¿Te cuesta olvidarte de la oficina cuando estás de vacaciones? Descuida, no estás solo en el mundo.
La mayoría de la gente espera con ansias todo el año para tener la oportunidad de hacer una pausa en el trabajo y desconectar. La idea de tener “permiso” para no preocuparse de nada es algo a lo que nadie se puede resistir. O casi nadie.
Como todo en la vida, hay excepciones y algunas personas aman tanto su trabajo que, cuando llega la hora de irse de vacaciones, sienten como si les amputaran una extremidad.
También es posible que no te guste tanto lo que haces, pero estés tan acostumbrado a la rutina que te cueste dejar a un lado las obligaciones y disfrutar de la vida.
Sea cual sea tu caso, hay un problema: el tiempo no se detiene y, cuando sea hora de volver a la oficina, tendrás menos energía que cuando te fuiste.
La importancia del descanso físico y mental
La relación cuerpo–mente es indivisible, lo que significa que tu cuerpo no puede funcionar bien si estás fatigado mentalmente. Al mismo tiempo, tu mente no coordinará las ideas si tu cuerpo está exhausto. Las vacaciones son ese periodo del año en el que estás autorizado para “archivar” todos los pendientes y problemas por unos días. O al menos eso deberías hacer. Ahora, si eres parte del club de trabajólicos –adictos al trabajo–, tal vez pienses que irse de vacaciones es una pérdida de tiempo. ¡Nada más lejos de la realidad!
Para que puedas hacerte una mejor idea de la importancia del descanso, estos son algunos beneficios de tomar vacaciones (científicamente respaldados):Contribuye al bienestar general. Las personas que toman vacaciones con frecuencia consiguieron una puntuación de 68,4 en el Índice de Bienestar del Gallup–Heathway, un estudio realizado por la consultora Gallup. En cambio, los viajeros menos frecuentes obtuvieron una puntuación de 51,4. Además, el estudio encontró que hubo una disminución en las quejas por molestias físicas después de tres días de vacaciones, así como mejoras en la calidad del sueño y el estado de ánimo.
La productividad aumenta. Los estudios han encontrado que el estrés crónico puede dificultar el logro de ciertas tareas y causar problemas de memoria. Tomarte un tiempo libre es una excelente solución, ya que permites que tu cerebro descanse y recupere su máximo rendimiento.
Disminuyes el riesgo de enfermedades. Como probablemente ya sabes, estar expuesto a altos niveles de estrés es un factor de riesgo para sufrir infartos, desarrollar desórdenes alimenticios, patrones de sueño poco saludables y más. Muchos estudios han destacado los beneficios para la salud de tomarse unas vacaciones; por ejemplo, una investigación comprobó que los hombres en riesgo de enfermedades cardíacas que se saltaron las vacaciones durante cinco años consecutivos tenían un 30% más de probabilidades de sufrir ataques cardíacos que aquellos que se tomaban al menos una semana libre cada año. Incluso perderse las vacaciones solo un año se relacionó con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
Consejos para olvidarse del trabajo en vacaciones
Como ves, irse de vacaciones no es ninguna pérdida de tiempo. Al contrario, es una inversión para tu salud física y tu bienestar emocional que, así mismo, tendrá efectos positivos en tu rendimiento cuando vuelvas a la oficina.
Pero claro, todos estos beneficios dependerán de que disfrutes al máximo tu tiempo libre, y para eso tienes que desconectarte del trabajo. Estos son algunos consejos que te ayudarán a relajarte durante las vacaciones:
Ocupa tu mente en otra cosa
Estar de vacaciones no significa que debas tomar el sol en una playa paradisíaca hasta verte como un cangrejo.
Si eres de las personas que necesita mantenerse ocupado, puedes sumergirte en una actividad que te distraiga y, antes de que te des cuenta, te habrás olvidado del trabajo. Por ejemplo:Aprende a bucear.
Monta a caballo.
Toma clases de surf.
Haz trekking.
Ve de compras.
No juegues con la tentación
¿El computador te hace guiños para que lo enciendas? ¿Cada vez que lo tienes cerca se te hace imposible resistir sus encantos? ¡Entonces escóndelo! O no lo lleves contigo, para empezar.
Tampoco deberías atender llamadas o mensajes del trabajo; si tienes una doble línea en tu teléfono, desactiva la de la oficina y conserva solo tu línea personal mientras estés de vacaciones. Eventualmente, tu cerebro tendrá que rendirse y comenzar a vivir el momento.