Notaba la ilusión con las que hablaban de sus proyectos…. y yo sentía envidia.
Joder, no sólo trabajaban.
Veía personas que tenían tiempo libre para estar con sus familias (ya hay familias de nómadas digitales), ir a hacer deporte, salir a cenar con amigos y tener citas.
Y también vi a algunos metidos en líos enormes, muy motivados y que disfrutaban a saco en su trabajo.
Quería saber cómo lo hacían.
Uno de ellos me contó que vendía tres webs cada dos meses a 3.000 € - 4500 € cada una de las webs. No tenía equipo. Trabajaba cinco horas a la mañana y el resto del día libre.
Como trabajaba con precios altos y muy pocos clientes, tenia lista de espera para más de seis meses.
Otra persona me dijo que la clave de su negocio fue calcular cuánto dinero necesitaba para vivir como le daba la gana (viajar en primera, alojarse en buenos hoteles, ahorrar para su futuro, invertir en bitcoin… ).
300. 000 €/año de facturación.
Había diseñado su negocio digital para alcanzar esa cifra. Una sola persona en su equipo. Sistemas de venta muy sencillos. Clientes premium a los que ayudar a conseguir resultados increíbles.
Aluciné.
Yo venía de unos años locos de trabajo en los que mi único objetivo era hacer crecer mi empresa año tras año.
Durante todo 2017 mi obsesión fue preparar la empresa para facturar el famoso millón en 2018... pero me salió muy mal la jugada.
Los mentores, gurús del marketing online, las escuelas de negocio, las páginas de economía de los periódicos… Todo el mundo habla de números, cifras, crecimiento…
Que si lanzamientos a 6 o 7 cifras. Que si crear grandes equipos. Que si….
Y yo adopté esas ideas como mías. Me deje llevar por lo que otros decían, por sus ideas, por sus valores… no por los míos.
Y como te conté lo pagué caro. Con salud, relaciones. Y casi la bancarrota.
El problema fue que no me pregunté para qué quería ese dinero
Y lo más importante, no me pregunté PORQUÉ deseaba cada vez más.,
Si me hubiera cuestionado qué era lo que realmente quería conseguir en mi vida y en mi negocio, me habría dado cuenta que yo no quería ese millón, que en ese momento mis prioridades eran otras.
Si lo hubiera querido de verdad lo hubiera hecho.
Pagué un alto precio por todo el estrés que me supuso trabajar en conseguir algo que no estaba alineado conmigo, con lo que soy y con mis valores.
Viendo a esa personas disfrutar de su negocio y de su vida tuve una revelación.
Me di cuenta que había otro tipo de negocios alejados de crecer y querer cada vez más y más.
Que había gente que diseñaba su negocio como soporte de su estilo de vida…. y que ganaban dinero suficiente para esa vida.
Para algunos era 3000 €/mes
Para otros 30000 €/mes
Y para algunos 1 millón al año.
Aprendí que la clave para que un negocio digital funcione y te permita vivir como te dé la gana está en tres palabras: ELEGIR, MEJOR Y SUFICIENTE
ELEGIR la vida que quieres tener.
ELEGIR qué tipo de negocio quieres para vivir la vida que sueñas.
ELEGIR cuándo quieres crecer, cómo hacerlo y lo más importante por qué quieres crecer en tu negocio.
ELEGIR cuánto es SUFICIENTE para vivir tu vida (y puede ser un millón de euros),
Descubrí que en los últimos años de mi negocio había perdido la perspectiva. Había olvidado mi propósito.
Ahora sé que es bueno perderse y tocar fondo para volver a encontrarse.
Empezó a nacer en mí el sentimiento de que que quería tener un negocio MEJOR. Y eso no quiere decir más grande.
O por lo menos no siempre.
Desde entonces MEJOR no siempre es igual a + ventas.
Mejor no siempre es igual a + clientes.
MEJOR es igual a + libertad
MEJOR es igual a + beneficio
MEJOR es igual a SUFICIENTE para vivir la vida que quieras y cómo quieres.
Para mi ahora el crecimiento ya no es el objetivo final de mi negocio… y espero que el del tuyo tampoco.
Feliz dia