Vivir con el síndrome de la mujer agotada

Ser madre y compaginar la vida laboral con la familiar provoca un grave agotamiento entre las mujeres, especialmente en época de confinamiento y pandemia. Un ritmo de vida que les impide dedicarse tiempo y que ya tiene nombre: el síndrome de la mujer agotada.


Si tienes hijos menores, si trabajas y si eres mujer, entonces, es muy probable que ya padezcas el síndrome de la mujer agotada. Con unas jornadas laborales que imposibilitan la conciliación familiar, llegar a todo es prácticamente imposible. Desde que las mujeres accedieron al mercado laboral, muchas de ellas han tenido que hacer malabares para compaginar el trabajo a jornada completa con el cuidado de sus hijos. Un ritmo que, desde luego, tiene como consecuencia un agotamiento físico y emocional que las deja absolutamente exhaustas.

La crisis del Covid-19 ha dificultado todavía más este aspecto ante la imposibilidad de combinar las tareas familiares con una jornada laboral a través del teletrabajo. De hecho, según un estudio realizado por el Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València (UV): “Las mujeres con menores que teletrabajan soportaron la mayor parte del estrés del confinamiento”.

Este "tratar de llegar a todo" y sin olvidarse también de la relación con su pareja suele ser el detonante principal que lleva a muchas mujeres a sentir que están continuamente agotadas. Seguro que alguna vez escuchaste a tu madre quejarse de lo sucio que estaba todo, y por consiguiente ese "yo estoy muy cansada".

Porque, aunque con el paso de los años la repartición de tareas entre hombres y mujeres en el ámbito doméstico es ya una realidad, lo cierto es que muchas de ellas continúan soportando el grueso de las obligaciones y de la carga mental. Como consecuencia se quejan y se cansan porque, aunque no nos guste, padecen uno de los males del siglo XXI: el síndrome de la mujer agotada.

“Aunque en algunas parejas hay una mayor disposición por parte de los hombres a hacer tareas que no solían realizar antes, como poner lavadoras, cocinar, ir a la compra o compartir horas de juego con los niños, la carga mental y organizativa sigue recayendo en las madres. Son las mujeres con menores que teletrabajan las que soportan la mayor parte del estrés del confinamiento”.


“Son ellas las que hacen malabarismos para coordinar y dedicar tiempo a todas las partes de su vida, muchas veces renunciando a tiempo para ellas".

Y es que esa carga mental, no solo física, es la que acaba pesando sobre la salud mental de muchas mujeres que viven con el piloto automático y con una apretadísima agenda que les obliga a gestionar el tiempo como pueden. Un tiempo que muchas veces se reduce al cuidado de los otros, de sus hijos e incluso de sus propias parejas.

“Son ellas las que hacen malabarismos para coordinar y dedicar tiempo a todas las partes de su vida, muchas veces renunciando a tiempo para ellas. Madrugando para poder sacar adelante las horas de trabajo, conectadas continuamente a sus correos profesionales, mientras educan, cuidan y gestionan las necesidades de la casa", afirma Mónica García, coach de liderazgo personal y profesional y fundadora de El Factor Humano.

No tener tiempo para una misma y tratar de adaptar tu vida a las necesidades de tus hijos es duro, pero sobre todo, muy agotador. Y, aunque en España este síndrome aún no se trata como un mal diagnosticado, en Inglaterra, el Servicio Nacional de Salud ya usa el término TATT que equivale a “Tired all the time”, es decir: cansadas todo el tiempo.

Así que si notas a tu mujer más estresada y con un mal humor crónico, entonces es momento de plantear una solución que la libere de la carga de llevar el peso de la familia. Porque si en situaciones normales las mujeres ya presentan ese agotamiento general, la pandemia solo ha hecho que acentuar todavía más este síndrome que ya afecta a millones de madres.


No es solo esta excepcional situación la que hace que una mujer esté sin fuerzas. Es toda la carga emocional que soporta y acumula a lo largo de los meses.

Sobre todo durante el confinamiento, cuando los dos progenitores teletrabajaban y venía la pregunta del millón: ¿Quién cuida de los niños? Muchas parejas se organizaron como pudieron mientras que, en otros casos, era la mujer la que continuaba reafirmando su rol de cuidadora del hogar que tanto ha lastrado a las mujeres en los últimos siglos hasta dejarlas exhaustas y cansadas emocionalmente.

Y, aunque probablemente la veas de aquí para allá, llevando a los niños al colegio y luego yéndose a trabajar como directora comercial o limpiando una oficina, sea el puesto que sea, detrás de esa capa superficial muchas veces hay una mujer realmente cansada. La solución no es dejar de tener hijos. Sí una quiere puede hacerlo, pero antes que nada tendremos que fomentar el cambio en materia de conciliación laboral y familiar.

Una responsabilidad común entre familias, empresas y organismos públicos para "encontrar formas creativas de cubrir las nuevas necesidades, aspirando a un mayor equilibrio que sea el que nos mantenga fuertes como sociedad ante la dificultad de la situación que estamos viviendo”, reflexiona la coah.

Te dejamos ahora con los 5 consejos para combatir el síndrome de la mujer agotada en esta época de Covid-19, según la coach Mónica García.

1/5
Prioriza el suyo

El sueño es lo primero que perdien muchas madres. “Me quedo más tarde por la noche” o “me levanto antes” es en lo que piensan cuando van mal de tiempo. Pero como indica la coach, dormir bien es importantísimo porque "el sueño es reparador desde el punto de vista que pone a punto nuestros órganos, realiza una limpieza para deshacerse de los residuos creados durante el día y renueva los depósitos de lo que si vamos a necesitar.

No olvides que es recomendable dormir entre 7 y 9 horas. Además, 1 o 2 horas antes de ir a dormir es importante que bajes el ritmo de actividad; evita empezar conversaciones que requieren resolver o solucionar problemas o tareas que te activen mentalmente, evita mirar pantallas (móviles, tablet) y mantén las luces con intensidad baja.

2/5
Renueva la energía durante el día

No esperes al final del día para descansar, cuando ya estés exhausta. No hace falta llevar el cuerpo al límite. De hecho, es aconsejable renovar la energía durante el día y hacer descansos, que sean realmente descansos. No descansos para aprovechar a hacer otras cosas.

"También ayuda el completar de forma intencionada una actividad antes de pasar a otra. Esto lo podemos hacer tomando un par de respiraciones. En la primera respiración me digo, dejo atrás lo que estaba haciendo, en la segunda respiración, durante la siguiente hora mi foco estará en la siguiente actividad", explica Mónica García.

3/5
Hazte con el mando de la atención de tu mente

Para mantener la atención es recomendable reducir el máximo el número de distracciones posibles. Aunque en ocasiones es algo bastante complicado cuando tienes que tomar tantas decisiones.

Sin embargo, "cuando estás a lo que estás la energía que se consume es menor que si tienes la atención dividida en varios frentes diferentes. De ahí que sea muy rentable energéticamente hablando el enfocarse en una sola cosa cada vez. Lo que se se llama trabajar en serie", indica la coach.

Se trata de hacer una cosa y hasta que no la terminas no pasar a la otra y así sucesivamente. De esta manera no solo no gastamos tanta energía, sino que además generamos energía de satisfacción y ánimo al ver que vamos avanzando.


4/5
Atiende la relación contigo misma

Como te sientas contigo misma influirá de lleno en como estás con el resto de personas. "El conflicto con uno mismo, bien sea en forma de auto exigencia, bajo auto reconocimiento o comportamientos que nos hacen sentir mal con nosotros mismos significa un gran desgaste energético".

Por eso es tan importante buscar siempre que puedas un rato para ti, para estar contigo misma y darte toda la atención que también mereces. Así conseguirás empezar y acabar el día con mucha más energía.

5/5
Elige intencionadamente la información que consumes


Vivimos en sociedades rodeadas de estímulos e información. Seguro que recuerdas una conversación o una noticia que te ha cambiado el humor par el resto del día o ese mail del trabajo que viste a última hora del día y que descuadro toda tu energía positiva.

"Es importante elegir cuándo, qué y la cantidad que consumo. Por eso pon límites a la información que consumes lo mismo que los pones a lo que comes", nos recuerda Mónica García. Y recuerda que toda la información que consumimos tiene el poder de influenciarnos emocionalmente y por lo tanto físicamente.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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