ME INVITARON A UNA REUNIÓN COMERCIAL


Crear o sobrevivir. Tu tienes la alternativa de elegir

Una persona a la que quiero mucho, me invitó a una presentación comercial. Fui sin saber qué esperar y fui por una simple razón, por esa persona.

Razón más que justificada. La más de todas diría yo.

Realmente no sabía si me querían de cliente o como proveedor, pero tenía oídos abiertos y ojos atentos, o al revés o viceversa.

Comenzó la presentación, no era yo el único en la presentación, no esperaba serlo.

Mi primera sensación fue la de que estaban cometiendo un error involucrando en la sala a personas con intereses tan disímiles, el direccionamiento iba a ser complejísimo.

¿Qué tipo de intereses iban a priorizar?

¿Qué pasaría con las personas que no estuvieran interesadas en el tema que no les correspondiera?

¿Acaso iban a priorizar algún interés?

Trataron de ser todo para todo el mundo,

lo que termina repercutiendo en que uno no termina representando nada para la gran mayoría.

¿Ustedes cómo lo manejarían?

¿Qué hubieran hecho en mi lugar?

Yo desde el minuto 5 de la charla no lograba conectar, adicional a lo que les mencionaba, la presentación fue plana, sin ritmo, sin emocionalidad.

No se a ustedes, pero a mí me ha pasado que he visto presentaciones comerciales de productos o servicios que no eran de mi interés, pero que me hacían pensar, esto sería algo que yo compraría.

El cerebro humano funciona de una manera que está más que estudiada, si en los primeros segundos no hay gancho de interés, comienza a divagar.

Cada vez más la cantidad de distracciones que tenemos en nuestras cabezas hace que nuestro tiempo de atención sea menor.

Empezamos a pensar en los mensajes que tenemos por responder, en los mails por contestar, los pendientes que se nos van acumulando, las cosas que debemos comprar, que no lo hemos hecho y hasta cosas no tan relevantes como el partido de nuestro equipo de fútbol del fin de semana o cuando comienza nuevamente la Champions.

Sentí frustración, también ganas de ayudar, varias veces quise levantar la mano, no por los productos, sino por el proceso, pero no, me quedé quieto con algún sentimiento de culpabilidad.

Cuando terminó después de una hora, dudé. ¿Lo dejamos así y ya está? ¿Es mejor pasar con bajo perfil a ser un pesado comentando sobre algo lo que no me habían preguntado?

Lo que finalmente hice fue esperar un espacio de tiempo y le envié unos comentarios generales a la persona que me invitó. Aún no sé cómo los tomó, no sé siquiera si trascendieron.

Me sentí vulnerable escribiendo esta newsletter, no fue realmente cómoda de escribir, posiblemente esté haciendo que otros se sientan vulnerables, sentí que tenía que hacerla, si alguno se motiva a cambiar y optimizar su proceso comercial para conseguir resultados, hizo que valiera la pena.

Mi conclusión sigue siendo la misma, es relevante saber vender.

Un abrazo,
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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