Tanto si te estás preparando para algo que va a ocurrir, como si ya estás en ese momento de oscuridad, la aceptación es la base sobre la que puedes construir todo lo demás. Tu actitud, tus acciones, tus pensamientos y tus planes a futuro serán más sólidos si los trabajas sobre una buena base de aceptación.
Prepárate para transitar momentos emocionalmente exigentes
No me puedo imaginar la cantidad de experiencias a las que te vas a enfrentar en la vida y que podrás describir como “emocionalmente exigentes” y es seguro que para cada una de ellas necesitarás herramientas diferentes o afrontarlo con diferentes actitudes para hacerlo más fácil.
Sin embargo, hay una serie de ideas que, de manera general, podemos tener en cuenta para que contemos con una base sólida: tanto en actitudes, como aptitudes y también en herramientas de las que podemos echar mano en estas situaciones complejas.
Veamos cómo te puedes preparar para transitar momentos emocionalmente exigentes.
Todo lo que estás imaginando está creando expectativas
Ocurren dos cosas importantes cuando nos anticipamos al momento y decidimos, generalmente de forma inconsciente, cocinarnos en nuestra idea del futuro. En primer lugar, dejamos de vivir el presente por prestarle demasiada atención a algo que todavía no está pasando y, en segundo lugar, creamos expectativas sobre algo que, de seguro, son inexactas.
La idea no es “dejar de pensar”, “alejar la preocupación” o “evitar el dolor”. Simplemente con que tengas presente que tu anticipación no es real, ya tienes un largo camino recorrido.
Ten la determinación de acompañarte, abrazarte y sostenerte con gentileza
En muchas ocasiones, sobre todo en personas interesadas en la salud mental o la evolución de la persona a través del trabajo interno, se tiende a pensar cosas como “yo no debería estar así”, “si ya sé que esto no es real, por qué me preocupo tanto”, “tendría que ser más fuerte”, “yo puedo sola” y demás deber ser y tener que.
No importa el camino que hayas recorrido, tu evolución espiritual, las horas y horas de psicoterapia que tengas o los cientos de libros que hayas podido leer. Y tampoco importa que ya te sepas la teoría, eres humana y como humana sientes.
Enfócate en acompañarte y abrazarte en este difícil momento
Asume que juzgarás el camino y prepárate para no hacerlo
En momentos emocionalmente exigentes, es normal que empecemos por juzgarnos a nosotras por cómo lo estamos llevando y después continuemos juzgando el camino, las decisiones tomadas, el entorno, a otros, etc.
Asume que esos juicios van a aparecer y ve preparándote para no hacerlo. Necesitas tu energía para acompañarte en el proceso, así que es interesante que no estés dispersa en juicios que no resultan demasiado útiles en este momento.
El juicio es una opinión que depende de nuestras experiencias pasadas, nuestras expectativas y otros factores como la crianza, por ejemplo. Todas las opiniones que emitas puedes cambiar en cualquier momento, asegúrate de no darles demasiada importancia.
No te aísles, comunícate
Algunas personas tendemos –me incluyo de forma específica aquí- a aislarnos cuando atravesamos un momento difícil. De alguna manera rechazamos compartir este tipo de cosas, aunque en otras circunstancias seamos abiertas y transparentes.
No está mal querer momentos a solas o necesitar espacio para transitar estas emociones complejas, pero si nos aislamos, perdemos una herramienta maravillosa: el amor de los demás.
Que otras personas puedan escucharnos, ayudarnos, acompañarnos, reconfortarnos o hacer –o no hacer- tantas cosas como necesitemos es maravilloso. Así que, del mismo modo que tú quieres escuchar y ayudar a otros en sus momentos difíciles, déjate ayudar y disfruta de ser escuchada.
Aceptación: el concepto base
Tanto si te estás preparando para algo que va a ocurrir, como si ya estás en ese momento de oscuridad, la aceptación es la base sobre la que puedes construir todo lo demás. Tu actitud, tus acciones, tus pensamientos y tus planes a futuro serán más sólidos si los trabajas sobre una buena base de aceptación.
Aceptar que estás viviendo lo que estás viviendo, aceptar que puede pasar cualquier cosa porque nada está bajo tu control –y lo que está, seguro que ya lo has dejado atado-, aceptar que te encuentras en la situación emocional en la que te encuentras e, incluso, -y aquí viene la guinda- aceptar que no estás aceptando nada de esto.
Permítete ser y permite que las cosas sean
Identifica qué actitud te beneficia más
Uno de las inconvenientes que tiene la divulgación es que no a todo el mundo le vale lo mismo. Incluso a la misma persona no le vale lo mismo todos los días y, por tanto, cuando escribimos en general, necesariamente lo hacemos para el grupo de lectores –en este caso- que conecten con la idea.
Es responsabilidad de quien lee –de nuevo, en este caso- coger lo que sirve y desechar lo que no; del mismo modo que es su responsabilidad saber qué tipo de discurso encaja con su forma de ver la vida en este momento.
Hay dos cosas mantras que te puedo animar a tener presentes, los dos son válidos, los dos son útiles y puedes elegir cualquiera de los dos para transitar tu momento emocionalmente exigente:
“No puedo con todo” y “Yo puedo con todo”.
¿Cuál encaja mejor en este momento que te está tocando vivir?