En los tiempos que corren, donde la incertidumbre es cada vez mayor, reinventarse se ha convertido en una auténtica necesidad. Muchas veces se identifica el término con cambiar de trabajo o de disciplina, pero bajo mi punto de vista, el concepto va mucho más allá porque de lo contrario nos estaremos quedando en un mero lavado de cara. No se trata de cambiar la carcasa o el envoltorio, sino de cambiar desde nuestro interior.
Reinventarse es sinónimo por tanto de crecimiento, de evolución, de avance hacia las metas que uno quiere alcanzar. Y en todo ese proceso nos vamos desprendiendo de aquellas partes de nosotros mismos que dejan de servirnos. Dejamos atrás por tanto, creencias, emociones, pensamientos, hábitos, conductas, nuestra escala de valores y nuestras prioridades cambian. En el fondo lo que deseas es vivir la vida que quieres para ser feliz. Al final es de lo que se trata, ¿no?
Reinventarse va de elevar nuestro nivel de conciencia para ser mejores personas y eso es un camino que en realidad dura toda la vida.
Si has llegado a un punto en el que no eres feliz con tu trabajo o con tu vida, o bien, las circunstancias te han llevado a un callejón sin salida en el que te mantienes estancado, seguramente te estarás preguntando…¿y por dónde empiezo?
Verás, en la crisis de 2008 empecé mi proceso de reinvención personal y profesional (ambas van de la mano y no pueden separarse). Llevaba años estancada, con un trabajo bien remunerado pero que no me aportaba nada, con una vida basada en el ocio y la diversión pero vacía de contenido e ilusión. Tenía una manera de hacer las cosas y de relacionarme con los demás que estaba ligada a mi manera de pensar, a mi visión de la vida, sin asumir riesgos, eludiendo las dificultades y sentía que me estaba perdiendo muchas cosas.
Con el tiempo he aprendido que los obstáculos y las incomodidades son las que nos ayudan a crecer y avanzar en la buena dirección. Son necesarios precisamente para convertirnos en las personas que necesitamos ser para recibir aquello que queremos. De hecho poco tengo que ver con la persona que era en aquellos años, porque en el fondo, había una parte de mí que se mantenía oculta y que he descubierto con el tiempo. Y esa parte de mí era precisamente la que necesitaba para conseguir vivir la vida que yo quería.
¿Cuáles son las claves, por tanto, para reinventarse?
Como todo proceso de crecimiento, éste siempre es de dentro afuera y es precisamente por ahí por donde has de empezar, POR TI.
1.- La fuerza de tu deseo
Mientras estés en modo «me gustaría», «ojalá» y sus derivados, no pasarás a la acción. Te pasarás la vida dando rodeos. Aunque hagas cosas diferentes, todas te llevarán al mismo punto de estancamiento en el que te encuentres. Si de verdad quieres reinventarte para conseguir algo que anhelas, es necesario que lideres el proceso, que tomes las riendas y no estés a merced del viento y de lo que digan los demás. Si tu felicidad la haces depender de que alguien haga algo, probablemente esa felicidad te llegue cuando las ranas críen pelo. Cuando la fuerza de tu deseo es grande estás dispuesto a tomar las riendas y tirar tú del carro arriesgando. Si aún no has llegado a ese punto (estás en el quiero y no puedo), necesitas trabajar la confianza en ti mismo a través de un nuevo enfoque que te ayude a dar el paso.
2.- El precio de reinventarse
Todo cambio, por muy deseado que sea, tiene un precio tanto económico como emocional. Siempre hay algo que pierdes y algo que ganas. Haz balance de todo lo que ganas y todo lo que pierdes y si lo que ganas es más, blanco y en botella. Sentirás cierto temor a perder, pero después te compensará. Es importante en este punto trabajar el desapego. Te surgirán las dudas de si lograrás lo que quieres. Si empiezas a caminar pensando en lo que pierdes te costará más conseguirlo. Es importante soltar para volar alto. Y hay algo que tienes que tener en cuenta:
El camino del logro nunca es lineal. Los obstáculos que se te presentarán son necesarios para que crezcas.
Todo es reversible salvo la muerte. Si no lo ves claro, puedes volver atrás, reenfocar y volver a intentarlo.
El precio de la libertad acarrea una mayor responsabilidad en todo lo que hagas.
3.- Lo que quieres conseguir
Parece evidente pero a veces no lo es tanto. ¿Sabes realmente lo que quieres conseguir? A veces se sabe lo que no se quiere pero no se tiene del todo claro lo que se quiere. Enfócate en principio en el estilo de vida que quieres llevar. Descríbelo con pelos y señales y hazlo desde lo que sientes. Aquí has de dejar volar a tu corazón y apagar el ruido de tu cabeza. Una vez que lo describas has de estar seguro que crees a pies juntillas que es algo que puedes realmente conseguir, aunque te cueste y te lleve un tiempo. Si lo crees encontrarás la manera de llegar a ello, estarás dispuesto a pagar el precio del cambio y te reinventarás convirtiéndote en la persona en la que tienes que ser para conseguirlo. Y con esto paso al siguiente punto…
4.- La persona en la que te tienes que convertir
Esta clave marca la diferencia, creéme. Reinventarse para alcanzar aquello que quieres significa que tienes que hacer cambios en tus comportamientos y esos comportamientos se cambian cuando estás dispuesto a cambiar 3 cosas:
Tu manera de pensar.
Tu manera de ver y entender la vida.
Tu manera de relacionarte con los demás.
Por ejemplo, si quieres vivir de tu propio negocio y te da miedo vender, te da miedo perder seguridad o no sabes ni cómo plantear tu estrategia para conseguir clientes, tendrás que cambiar tus pensamientos respecto a la venta, tendrás que entender la vida desde la incertidumbre y tendrás que relacionarte con los demás desde una posición de mayor seguridad en ti mismo, creyendo en ti, en lo que haces y en lo que puedes aportar a los demás.
Es normal que al principio te sientas perdido sin saber muy bien por dónde tirar o cómo enfocar tu negocio y es porque estás tratando de funcionar con el patrón de la seguridad en vez de con el de la libertad de elegir y decidir tomando riesgos que sean controlables para ti.
5.- Lo que necesitas entrenar
Reinventarse con éxito requiere que trabajes en 4 aspectos esenciales de ti:
Tu capacidad de adaptación a un entorno lleno de incertidumbre, desde la serenidad
Tu capacidad de aprendizaje de las situaciones adversas para sacar una versión cada vez mejor de ti mismo.
Tu capacidad de interactuar con los demás en aras del bien común y no solamente del tuyo propio.
Tu capacidad de desapego para superar las resistencias a soltar todo aquello que ya no te ayuda a avanzar en tu camino.
Al final se trata de ser más junco y menos roble. Durante una fuerte tormenta el roble está a merced de ser partido por un rayo mientras que el junco se balancea, es flexible y está lo suficientemente enraizado como para salir de ella airoso.