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Por qué cuesta felicitar y reconocer a los demás: Los 5 motivos principales, y cinco formas de establecer el hábito.

Para empezar, una breve historia personal:
Como parte de mi entrenamiento físico, durante muchos años iba dos veces por semana a un centro de rehabilitación postural, y tomaba clases de estiramiento y stretching. El profesor principal, que era excelente, padecía las bromas de sus alumnos porque jamás felicitaba ni estimulaba positivamente: sólo señalaba los errores y las correcciones. “Ahora viene la felicitación”, decíamos entre risas, al desarmar una postura que requería algún esfuerzo físico adicional. 🧘♀️

Esa anécdota me quedó marcada para siempre. ¿Te has dado cuenta de que hay personas que no felicitan ni reconocen a los demás? Estimo que, mucho menos, lo hacen consigo mismas. Esto sucede en la familia, con los amigos y en el trabajo.

No se trata de estar esperando el reconocimiento continuo, porque genera dependencia y apego emocional; sino de un saludable equilibrio, por ejemplo, entre quien enseña y sus alumnos; el líder con su equipo; y entrenadores con los jugadores.

Por si no lo sabías, la capacidad de felicitar y reconocer a los demás por sus logros y acciones positivas es una habilidad social, al igual que la empatía, la oratoria y saber entablar conversaciones de valor con las personas.

La psicología le llama emociones prosociales, un conjunto de sentimientos y respuestas afectivas que están centrados en el bienestar y la ayuda hacia los demás.

◾ A diferencia de las emociones más individuales, como el enojo, la felicidad interna o el miedo, las emociones prosociales incluyen el amor, la empatía, la gratitud y la compasión.

Estas emociones juegan un papel fundamental en nuestras interacciones sociales, ya que promueven la cooperación, el apoyo mutuo y la construcción de relaciones significativas.

A menudo, se manifiestan como impulsos naturales para ayudar a los demás, compartir recursos y establecer conexiones más profundas, contribuyendo así al tejido emocional que une a las comunidades y a las relaciones cercanas.
Entre las emociones prosociales más relevantes se encuentran la empatía, la gratitud, la compasión, la solidaridad y la compersión -sentir felicidad por la felicidad ajena-.

A partir de mi trabajo en cambios culturales en empresas y como coach de ejecutivos en dieciocho países, he estudiado el tema extensamente, y hoy quiero compartir algunas conclusiones.
⚫ 5 razones por las que a muchos les cuesta reconocer a los demás

Desde inseguridades y autoexigencia desmedida, son varios los motivos por los que a muchas personas se les dificulta reconocer el esfuerzo ajeno. Desde mi perspectiva, las cinco razones principales son:

1 - Inseguridad personal: Algunas personas pueden sentir que reconocer a otros destaca sus propias inseguridades o los hace sentir menos valiosos.

2 - Competitividad excesiva: En entornos competitivos, el reconocimiento puede verse como un acto que debilita la posición propia y fortalece la de otros.

3 - Envidia: este sentimiento puede dificultar el reconocimiento genuino de los logros ajenos, ya que se centra en los sentimientos negativos hacia los demás. Aquí te cuento más sobre cómo actuar frente a esto.

4 - Falta de conciencia o de empatía: A veces, simplemente no estamos lo suficientemente conscientes de los logros de los demás o no prestamos la debida atención, y nos parecen que son lo esperable, por más esfuerzo que haga la persona.

5 - Cultura y costumbres: En ciertos entornos laborales, familiares y de costumbres, la falta de reconocimiento puede deberse a una cultura que no valora esta práctica, lo que dificulta su adopción.
⚫ 5 formas de incorporar el hábito del reconocimiento

Si lo que deseas es fomentar en ti la habilidad social de reconocer y alentar a los demás, aquí tienes cinco formas prácticas de hacerlo un hábito en tu vida:

1 - Practicar la empatía: Intenta ponerte en el lugar de los demás y comprender sus esfuerzos y logros. Esto generará un deseo de reconocimiento más genuino y sincero.

Para graficarlo, aquí te explico qué es y qué NO es empatía 👇


2 - Elogiar en público y en privado: Reconocer los logros de las personas en público y también en privado les muestra nuestro aprecio de manera efectiva.

3 - Ser específico en el reconocimiento: Detallar exactamente qué es lo que apreciamos en los demás crea una conexión más profunda y significativa, y quien lo recibe detecta inmediatamente el por qué y para qué se le reconoce o felicita.

4 - Fomentar una cultura de reconocimiento: Si tenemos la oportunidad, podemos promover el reconocimiento en nuestros entornos laborales, familiares y sociales para fomentar este hábito en otros.

5 - Ser un ejemplo: A través de nuestras acciones, podemos mostrar a los demás cómo el reconocimiento mejora las relaciones, el entendimiento, la motivación, el empoderamiento y la dinámica de equipo, entre otros aspectos.

Para terminar, recuerda que el reconocer y felicitar sirve como estímulo a los demás, y a su vez, generarás mejores lazos. A la otra persona le ayudará a aumentar su autoestima y valía, por lo que es factible que se enfoque en mejorar con mayor constancia.

Para hacerlo, busca la oportunidad, ten humildad, se genuino y honesto, y no digas nada pomposo ni empalagoso: con unas pocas palabras alcanza para que la otra persona sienta ese sentimiento auténtico de tu parte, y percibirá de inmediato tu aprecio por sus acciones, forma de ser o resultados.

¿A ti te cuesta reconocer y felicitar a los demás? Opina en los comentarios.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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