La reserva cognitiva es la capacidad que tiene nuestro cerebro para resistir daños neurológicos ocasionados por el envejecimiento.
A medida que pasan los años, aumenta el riesgo de que desarrollemos deficiencias en áreas de la función cognitiva, como la memoria, el razonamiento y la capacidad verbal. También, cuando el envejecimiento es avanzado, hay más probabilidades de desarrollar demencia o deterioro cognitivo. Esta es una condición que interfiere con la vida diaria.
Sin embargo, no todas las personas se ven igual de afectadas por el envejecimiento. Al contrario, algunas son capaces de mantenerse cognitivamente saludables durante toda su vejez, evitando enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, a pesar de tener antecedentes.
Fue así como surgió el concepto “reserva cognitiva”, cuyo objetivo es ayudar a los neurocientíficos a entender mejor por qué algunos individuos sí conservan un alto funcionamiento cognitivo, mientras que otros no.
¿Qué puedes hacer para aumentar tu reserva cognitiva?
Así que, de forma resumida, la reserva cognitiva es nuestra capacidad de resiliencia cerebral. Cuanto más la aumentemos, más probable será que tengamos un cerebro sano en los años por venir.
Estas son algunas recomendaciones para aumentar tu reserva cognitiva y empezar a construir desde hoy una vejez sin enfermedades.
1. Descubre una pasión y perfecciónala
Aspectos de la experiencia de vida, como la formación y la ocupación, hacen que tu cerebro permanezca activo. Así evitas que las funciones cognitivas se atrofien por desuso.
En términos generales, cualquier actividad que implique usar tu memoria, lógica, comprensión lectora o análisis de datos te ayudará a mantener tu cerebro en buen estado, pero cuando se trata de hacer algo completamente nuevo, hay mayores beneficios.
Algunas ideas para ti son:
Unirte a un club de lectura.
Tomar un curso de informática.
Iniciarte en el mundo de las manualidades (como tejer, pintar o construir muebles).
Aprender un nuevo idioma también es una forma de mantener tu cerebro ocupado. Hoy en día hay muchas apps móviles que puedes usar para esto, ya no hace falta inscribirse en una academia. Duolingo y Babel son buenas opciones.
2. Pon a prueba tu memoria
En tu tiempo libre, haz una lista de nombres, países, frutas o cualquier artículo que se te ocurra, y apréndela de memoria.
Una hora más tarde, repite la lista en tu cabeza y comprueba cuántos ítems eres capaz de recordar. Cuanto mejor sea tu memoria, más difíciles deberían ser los artículos que incluyas en la lista siguiente.
Sería bueno que hagas este ejercicio al menos 3 veces por semana.
3. Haz la cuenta mentalmente
Cuando vayas a un restaurante o al supermercado, haz las cuentas en tu cabeza.
Al final, puedes sacar tu teléfono y verificar qué tan precisa fue tu calculadora mental. Si hay errores, no te desanimes; no se trata de ser un genio aritmético, sino de que tu cerebro corra la milla extra.
4. El juego de los sabores
Si eres amante de la buena comida, este juego te encantará. Se trata de identificar el mayor número de ingredientes individuales en una comida, incluyendo especias y hierbas.
Con esto ejercitarás la atención a los detalles.
5. Pon tus músculos a trabajar
La actividad física mejora la función cognitiva y previene la demencia. Lo recomendable es que sigas una rutina diversa, con actividades donde debas usar la fuerza muscular, otras donde necesites el equilibrio y la flexibilidad, y por último ejercicios aeróbicos como nadar o caminar a paso rápido.
Un estudio de 2018 encontró que 10 minutos de pedaleo de baja intensidad en una bicicleta estacionaria se asoció con un aumento de la actividad en el hipocampo, que tiene una participación importante en la formación de nuevos recuerdos y la capacidad para rememorar eventos del pasado.