en el blog Amigo de ese ser supremo en el cual crees y confías, la paciencia y la compasión son formas superiores de inteligencia emocional. Aplicadas a las relaciones donde uno o ambos tienen TDAH, estas virtudes se transforman en pilares que sostienen la armonía y el crecimiento mutuo.

Hoy, desde mi posición como empresario y terapeuta, hago una invitación a observar la neurodiversidad como una oportunidad de transformación, tanto personal como relacional. No se trata de cambiar al otro, sino de crecer con él. En un mundo que cada vez más valora la inclusión y la salud mental, comprender las particularidades del TDAH es no solo una necesidad, sino una manifestación concreta de amor.

Si deseas profundizar en temas relacionados, acompaña mi reflexión en Escritos Sabatinos y conoce cómo estos principios se entrelazan también con la vida profesional en Organización Todo En Uno.


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Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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