A la hora de elegir, hazlo de forma consciente e informada y asegúrate de que tu elección sea una buena elección, independientemente del resultado.
Ya lo tienes decidido, vas a zambullirte en un proceso de ayuda y además quieres que ese proceso de ayuda sea el coaching. Llevas semanas dándole vueltas, hablándolo con tu pareja, con amigos, buscando información en internet y, ahora que ya lo tienes claro, te asalta una gran duda: ¿cómo elijo un buen coach?
Y es que la tarea de elegir al profesional adecuado no es nada fácil. Hay mucha información, muy diferente, a veces incluso contradictoria y nos vamos dejando arrastrar por la indecisión, la inacción, más indecisión, buscamos más información y, lo que empezó como una idea que te ilusionaba, pronto se convierte en un tema que te agobia.
Te animo a detener esa bola de nieve de dudas e inseguridad. Es una idea magnífica que quieres llevar a cabo por ti, como autocuidado, como vía de aprendizaje, desarrollo y crecimiento. ¡Es una buena idea!
Lo que ha ocurrido es que buscando información, pidiendo opiniones y dándole vueltas al tema, te has bloqueado. Se llama parálisis por análisis y, te lo prometo, no vas a poder salir de ahí a menos que te armes de valor y aceptes moverte aun con esa duda y con esa incertidumbre.
Teniendo en cuenta esto, he preparado una lista de puntos que me parece importante poder valorar a la hora de elegir un coach. No con el ánimo de añadir más información a tu ovillo de dudas, sino con la intención de que puedas depurar tu búsqueda, descartar opciones, buscar algunas nuevas si lo necesitas, comparar y decidir.
Sí, es cierto que no puedes asegurar el resultado, no puedes saber si tu elección es la correcta antes de tiempo; pero sí puedes evitar que te engañen, estafen o timen, puedes tomar una decisión consciente e informada y puedes asegurarte de que tu elección sea una buena elección, independientemente del resultado –si me sigues en Instagram, ya sabes a qué me refiero-.
Coge un cuaderno y un bolígrafo, y vamos al lío.
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Titulación y formación complementaria
Esto es básico. ¿Te has fijado en qué titulación tienen los profesionales que estás barajando? Probablemente tengan una carrera universitaria y quizás algún máster, pero ¿cuál es la titulación que les avala como coach? Esa es la cuestión.
El coaching es una profesión que todavía no ha sido regulada por el Estado –y no será por ser nueva, porque lleva unas cuantas décadas en España-, de manera que, legalmente, no se ha definido cuál es la titulación necesaria para poder presentarte como coach.
Esto tiene una consecuencia nefasta: básicamente cualquiera puede decir que es coach aun sin tener ningún tipo de titulación específica.
Como lo lees.
Además, otra consecuencia es que hay formaciones de todo tipo: cursos, expertos, máster, titulaciones sin grado académico, talleres vivenciales de fin de semana, etc.
Yo me formé en la Universidad Autónoma de Madrid y, siempre que alguien me pide consejo sobre dónde estudiar coaching, mi recomendación es formarse en una universidad pública. Por la rigurosidad académica, los conocimientos que ofrecen, la experiencia y, por supuesto, la titulación que posteriormente te avala como profesional.
Siguiendo esto, te animo a fijarte en qué titulación tienen los coaches que vas encontrando, qué organismo garantiza su formación, cuál era su titulación de base y qué formación complementaria ha ido cursando.
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Certificaciones
Dado que no hay una regulación por parte del Estado, tampoco hay un organismo público que al que adherirse cuando comienzas la actividad de coach –como sería un colegio profesional-. En su lugar, hay algunas instituciones privadas que ofrecen respaldar el trabajo de los coaches y son, de alguna manera, garantía de calidad.
En mi caso, todavía no me adherido a ninguna de estas instituciones porque estoy tratando de descubrir primero qué opinión tengo sobre ello.
Y si todavía no sabes lo que piensas al respecto, ¿por qué lo cuentas como punto clave a valorar en la elección de un coach? Porque si no conoces la titulación del coach, o esta no parece convencerte, pero resulta que se encuentra adherido a ICF y a ASESCO, por ejemplo, este podría ser un buen indicativo.
Por último, recuerda que hay distintos tipos de certificaciones. Fíjate si está certificado como profesional o solo es miembro adherido o asociado a la institución.
En caso de que este punto haya llamado tu atención, te animo a investigar qué requisitos son necesarios para certificarse en cada una de las asociaciones. De este modo podrás decidir si es importante para ti que tu coach esté certificado y qué certificación quieres exigir.
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Experiencia
Este punto no tiene demasiada miga. Tan solo ten en cuenta que en coaching la experiencia no solo se mide en años, se mide también en horas.
Y además, podría ser interesante contar con testimonios de sus clientes, saber si ha publicado algún libro o escribe en alguna publicación o en su propio blog –esto último puede darte información sobre su estilo, conocimientos, etc-.
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Forma de trabajar
Aquí podríamos incluir qué tipo de coaching hace –ontológico, humanista, norteamericano, con PNL, etc-, si dice estar especializado en un tema en concreto y cómo trabaja cuando está metido en el ajo. En relación al tipo de coaching, para gustos los colores.
En cuanto a estar especializado en un tema. Aquí prefiero reservarme la opinión, porque esto daría para otro artículo a parte que, por cierto, quizás me anime a escribir pronto en mi blog. Cuña publicitaria, si no lo conoces, te animo a visitar mi web www.spiritualmood.com y suscribirte a mi lista de correo. Por ahora escribo de Pascuas a Ramos, ¡pero a lo mejor algún día me animo a enviar una newsletter!
Por último, sobre la forma de trabajar cuando está metido en el ajo. El coach puede enviar un informe al terminar la sesión o puede no hacerlo, puede tener sesiones llenas de herramientas de coaching o puede basarse más en la conversación, puede mantener contacto contigo entre sesión y sesión o no, puede actuar de una forma profesional o no, puede gustarte su forma de comunicarse o no.
Observa qué sensación te da su forma de actuar, tu intuición va a jugar un papel muy importante.
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Precio
Y llegó el terrible momento de hablar del dinero. Es un tema, ¿verdad? Sé que el dinero a invertir es una de las mayores preocupaciones de las personas porque, cuando pensamos en ello, es cuando nos damos cuenta de que nuestra decisión va a tener un coste.
También tiene un coste de tiempo y un coste personal –no nos olvidemos que te estás poniendo en manos de una persona para conseguir un objetivo-, pero nada de eso parece importarnos tanto como el dinero.
El precio de las sesiones en coaching personal suele oscilar entre 50 y 120 euros por sesión. Esta horquilla varía entre países e incluso ciudades, pero es más o menos lo que suele verse en una búsqueda rápida.
Mi recomendación en este punto es, obviamente, atender a tus posibilidades económicas, siempre teniendo en cuenta que los precios muy bajos o las ofertas muy llamativas suelen dar que pensar.
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¿Cuántas sesiones te ofrece?
La verdad es que este punto no estuvo incluido en mi lista inicial, pero he visto en algunos blogs que sí debe ser tenido en cuenta a la hora de elegir coach. Así que, te lo presento.
Ten en cuenta si el coach está pidiendo un mínimo de sesiones o si no tiene ningún requisito en ese sentido. Si ofrece la posibilidad de ir pagando sesión a sesión, si ofrece packs, cuál es el método de pago y, aquí, yo incluiría también si te va dar la factura por los servicios contratados.
En temas de mínimo de sesiones, packs o forma de contratación, tú decides qué te da más confianza; pero hay dos cosas que yo, personalmente, sí exigiría:
La devolución de las sesiones no satisfechas. Si has contratado un pack, por ejemplo, y no vas a disfrutar de un número determinado de sesiones –porque no quieres, porque ya has llegado a tu objetivo o por el motivo que sea-, debería ofrecerte la posibilidad de devolverte el equivalente a esas sesiones.
La factura. Aunque no la quieras para nada, aunque no la vayas a declarar, aunque no lleves contabilidad de tus gastos; exige la factura.
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Tu intuición
Ya te lo he adelantado antes, tu intuición siempre va a jugar un papel fundamental en la toma de decisiones, pero en esta decisión aun más.
Una vez recabes toda la información que acabo de explicarte, vas a tener delante un montón de datos objetivos sobre la situación profesional de una persona: si formación, su experiencia, el precio de sus servicios, la forma en que trabaja, etc.
Y aquí puede ocurrir algo: que el profesional cumpla con todo lo que para ti es importante y, aun así, no te de feeling. Envíale un email, plantea tus dudas, nota cómo te sientes al comunicarte con esa persona y saca conclusiones.
Si algo no te convence y no sabes por qué es, no importa. Es por algo. Sigue buscando.
Hay una recomendación que siempre le doy a mis potenciales clientes cuando me plantean dudas y confiesan estar bloqueados sin saber qué hacer: busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo. (No se lo digo así, pero ese es el mensaje que lanzo).
Si estás planteándote empezar un proceso de ayuda, decide de qué tipo. Si quieres coaching, sienta la base de tu deseo: “quiero contratar un coach”. Una vez sabes esto, busca varios coaches, lee la información que brindan, pregúntales tus dudas y verás que, fluyendo, te darás cuenta de con cuál de estos profesionales congenias mejor.