La sensación de dolor en el parto se puede amplificar o reducir mucho con la mente

Entrevista a Andrés Martín y M. Teresa Oller

El embarazo es uno de los periodos más delicados, fascinantes y transformadores de la vida de la mujer. Pero también uno de los que más estrés y ansiedad puede generar, y en el que nos acechan todo tipo de temores y dudas. Sin embargo, podemos hacer mucho para colaborar con la incertidumbre del momento, viviéndola con más conciencia, con más aceptación, con más amabilidad y con más serenidad, pero, sobre todo, con mucho menos sufrimiento.
Con este propósito nació Maternalmente, un exitoso programa de mindfulness para el embarazo en el Hospital Clínic de Barcelona, de la mano de dos expertos del Instituto esMindfulness: el doctor Andrés Martín Asuero y M. Teresa Oller, que están consiguiendo demostrar científicamente los beneficios que esta práctica puede aportarnos durante la gestación y por qué es tan importante hacer una buena gestión del estrés.

Este octubre, Martín y Oller han plasmado sus conocimientos en un libro que aporta sencillas técnicas y ejercicios que nos ayudarán enormemente a vivir con más plenitud la etapa del embarazo, el parto, el posparto y la crianza. Maternalmente. Mindfulness para un embarazo y crianza conscientes es el título de esta magnífica obra elaborada con tiempo, cariño y mucha ciencia.
Pensamos que el embarazo será una etapa maravillosa pero muchas mujeres lo vivimos con mucha ansiedad y temor. ¿Por qué?

M.T: Desde mi propia experiencia, y con todo lo que hemos visto con las mamás que hemos acompañado en los cursos, el embarazo es un momento de muchísimos cambios. Cambia el cuerpo, y con ello surgen muchas dudas, sobre todo, nos preguntamos si todo saldrá bien. Además, también cambia tu relación con el trabajo, con la familia e incluso con tu pareja. Todo esto puede ser estresante, y es algo se añade al estrés cotidiano que ya tenemos todos.

A: Sí, y una cosa es pensar el embarazo y la otra es vivirlo. La ansiedad suele estar en la divergencia entre una cosa y la otra. Ahora las mujeres también dan a luz a una edad más tardía, de manera que los hijos son más deseados y esperados.


Una cosa es pensar el embarazo y la otra es vivirlo. La ansiedad suele estar en la divergencia entre una cosa y la otra
¿Realmente afecta tanto el estrés en el embarazo?

A.: Uno de los procesos interesantes que hemos visto aquí es que durante el embarazo se forman los órganos del bebé, y los cambios que tiene la mujer en su medio interno afectan a ese desarrollo. Por tanto, la madre no debe esperar a que nazca el bebé para cuidarlo, ya lo está cuidando desde la gestación. Durante las primeras semanas no se da tanto el desarrollo del embrión como el desarrollo de la mujer. Y aquí es fundamental que el estrés no afecte. Sabemos que el estrés afecta al desarrollo de órganos y, principalmente, al peso al nacer. Y si pasa eso significa que afecta a muchas cosas. Eso significa que las mamás que hacen muchas cosas para poder estar libres cuando nazca el bebé deberían cambiar su estilo de vida, porque, en realidad, es mejor empezar a cuidarlo cuando se está gestando.

M.T.: Mindfulness es una forma de promover el autocuidado. Tiene que ver, sobre todo, con la conciencia de que, durante los meses del embarazo, tu bebé comparte tu cuerpo contigo. De manera que todo lo que hagas para cuidar de tu cuerpo significará estar creando las condiciones más favorables para que el proceso natural del embarazo se pueda desarrollar correctamente.


Sabemos que el estrés afecta al desarrollo de órganos y, principalmente, al peso al nacer
Pero la sociedad no nos lo pone demasiado fácil. La baja de maternidad, por ejemplo, nos la dan una vez hemos dado a luz. Y no tenemos demasiados referentes públicos de mujeres que bajen el ritmo antes de parir.

A.: Sí, y por eso la investigación que hemos realizado en el Hospital Clínic de Barcelona, que es de donde sale el libro, es tan importante. Porque va a generar evidencia científica de que esto es importante. Y que se puede resolver. Hasta ahora, cuando una mujer tenía estrés, le daban la baja, pero esto no siempre lo resuelve, porque podemos tener estrés no asociado con el trabajo. En algunos casos, por ejemplo, el trabajo baja el estrés, porque es un entorno en el que hay una mayor organización y protección que en el resto de áreas de la vida de esta persona.

La medicación es la segunda opción que nos da la medicina, pero, en caso de embarazo, tampoco se puede utilizar porque afectaría al desarrollo del cerebro del bebé.


En el momento en que empiezas a practicar mindfulness, generas tiempo y espacio para escucharte y prestarte atención
Pero, aunque pudiéramos tomar medicación, resolveríamos la consecuencia, pero no la causa…

A.: Correcto. Por eso es tan útil el mindfulness, que funciona como un entrenamiento para darte cuenta de si te estás cuidando o no, y de si eres capaz de seguir con el proceso, no con la idea que tú tenías de lo que sería. La otra derivada del mindfulness tiene que ver con que a lo mejor tienes que replantear algunas cosas de tu vida y cambiar tus prioridades, renunciando a algunas cosas para poder acoger algunas otras.

M.T.: Muchas mamás te dicen que quieren conectar con el bebé. ¡Pero qué mayor conexión puede haber que tu hijo creciendo dentro de ti! Pero lo que falla aquí es que no prestamos atención a ese proceso. Debemos preguntarnos cómo podemos acompañar al proceso en lugar de forzar más la máquina y mantener el ritmo que llevábamos antes y que probablemente no sea el que ahora necesitamos. En el momento en que empiezas a practicar mindfulness, generas tiempo y espacio para escucharte y prestarte atención. Y eso es muy transformador.
Para que quede claro, cuando hablamos de mindfulness, no nos referimos solo a sentarnos a meditar, ¿no?

A.: El mindfulness es una actitud. Y debemos entrenarla con distintos ejercicios, en diferentes ámbitos y momentos. Lo que nosotros hacemos en los programas es crear rutinas que vayan creando hábitos para que estos hábitos produzcan los cambios que comentábamos sobre el autocuidado y poner el foco en qué es lo que es la causa del estrés. Las causas del estrés no suelen tener que ver con lo que nos ocurre en la vida sino con cómo nos relacionamos con eso, hasta qué punto fluyes o estás luchando contra todo. O vives atemorizada por todo lo que pueda ocurrir. Esta perspectiva diferente tiene que emerger de una reflexión y de una tranquilidad.

M.T.: El mindfulness es una forma especial de prestar atención, orientada al momento presente y sin prejuicios. Por eso hablamos de esta amabilidad. Esto es fundamental en el embarazo para poder ir viviendo, momento a momento, todo lo que va sucediendo de manera amable, aceptando la experiencia tal y como es.


Las causas del estrés no suelen tener que ver con lo que nos ocurre en la vida sino con cómo nos relacionamos con eso
¿Amabilidad contigo misma?

M.T.: Contigo, con el proceso y con el bebé. Porque a veces existe esta lucha entre lo que queremos seguir haciendo y lo que ahora de repente el bebé implica en mi vida. Esta lucha genera mucho sufrimiento y mucha disonancia entre lo que estoy viviendo, lo que desearía o lo que se supone que debería estar viviendo. El mindfulness nos ayuda a soltar todo eso y estar con lo que hay de una forma mucho más tranquila y serena.
Tiene mucho que ver con el control de las expectativas, ¿no?

A.: Control no es una palabra que nos guste. Porque podemos controlar dispositivos electrónicos, pero no nuestros pensamientos o procesos biológicos. Se trata de reconocer que tus expectativas son solo eso, expectativas. Una cosa es explorar el futuro y la otra anticiparlo y querer que sea de una forma determinada.

M.T.: Además, entorno a la maternidad, hay muchísimas expectativas, no solo las propias, sino también las sociales o las familiares. Y se da una cierta presión para crear esa maternidad que tú desearías. Esa amabilidad de la que hablamos también significa ver y aceptar tus propias limitaciones, viéndolas con cariño, y entender que es un proceso de aprendizaje brutal. Cuando llegas a casa con tu bebé no sabes nada y no sabes qué hacer porque esto no llega con manual. Y estamos demasiado acostumbradas a controlarlo todo, pero aquí no hay nada escrito.


Observar lo que va ocurriendo es una oportunidad extraordinaria para aprender, si te dejas llevar
¿Cuáles son las claves que vosotros dais sobre autocuidado, además de bajar el ritmo?

M.T.: Incorporar rutinas en tu día a día para parar, observar y permitirte más de lo que te sienta bien y quitarte lo que te sienta mal, que es distinto para cada una de nosotras. Pero a veces no nos damos cuenta de todo eso.
En el libro también habláis del mindful eating, algo muy importante durante el embarazo, ya que pueden aparecer los famosos antojos… ¿Cómo recomendáis gestionarlos?

A.: Con conciencia. El antojo nace de un proceso biológico. Con el embarazo tienes unas necesidades nutricionales diferentes, y las mujeres están programadas para que no le falte de nada al bebé. Este proceso a veces se confunde, y hay hambres que no son hambre, sino ansiedades, porque el comer aplaca el hambre. Tenemos que aprender a distinguir qué tipo de hambre tenemos y a qué responde. Es lógico que la biología, de alguna forma, active el mecanismo del apetito durante el embarazo para asegurar eso porque la mayor parte de la vida de nuestra especie nos ha faltado comida.


Desear que funcionemos como un reloj no es realista y no tiene que ver con el proceso real
Uno de los miedos más grandes es el del parto. Porque siempre se nos ha dicho que es muy doloroso.

M.T.: Sí, y aquí hay dos temas. Primero, la necesidad de acoger la incertidumbre sobre cómo será el parto, porque somos más parecidos a una planta que a un reloj. Y desear que funcionemos como un reloj no es realista y no tiene que ver con el proceso real. Y, segundo, la cuestión del dolor. Ciertamente, gran parte de los miedos sobre el parto tienen que ver con eso, con el miedo a sufrir dolor físico.


El del parto es un dolor transformacional, con una gran recompensa, que estamos preparadas para soportar
Tampoco estamos acostumbradas a sufrir demasiado dolor físico en este momento de la historia de la humanidad.

M.T.: Efectivamente. Por eso es tan importante poder vivir el parto momento a momento. Porque lo que realmente hace sufrir es la anticipación del dolor. El cuerpo está preparado para poder asumir el dolor del parto y las contracciones son cíclicas para eso, para que puedas recuperarte entre una y otra. Pero si en esta pausa lo único que hacemos es anticipar y pensar que qué dolor y que no vamos a poder soportarlo, no permitimos que haya recuperación. Por eso es tan importante vivirlo momento a momento y saber manejar las herramientas para regular ese miedo. Muchas mamás nos explican lo útiles que les han sido las técnicas de respiración, por ejemplo.

Además, cuando pensamos en el dolor lo relacionamos con algo que nos ha lastimado. En cambio, el del parto es un dolor transformacional. Lo mismo que les pasa a los niños cuando les salen los dientes. Y es importante verlo así, porque, además, luego hay una recompensa muy grande.

A.: El del deportista, por ejemplo, también es un dolor con un propósito. Una cosa es la sensación de dolor y la otra la carga emocional que viene de la interpretación de ese dolor. La sensación de dolor se puede amplificar mucho con la mente y tenemos que aprender a regularlo y no dejarnos arrastrar por el catastrofismo de los pensamientos.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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