Qué grande Pedro Guerra y esa canción que tiene que dice "miedo que da miedo del miedo que da"
Ayer me metí, conscientemente, en un berenjenal.
Sabía dónde me metía, no me voy a hacer ahora el inocente.
Sabía que hablar del miedo en las relaciones es como levantar la alfombra inmaculada bajo la que metemos todo lo que no queremos mirar.
Pues gracias a esa alfombra recibí un correo bien interesante.
Venía a expresarme que yo también tuve miedo ayer de posicionarme claramente y decir que lo que hacían esas personas que nombraba estaba mal.
Me encanta el enfoque.
Es como "mira, a veces tenemos miedo"
"Pues tú también".
Aprovecho este correo para nombrar dos cosas.
La primera, sobre mí.
La segunda, sobre todos.
1. Es posible que alguien piense, a raíz de lo que expreso, que estoy "iluminado" o que pienso que lo estoy.
Para no extenderme lo dejo en un "pues no". Ni estoy iluminado, ni pienso que lo estoy.
Comparto cosas que veo. Solo eso.
Hay quien mira un cuadro y nombra cosas que yo no vería en la vida.
Hay quien escucha melodías con una precisión que nunca alcanzaré.
Todos tenemos dones.
2. Otra de las grandes dificultades en las relaciones es estar pensando que lo que otra persona hace está bien o está mal.
En este bendito planeta que habitamos todos lo hacemos lo mejor que podemos.
Y si todos lo hacemos lo mejor que podemos, ya no hay "bien" y "mal".
Tú lo haces lo mejor que puedes en tu búsqueda de tu felicidad.
Y yo hago lo mismo.
Cierto es que a veces tomamos caminos bien extraños -como, por ejemplo, el control, la dependencia o las relaciones basadas en los miedos que nombraba ayer-.
Pero eso no nos hace "peores".
No lo estamos haciendo "mal".
Lo estamos haciendo lo mejor que podemos.
Con lo que hemos aprendido.
Con lo que hemos vivido.
Lo hacemos lo mejor que podemos.
Mi única intención en Caminos de ti es señalar nuevas posibilidades.
Porque estoy cansado de que, como humanos, llevemos miles de años sufriendo por haber elegido las mismas posibilidades de siempre una y otra y otra y otra vez.
Así que miro y digo "oye... aquí tienes otra posibilidad":
¿Te gusta? ¡Genial! ¡Pruébalo y me cuentas!
¿No te gusta? ¡Genial!
Te respeto profundamente hagas lo que hagas.
Y respeto tu vida y tu momento tal y como ocurre, con tus decisiones tal y como son.
Para mí, está perfecto...
Mi función es solo decir "se puede hacer de otra manera, si te interesa":