Neuromarketing: ¿Cómo el cerebro te impide ganar o perder peso?



Según el artículo publicado por G. Andreu, puede que en muchas ocasiones te hayas embarcado en una dieta con el objetivo de ganar o perder peso, pero, tras no conseguirlo al menos durante un corto periodo de tiempo, quizá hayas optado por dejarlo.

El problema es que es posible que estés lidiando con el punto de ajuste que ha determinado tu hipotálamo, que es algo que si entendemos puede ayudarnos a conseguir una mayor adherencia a cualquier dieta futura.
Qué es el punto de ajuste

El punto de ajuste o «set point» no es más que el peso que tu cerebro entiende que tu cuerpo tiene que tener.

Tras mantenerte durante un periodo de tiempo en un peso concreto, tu cerebro se adapta y envía señales a tu cuerpo que favorecerán el que continúes estando en ese peso.

Por ese motivo, la pérdida o la ganancia de peso en las dietas no es un proceso lineal, sino que oscila dependiendo de muchos factores, y uno de ellos (y bastante significativo) es precisamente el punto de ajuste.

Si tu peso oscila, tu cerebro modificará procesos como la producción de calor, la oxidación de grasas o la sensación de hambre para ayudarte a sobrevivir en un peso en el que te has encontrado cómodo durante mucho tiempo.

Que se alteren estos procesos al ganar o perder peso es algo normal, pero en lugar de resignarte a que esto ocurra la idea es que trates de modificar tu alimentación para hacer frente efectivamente a estos cambios.
Cómo lidiar con el punto de ajuste

Cuanto más tiempo te hayas mantenido en un peso concreto, más propenso serás a mantener ese peso y más te costará cambiarlo.

¿Quiere decir esto que sea imposible hacerlo? No, pero conviene que entiendas que quien haya llegado recientemente a un peso concreto tendrá más propensión a volver a su peso anterior en comparación con quien ya lleva un tiempo manteniendo un peso determinado.

Por ello, en lugar de plantearte empezar una dieta en particular puede que tenga más sentido que valores llevar a cabo cambios positivos en tu alimentación que puedas mantener durante mucho tiempo, valorando siempre el largo plazo.

Por ejemplo, si estás intentando ganar peso y para eso estás comiendo más cantidad de comida, llegará un punto en el que tu cerebro hará que tengas menos hambre para que sencillamente tu peso no oscile.

En ese momento, tendrá sentido que en lugar de tratar de comer una cantidad mayor de comida, te centres en elegir alimentos con una mayor densidad calórica o que optes por alimentos líquidos para conseguir una menor sensación de saciedad.

El resumen final de todo esto es que tu cerebro va a poner siempre tu supervivencia por encima de todo, pero dado que muchas veces los mecanismos que pone en marcha están injustificados, conviene que trates de hacerles frente con las estrategias que tienes a tu disposición.
Neuromarketing: La experiencia del cliente, un proceso que se debe perfeccionar


La experiencia del cliente es uno de los bienes intangibles que no se heredan, no se compran, según afirma el artículo publicado por J. Melgar. Se deben perfeccionar, y cuanto más rápido, mejor.

Piensa por un momento en todos los aparatos y herramientas que fueron creados para hacer nuestra vida más fácil.

Desde algo tan simple como las tijeras, hasta lo más complejo como el último iMac que Apple presentó recientemente.

Resulta impresionante cómo los humanos nos las hemos ingeniado para crear este ecosistema perfectamente adaptado en el que todo lo que vemos a nuestro alrededor ha sido creado con el propósito de facilitarnos la vida, para sobrevivir, para sentirnos seguros, para trasladar nuestros genes, etc.

La sociedad tan diseñada en la que hemos vivido, nos hace tener una aversión cada vez mayor al esfuerzo.

Hoy es impensable esperar que la gente llene un formulario con 20 preguntas, ¡y menos si tiene que hacerlo a mano!

Para los clientes, cada producto, cada proceso y cada punto de interacción forman parte de su experiencia con una empresa y por ende, estos aspectos deberían ser medidos y mejorados constantemente.

Algunas Escuelas de Negocios tienen exitosas campañas de generación de leads y ventas en redes sociales, pero el proceso de inscripción es tan burocrático, que los estudiantes pueden fácilmente sentirse desencantados con la oferta académica.
La experiencia del cliente es más práctica de lo que te imaginas

En esta oportunidad no queremos teorizar mucho sobre la experiencia del cliente. Hay puntos de contacto tan cotidianos y prácticos como:El tiempo de espera en las llamadas
El nivel de facilidad para hacer una compra
El número de trámites que le imponemos a los stakeholders
El diseño de una app
La complejidad de los términos y condiciones

Estos son sólo algunos de los aspectos que conforman la experiencia del cliente en donde pueden haber altos niveles de fricción.

Los clientes son leales a las empresas que logran identificar las necesidades específicas de sus clientes y ofrecen productos, servicios y experiencias que responden a esas necesidades.
La compleja experiencia del cliente que provee Facebook

Si has administrado alguna fanpage, probablemente has visto la opción de “promocionar esta publicación”.

Es tentador darle más alcance a una publicación de esta forma, sobre todo porque es relativamente fácil.

Pero varios expertos en publicidad digital indican que para lanzar campañas mejor estructuradas y con mejores resultados, es importante usar el Administrador de Negocios de Facebook.

Esta sección, conocida como Business Manager, es una poderosa herramienta de Facebook que te permite infinidad de opciones para hacer campañas profesionales.

Pero tiene un pequeño problema: es increíblemente difícil de comprender para el usuario principiante.

El Administrador de Negocios de Facebook puede resultar un laberinto de opciones que no es fácil de descifrar.

A eso, agrégale que sin aparente razón, tu cuenta de Administrador de Negocios puede ser bloqueada, y debes solicitar una revisión.

En el mejor de los casos, recibirás una notificación que dice algo como “debido a la pandemia, nuestros tiempos de respuesta pueden ser más largos que de costumbre”.

Cuando hablamos de experiencia, usualmente nos referimos al cliente como receptor, como beneficiario o víctima de una experiencia.

Pero te propongo hablar por un momento sobre la experiencia que tienen las empresas con otras empresas.

Los integrantes de una empresa también esperan una interacción fácil en todos los canales de las empresas con las que hacen negocios.

Específicamente hablando de entornos digitales, la gente quiere experiencias intuitivas y amigables con el usuario.

Elvia Zacher, especialista en Marketing Estratégico y Transformación Digital, sugiere que cualquier acción en entornos digitales, como una búsqueda, no debería llevar más de tres clicks.

Por eso resulta extraño que Facebook, siendo una de las empresas tecnológicas más grandes del mundo, tenga un sistema de anuncios tan increíblemente frustrante y complicado para el usuario.
Usuarios se quejan de la mala experiencia con la plataforma de anuncios de Facebook

Varias personas, incluso personas que se dedican a tiempo completo al Marketing Digital, han expresado dificultades y problemas con la plataforma de anuncios de Facebook.

Te presento algunos tuits de personas que comentan sobre el UX (user experience) o experiencia del usuario, que han tenido con el Administrador de Negocios de Facebook:

Ya sea en canales digitales o en experiencias offline, una experiencia con mucha fricción puede ser la chispa que inicie la fractura de la reputación en redes sociales y a la larga, también podría dañar la lealtad de los clientes.

Claro, Facebook es un monstruo de empresa y en la actualidad hay miles de agencias que se dedican específicamente a la programación de publicidad a través de sus diferentes propiedades.

Facebook no está ni cerca de quebrar. No gracias a su experiencia del cliente, sino a pesar de su mala UX.

Siendo el gigante tecnológico que percibe millones de dólares al año, cabe preguntarse ¿Está usando Facebook una mala experiencia del usuario a propósito para asegurar que sólo empresas dispuestas a invertir a largo plazo, se vuelvan anunciantes en sus plataformas?

Es una hipótesis seductora que parece tener algún nivel de sustento si consideramos que Facebook como empresa, también quiere cuidar su reputación.
¿Un poco de fricción es necesaria?

Y es este caso de Facebook nos hace reflexionar sobre si un poco de fricción es necesario en algunos casos, e incluso hasta sean los mismos usuarios quienes la prefieran.

Por ejemplo, hay bancos que a pesar de tener una infinidad de opciones automatizadas para facilitarle la experiencia a sus clientes, se han visto obligados a siempre incluir el factor humano dentro de su experiencia.

No importa cuán automatizadas sean las opciones, siempre habrán casos en los que preferimos la opción “hablar con un humano”.

Otro caso de una empresa tecnológica que agregó fricción a su experiencia fue Twitter, quien, con el propósito de disminuir la propagación de noticias no verificadas, agregó un paso adicional en la experiencia de retuitear, o compartir una publicación.

Un caso específico en el que Twitter agregó fricción a la experiencia para disminuir la difusión, fueron los últimos tuits del ex presidente Donald Trump.

En las vísperas del fin de su mandato, el entonces presidente estuvo compartiendo información no verificada, que dadas las circunstancias de ese entonces, Twitter consideró podrían haber resultado en una instigación a la violencia.

Pero dejando a un lado estos casos de los gigantes tecnológicos, podemos decir con certeza que en la mayoría de los casos, la fricción puede dañar la experiencia de tus clientes.

Claro, a menos que esa fricción sea planificada, como vimos anteriormente.

La fricción en la experiencia no es algo que las empresas implementen intencionalmente, pero es como una mala hierba que va creciendo inadvertidamente en nuestro jardín. Si no la cortamos de raíz, puede propagarse y arruinar aquello que con esfuerzo hemos cultivado.

Para disminuir la fricción, Ana Iorga, CEO de la agencia Buyer Brain sugiere que se deben planificar experiencias que sean lo más parecidas posible al estilo de vida del usuario.

No importa cuán funcional sea un producto o servicio, si requiere que el usuario cambie su rutina diaria, probablemente la idea irá al fracaso.

Cuando se habla de experiencia del usuario, la implementación es tan importante como la planificación. Seamos tan buenos ejecutores así como somos buenos planificando.
Identificando la fricción en los procesos de tu empresa

¿Cómo calificaría tu cliente promedio su experiencia con tu empresa?

O si eres un emprendedor o trabajas de forma autónoma, ¿Cuál es el grado de satisfacción de tus clientes con tus servicios?

Las personas tienen interacciones con personas y con empresas todo el tiempo para solucionar problemas específicos y nadie quiere que esas relaciones consuman demasiado tiempo o sean frustrantes.

Desde la perspectiva de tu cliente, la experiencia será mejor calificada a medida que exista menos fricción en cada punto de contacto con la empresa.

Si el contenido de tu cuenta de Instagram está genial, pero te tardas un mes en enviar una cotización cuando te la solicitan, debes identificar y trabajar en ese problema.

La experiencia del cliente no es un accesorio, no es un nice-to-have. Si le estás proveyendo una experiencia pobre a tus clientes, muy probablemente encontrarán otra empresa que les dé una mejor experiencia.

Identificar y reducir la fricción en los procesos de tu empresa no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana, pero la cultura del perfeccionamiento de la experiencia del cliente es cada vez más, una vía importante y eficiente para garantizar la lealtad del cliente.



¿Sabías que según estudios recientes entre 50% y el 70% de una compra hoy, se completa antes de hablar con un vendedor? Es decir, los clientes buscan y reciben mucha información de los productos o servicios y toman decisiones antes de contactar a un vendedor. Ante esta situación, las marcas y nosotros los vendedores debemos reaccionar y adaptarnos para ganar eficiencia y eficacia en las ventas. 
Neuromarketing: La neuroarquitectura: donde los espacios y emociones se unen


Según el artículo publicado por F. Reyes, cuenta la historia que mientras buscaba la vacuna para la polio, Jonas Salk estaba agobiado. Decidió viajar a Italia y en la Basílica de San Francisco de Asís dio con la vacuna. Convencido de que este icónico edificio había sido fundamental para su inspiración en 1965, fundó junto al arquitecto Louis Kahn el Instituto Salk, una instalación científica que buscaba alentar la creatividad y terminaría sentando las bases de la relación entre espacio y productividad. Y, más adelante, la neuroarquitectura.

Esta disciplina tiene diferentes aplicaciones: utilizar la ciencia para crear espacios más acordes a las necesidades de las personas y puede ayudar a optimizar viviendas y otros espacios en vistas de generar bienestar, productividad o diferentes sensaciones que se quieran alcanzar.

“Nuestro entorno influye en cómo descansamos, producimos y nos sentimos. Los colores y los tipos de materiales ejercen una gran influencia, por ejemplo, un ambiente totalmente blanco genera ansiedad. Los colores pasteles comunican calma y los vibrantes invitan al movimiento”, explicó María del Mar Danuzzo, arquitecta experta en neurología aplicada a ambientes.

En diálogo con Infobae, María amplió: “La neuroarquitectura es una combinación entre las neurociencias y la arquitectura, es relativamente nueva ya que nació en 1998, tiene 23 años aproximadamente. Estudia el poder que ejerce el entorno sobre el cerebro, qué hormonas se producen cuando entramos a un ambiente con ciertas características”.

“Esta combinación se empezó a estudiar y a medir a partir de que los científicos pudieron mapear al cerebro. Se usa mucho en espacios de oficinas. El poder que tiene la arquitectura es muy grande, y más en el ámbito laboral ya que favorece a la productividad, mayor creatividad, poniendo por ejemplo techos más altos, combinando los colores de determinada forma. Ahora que está el boom de los edificios de oficina y nos pasamos más del 90% de nuestro tiempo dentro de edificios,se está empezando a hablar mucho más de la neuroarquitectura”, detalló.

La experta contó a Infobae que en varios de los proyectos en los que trabaja, están construyendo oficinas en donde por ejemplo “tuvimos en cuenta la altura de los techos, ya que al ser más altos estimula la creatividad, baja el nivel de estrés. Incorporar ventanas y crear espacios más luminosos ayuda a disminuir el estrés. Los colores claros también. Para lograr más concentración se usan más oscuros o estampados. Ahora se usan mucho los vinilos sobre paredes. Se busca también pensar cada vez más espacios abiertos, tener patios internos ayuda a lograr un bienestar con la mente”.

Consultada en relación a si la pandemia empezó a jugar un papel importante en estos esquemas de construcción teniendo en cuenta a la mente, Danuzzo fue contundente: “Sí, claro”. “Son muy importantes la ventilación y la iluminación, al mismo tiempo que mantener por ejemplo distancia en los elementos que se incorporan como escritorios con mamparas, etc”, continuó.

Los colores azules traen tranquilidad. El amarillo significa más diversión y/o creatividad. El rojo produce sentimientos más intensos, el verde se asocia a la naturaleza, está asociado a la paz, como el blanco. Los colores influyen un montón en nuestras emociones y lo mismo sucede con las texturas, que al tacto suave o rígido influyen en los sentimientos que se generan.

Increíblemente, las formas geométricas también están involucradas en estos procesos mentales. Un elemento importante en la neuroarquitectura es el mobiliario y sus formas. Donde hay muchas superficies duras, se produce un eco de las ondas sonoras y esto causa estrés. Las formas redondeadas, en cambio, resultan más acogedoras, mientras que las formas más agudas, nos ponen en alerta. Es por esto que los espacios cuadrados generan más ansiedad que los rectangulares.

Los ángulos tanto en las paredes como en los muebles, cuando hay espacios que son con puntas estresan cuando uno entra a un cuarto así, y con colores fuertes mucho más. “Los que son redondeados producen tranquilidad, armonía, tanto en los muebles como en paredes, techos, detalles bordeados”, precisó.

¿Qué sucede con las plantas? Consultada por Infobae sobre este punto, la arquitecta explicó: “se pusieron muy de moda y abarcan otras ciencias. Básicamente limpian el ambiente, lo purifican, hacen muy bien a la salud. Traemos con ellas el exterior al interior”.

“El color azul y algunos verdes intermedios pueden ayudar en las tareas que requieren creatividad. La forma en que se utilice el color puede llegar alterar completamente la apariencia del espacio y, al mismo tiempo, influir en el estado de ánimo y la creatividad de las personas. A la hora de diseñar tenemos que tener bien planificadas las funciones de cada espacio. Por ejemplo, en la cocina también nos reunimos con amigos, es un momento de encuentro, por lo que todas esas funciones “piden” determinadas terminaciones o colores, que no son las mismas que una habitación”. detalló María del Mar Danuzzo, encargada de arquitectura comercial en Familia Bercomat.

Utilizar neuroarquitectura en los colegios, por ejemplo, podría impactar en el rendimiento de los alumnos. Hacerlo en espacios de trabajo podría tener consecuencias positivas en términos de productividad y creatividad de los colaboradores. Y en otros lugares en donde es fundamental mantener la calma, como en salas de espera o habitaciones de hospitales y centros médicos, puede tener un impacto directo en la salud o en la recuperación de los pacientes.

“Los espacios verdes son centrales. La sensación de estar encerrados genera estrés y disminuye la productividad. La luz natural aumenta la concentración y favorece la calma. Las vistas al exterior de los edificios mejoran el estado de ánimo de quienes habitan esos espacios” afirmó la especialista. Igual rol cumple la iluminación: la luz natural ayuda a la concentración de las personas y genera un ambiente más amable que la luz artificial. Este tipo de luz obliga al cerebro a esforzarse más en la tarea a realizar y eso incide negativamente en la productividad. Además, la luz natural acerca a los individuos con el exterior de los espacios.

“A la hora de pensar nuevos espacios para vivir, la neuroarquitectura nos brinda un norte para empezar a diseñar o construir, ya que contamos con información por parte del futuro propietario o dueño de qué quiere hacer o sentir en cada ambiente”, explicó María.

En la actualidad, tanto el big data como el machine learning se han convertido en dos herramientas cruciales que ayudan a identificar emociones entre líneas y números, sirve para facilitar la interpretación de los resultados haciendo inteligibles diversas métricas.

“Contemplando todo esto, avanzamos con la producción de nuestro podcast llamado Remodelatour, una audioguía en el que vamos a recorrer todos los ambientes de la casa junto a especialistas para brindar soluciones inteligentes para mejorar estos ambientes, con tips de expertos, tendencias y mucha información para que nuestros clientes puedan tomar las decisiones más acertadas para sus ambientes”, finalizó.

En diálogo con Infobae, el arquitecto Gabriel Wajnerman explicó: “Trabajamos con espacios o secuencias/sistemas de espacios y siempre que sean concebidos a consciencia, podríamos estar ante la neuroarquitectura, conscientes de que esa espacialidad o sumatoria de componentes que crean una atmósfera, pueda generar condiciones positivas para el ser humano en el habitar, trabajar o la función para la que sea destinada la obra”.

“El espacio es vinculante a la sensación que genera en el usuario, pudiendo ser influyente en los cinco sentidos. Uno en la arquitectura, por ejemplo, puede hacer aportes desde lo que se ve, por lo tanto el manejo de la luz y la cromoterapia juegan un papel importante en entender cómo el color promueve un estado de ánimo. También desde los los sonidos, ya que por ejemplo, un ambiente que cuenta con agua en movimiento generará un aporte a transmitir paz, bienestar y armonía”, precisó.

Para Wajnerman, “la vegetacion transmite mucho más de lo que se ve. Favorece a ambientes frescos, bien ventilados e iluminados, esto combinado con lo que se huele, es básico y elemental para estimular positivamente a los cinco sentidos de una persona. Para ello hay infinitos ejemplos en la arquitectura: uno de los edificios más famosos y que componía un estímulo sensorial es el Alhambra de Granada, una construcción que ya tiene mas de 700 años”.

¿Cómo un espacio puede estimular o conectar la espacialidad con la sensación? “Lo podría resumir como un desafío de dimensiones. Si uno acierta en las correctas dimensiones, podrá conectar dimensión con emoción. Si yo quiero sentir estímulo de opresión, solo con trabajar con un pasillo angosto, en donde las paredes se acercan a los hombros ya estoy generando tal sensación. Esto se podría enfatizar, en pos de profundizar cada vez más este punto, proyectando el techo el doble de alto. También puedo estimular con el color, trabajando un ambiente oscuro. Lo mismo sucede con el uso de la luz, las texturas, el tacto, etc. El estimulo original, fue la dimensión correcta”, precisó el especialista a Infobae.

“Una espacialidad práctica, cómoda, funcional, interconectada con cierta fluidez, seguramente será percibida como algo favorable en el bienestar de la persona. Una espacialidad que se la perciba estable, firme, también hará un aporte de confort en nuestra percepción, tanto como que lo inestable, generaría lo opuesto. Además, asi como el cuerpo humano, la arquitectura puede ser analizada desde la geometria, las proporciones, sus relaciones entre si, el equilibrio y el orden, consiguiendo asi, implicitamente un resultado identificado como algo bello”, concluyó.
Neuromarketing: Nuestro cerebro pide a gritos un descanso de las videollamadas


Esto es lo que le sucede a nuestro cerebro cuando participamos constantemente en reuniones telemáticas. Microsoft estudia cómo reducir el estrés que provocan las videollamadas.

Hace más de un año que las reuniones por Zoom, Google Meet o Teams pasaron de ser cosa de unos pocos a una herramienta masiva de comunicación. Para hablar con familiares, amigos o mantener el contacto con compañeros de trabajo a distancia. Por teléfono o a través del ordenador, son constantes.

Microsoft ha querido evaluar el impacto que tiene esta actividad digital en la salud de nuestro cerebro. Los resultados no van a sorprender a nadie, las videollamadas generan mucho estrés. Aunque estamos sentados, en casa y la mayoría de las veces hablamos con personas conocidas, las videollamadas nos dejan agotados.

Otros estudios señalan los mismos efectos, es lo que se ha denominado Fatiga por Zoom. Un cansancio y hastío asociado a las constantes e interminables reuniones a través de internet, así lo describía a principios de año en IFLScience el doctor Paul Penn, de la Facultad de Psicología de la Universidad East London.

Microsoft, por su parte, ha colocado a 14 personas un gorro de electroencefalograma para monitorizar su actividad cerebral durante esas reuniones telemáticas. Los 14 participantes asistieron a ocho videollamadas de media hora, divididas en cuatro por día: un día con descansos de 10 minutos entre ellos y el otro todo en un bloque.

Los resultados del estudio señalan la importancia de realizar descansos. Durante el bloque de reuniones sin descansos, las personas mostraron niveles más altos de ondas beta, que están asociadas con el estrés, la ansiedad y la concentración. Estas son las tres conclusiones a las que han llegado los investigadores de Microsoft:Los descansos entre reuniones permiten que el cerebro se «reinicie»: Tomarse un tiempo entre las videollamadas evita que se acumule el estrés, explican en el informe.
Las reuniones consecutivas pueden disminuir su capacidad para concentrarse y participar: Cuando los participantes tuvieron descansos para meditar, los patrones de ondas cerebrales mostraron niveles positivos de asimetría alfa frontal, lo que se correlaciona con un mayor compromiso durante la reunión, indica Microsoft.
Saltar directamente de una reunión a otra puede provocar picos de estrés: «estás llegando al final de la reunión, sabiendo que tienes otra próxima y vas a tener que cambiar de marcha y usar tu cerebro para pensar mucho en otra cosa«, dice Michael Bohan, director senior del grupo de Ingeniería de Factores Humanos de Microsoft

Para evaluar si las personas están comprometidas o distraídas durante la reunión, los investigadores estudian un patrón de ondas cerebrales conocido como asimetría alfa frontal que consiste en la diferencia entre la actividad de las ondas alfa de derecha e izquierda en el área frontal del cerebro.


Microsoft asegura que los participantes con descansos una mostraron una asimetría positiva, frente a los que no realizaron descansos. Microsoft

Este estudio toma una población de estudio muy pequeña y, como indican en Tech Crunch, las lecturas de EEG no son la medida más exacta del estrés, pero sí más práctica que el uso de una máquina de resonancia magnética. Aún así, los resultados reflejan algo que muchos otros estudios han apuntado, síntomas que la mayoría de personas achaca desde hace meses.

Los investigadores aconsejan realizar descansos durante y después de cada reunión telemática y no dedicar ese tiempo a seguir trabajando en otras tareas. “Trate de no usar esos cinco o diez minutos para hacer algún otro tipo de trabajo”, dice Bohan. Es mejor realizar ejercicios de respiración, estiramientos físicos, pasear o beber algo de agua, desconectar lo máximo posible del trabajo para volver más despejados.

Este tipo de estudios puede servir para crear nuevas funciones en herramientas de trabajo como Microsoft Teams. La compañía apuesta por un futuro híbrido, entre el trabajo presencial previo a la pandemia y el teletrabajo que se ha impuesto este último año.

Neuromarketing: ‘Pensamiento posformal’ la etapa que no todos alcanzan

El desarrollo físico culmina, como bien sabemos, en la edad adulta. Ahora bien ¿qué ocurre con el desarrollo cognitivo? ¿Existe un techo biológico definido o ese potencial carece de límites? Para responder a esta pregunta siempre es interesante recurrir a Jean Piaget. Según este referente, el pensamiento posformal es la última etapa del desarrollo cognitivo humano y la más sofisticada; una que no todo el mundo llega a alcanzar.

Es posible que este último matiz llame la atención a más de uno. ¿Por qué razón no todos culminamos nuestro avance en esa área intelectual? Lo cierto es que lograr esa habilidad en el manejo de conceptos morales, emocionales, lógicos, deductivos y hasta filosóficos no es sencillo. En ocasiones, ni siquiera el entorno académico y nuestra educación promueven el poder conquistar esta meta singular.

Cabe señalar, eso sí, que esta teoría es solo una propuesta y que, a día de hoy, carece de base científica. No obstante, no deja de tener gran interés profundizar en ella y preguntarnos incluso si no valdría la pena desarrollar un poco más algunas áreas cognitivas y emocionales. Lo analizamos a continuación.
¿Qué es el pensamiento posformal?

Para Piaget el conocimiento de la realidad parte del descubrimiento y de la manera en que el niño, el adolescente o el adulto organiza, da sentido y construye esa información. Este proceso, según el padre de la epistemología genética, se desarrolla de manera gradual a partir de cuatro etapas:Etapa sensoriomotora.
Etapa preoperacional.
La etapa de las operaciones concretas.
Etapa de las operaciones formales.

Cada uno de estos periodos se definen básicamente utilizar cada vez operaciones cognitivas más complejas. Ahora bien, señalaba Piaget que sobre los 15-20 años ese avance tiende a estabilizarse o a ir más despacio. Es a partir de aquí donde pueden evidenciarse diferencias interindividuales entre unas personas y otras.

Podemos definirlo como ese proceso cognitivo por el que intentamos alinear nuestro pensamiento para resolver los dilemas y desafíos cotidianos que aparecen en la vida adulta. Así, algo que suele afirmarse sobre el pensamiento posformal es que suele desarrollarse cada vez que nos enfrentamos de manera adecuada a algún problema, como la pérdida de empleo, la pérdida de un familiar, etc.
Dimensiones que definen el pensamiento posformal

Desde la Universidad de Harvard, nos explican en un estudio que el pensamiento posformal se adquiere a medida que asentamos nuevos recursos académicos, sociales, emocionales, filosóficos, etc. Es ese tipo de conocimiento que adquirimos cuando nos vamos conociendo más a nosotros mismos y también al mundo que nos envuelve.

Por otro lado, cabe señalar que todos nosotros podemos desarrollarlo. Esa quinta etapa del pensamiento cognitivo de Piaget requiere focalizarnos en una serie de dimensiones muy concretas. Las analizamos.
Autoconocimiento

Conocernos a nosotros mismos para procesar con mayor apertura aquello que nos rodea, sin miedo, sin inseguridades, de manera curiosa… Pocas cosas son más decisivas que asentar la capacidad de autorreflexión, la correcta gestión de nuestras emociones, sumada a esa conexión con el propio ser para saber qué queremos y qué necesitamos.
Capacidad para relativizar

Saber aplicar un pensamiento flexible en el que no entender el mundo de manera dicotómica es la base del pensamiento posformal. Es decir, la persona que utiliza este enfoque no se limita a procesar la realidad en términos absolutos de bueno malo, blanco, negro... Siempre hay aspectos intermedios que hay que saber atender y procesar.
Aceptan la contradicción y sacan sus propias conclusiones

Algo que nos explican en el estudio antes citado de la Universidad de Harvard es que el pensamiento posformal está integrado a su vez por 4 etapas (sistemática, metasistemática, paradigmática y paradigmática cruzada). Esto significa que es muy común que llegada la edad adulta alcancemos al menos, las primeras etapas.

En esos primeros logros en la asunción de las operaciones posformales está aceptar la contradicción. De hecho, pocas cosas definen tanto nuestra realidad como esas ambigüedades constantes y la eterna contradicción. Aceptar esta realidad y esforzanos por llegar a nuestras propias conclusiones es algo esencial.
El pensamiento posformal va más allá de la habilidad para solucionar problemas

A menudo, una manera de definir la inteligencia es entendiéndola como esa capacidad para resolver problemas de manera creativa para poder adaptarnos a cualquier circunstancia. Ahora bien el pensamiento posformal va más allá porque nos permite algo más. No solo podríamos alzarnos como personas competentes para afrontar buena parte de los desafíos.

El razonamiento posformal tiene una visión crítica sobre las cosas y siempre intenta comprender por qué aparecen los problemas. Es decir, a pesar de solucionarlos, reflexiona sobre todo aquello que ocasiona sufrimiento, preocupación, crisis, incertidumbres… Así, en buena parte de los casos se relaciona este tipo de enfoque cognitivo con aquello que nos aporta la propia filosofía.

Recordemos, la filosofía nos impulsa a hacernos preguntas de manera constante para reflexionar sobre nuestros conflictos existenciales. Está bien tener una inteligencia práctica y formal que nos permita resolver cualquier imprevisto. Sin embargo, tener la habilidad para pensar de manera más amplia, lúcida y trascendente sobre nosotros mismos y el mundo, es lo que nos acerca sin duda, a la auténtica sabiduría.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente