El síndrome narcisista altera la visión de uno mismo a través de conductas como la preocupación por la reputación, la falta de empatía o el egocentrismo
Steve Taylor, en su libro ‘DesConectados’ nos descubre algunas de las figuras de la historia política que sufren esta patología
Conoce el síndrome narcisista a través de los líderes políticos del mundo
En el mito griego, Narciso rechazó a Eco, que murió desolada en una cueva quedando únicamente su voz. Al presenciar esto Némesis, la diosa de la venganza, castigó a Narciso haciendo que se enamorara de su propia imagen reflejada en un río hasta que finalmente, desesperado, se tiró al agua y murió ahogado.
Tal como define el mito a su protagonista, el narcisista suele ser una persona que resulta encantadora o fascinante por sus habilidades. Posee un poder de seducción indiscutible y se esfuerza por aparecer rodeado de signos de riqueza, belleza, prestigio o poder.
Y como Narciso, arrastra consigo a todos quienes le rodean, dejando tras de sí riegos de manipulaciones, traiciones e ira descontrolada en una necesidad de buscar insaciablemente el protagonismo.
'Hoovering': la técnica de los narcisistas para que vuelvas
Características de un narcisistaSe creen mejores que los demás, y lo hacen saber a todos sin problemas.
Quieren ser el centro de atención. La vanidad es muy característica en ellos.
Son encantadores en una primera impresión, pero a medida que se afianzan en la relación empiezan a mostrar su verdadera cara.
La manipulación es su principal arma para conseguir todo lo que necesiten para su propio bienestar.
La envidia les corroe, así que acumulan una lista de rencores y comparaciones que no pueden ocultar durante mucho tiempo.
Les cuesta mucho encajar las críticas, por lo que las reciben muchas veces con ira descontrolada.
Todo Narciso necesita su Eco
Si existe algo que delate, finalmente, un narcisista de manual, son sus relaciones. Para conseguir el papel de abuso que todo buen narcisista posee, necesita unas víctimas a las que manipular y destruir.
Steve Taylor, en su libro DesConectados, nos muestra un paralelismo entre el Trastorno de la Conducta Narcisista y los líderes políticos de la historia, que en el caso de las democracias parecen compartir bastantes similitudes. Esta situación, además, nos situa a nosotros, los ciudadanos, como aquel Eco que prometió Narciso amar.
A este fenómeno, Taylor lo ha llamado el síndrome de abdicación, una conducta que se da en esa gente que prefiere renunciar a la responsabilidad sobre sus propias vidas y prefiere transferirla a un líder: políticos, espiritual, religioso,…
Así, permitiendo que tomen las decisiones por ellos, el líder narcisista toma el control de sus vidas, adquiriendo un estado de dependencia y pasividad y, como Eco, admirando actitudes que rozan la psicopatía. A esto se le suma el hecho de que un líder narcisista nisiquiera cree en la democracia y le incomodan los límites que impone a su autoridad, por lo que hacen todo lo posible por socavarla. Veamos algunos de los ejemplos que comenta.
Politicos patológicos según Taylor
DesConectados
Autor: Steve Taylor
Editorial: La Llave
Una nueva visión de la naturaleza humana y de los problemas sociales. La conexión es el rasgo humano más esencial: determina nuestro comportamiento y nuestro nivel de bienestar. La crueldad es el resultado de un sentimiento de desconexión, mientras que la "bondad" surge de la conexión. Por desgracia, las personas más desconectadas gravitan hacia los puestos de poder.
Foto: Reuters
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Silvio Berlusconi
Como Taylor explica en el capitulo tres de este libro, una de las mejores saludas profesionales para las personas hiperdesconectadas es el mundo empresarial.
Uno de los personajes analizados es el magnate editorial Robert Maxwell, que también ocupó cargos políticos dentro de Partido Laborista en la década de los sesenta. Y ya sabemos que es muy común que los empresarios ocupen cargos políticos en su carrera, adquiriendo una fuente más segura de poder y prestigio.
El caso de Maxwell se asocia fácilmente al de Silvio Berlusconi. Su deseo insaciable de acumular y su desarrollo en los intereses comerciales se entrelazan de forma natural a las muchas denuncias de actos delictivos por conspirar en convivencia con la mafia italiana. De personalidad mujeriega insaciable, es conocida públicamente su larga lista de constantes escarceos amorosos.
Foto: Reuters
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Donald Trump
El personaje mediático de mayor carácter narcisista en la actualidad es sin duda Donald Trump. Desde su presentación como candidato a presidente por el Partido Republicano de los Estado Unidos, sus similitudes con Berlusconi fueron visibles de forma inmediata.
Incluso antes de que asumiera la presidencia, tal como declara Taylor, muchos profesionales de la salud mental habían expresado su preucupación por considerarle apto para el cargo de presidente, incluyendo el manifiesto del psicólogo John Gartner en el Duty to Warn donde declaró que Trumo sufría narcisisimo maligno y representaba un peligro para la nación.
Foto: Reuters
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Jair Bolsonaro
El régimen democrático de Jair Bolsonaro también alcanzó niveles récord de impopularidad, con medidas como su oposición a la homosexualidad y al aborto que le han hecho meterse en el bolsillo a la comunidad cristiana del país.
Se ha mostrado como un líder incompetente y malévolo en operaciones como la auspicia de destruir la selva amazónica y su gestión desastrosa ante la pandemia, motivos que le llevaron a perder las elecciones (¡una suerte!).
Foto: AP Photo
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Boris Johnson
El ex primer ministo del Reino Unido, Boris Johnson, es otro de los protagonistas del libro de Taylor. Al igual que Trump, sus causas de hiperdesconexión viajan hasta su infancia inestable marcada por la privación emocional de una madre enferma que se ausentó física y emocionalmente de su vida.
Tal como explica el autor, no fueron pocas las veces que la formación dirigida por Johnson mostró un sorprendente desprecio por los principios de la democracia. Suspendieron ilegalmente el Parlamento, restringeron el derecho a protestar, violaron el derecho internacional y su discurso populista contra los refugiados y solicitantes de asilo les posicionó en una ideología bastante extremista.
Pero su mejor actuación se destapó al descrubrir que el ministro había estado organizando fiestas en su casa durante el confinamiento por COVID, en 2021.
Foto: EFE
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Pedro Sánchez
En una entrevista que Steve Taylor realizó en el periódico de El Confidencial comentó que no son pocos los profesionales de la salud que tambien consideran a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, como una persona con ciertas conductas narsisistas que podrían encajar a la perfección en esta lista.
En realidad, tal y como también apunta el autor, son muchos los políticos en la democracia actual que padecen en mayor o menor medida algunos rasgos de este tipo de personalidad, dado el contexto actual en el que nos encontramos.
Foto: Europa Press
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Otros ejemplos prácticos
Otros ejemplos que comentó Taylor en esa misma entrevista inluían nombres como el de Viktor Orban, primer ministro de Hungría o Recep Tayyip Erdoğan, presidente actual de Turquía; en todos los casos personajes de astucia taimada y de gran carisma que hace que les sea fácil ganar elecciones.
En definitiva, el líder narcisista anhela recibir atención y admiración y disfruta de la persecución de los medios de comunicación y las redes sociales. Busca, bajo cualquier circunstancia, reforzar su sentido de importancia personal.