A menos que el polvo sea con alguien de total confianza, las ganas deben calmarse de otras maneras.
La nueva realidad exige dejar esto de lado en compañÃa y tener presente que por ahora, la pareja sexual más segura, es la misma persona.
Nada más inconveniente que ponerse del lado de la abstinencia en el catre. Sin embargo, en momentos en que la pandemia se encuentra en una fase de aceleración, no queda más remedio que hacerlo, con la mente puesta en proteger la salud propia y del entorno.
SÃ, es una recomendación salida del contexto normal de este espacio, pero en las condiciones actuales debemos aceptarla.
A menos que el polvo sea con alguien que se encuentra bajo el mismo techo, las ganas de la planta baja deben calmarse de maneras diferentes. Aunque en el confinamiento se quiera echar mano del sexo para buscar placer a fin de lidiar con el estrés y la ansiedad o simplemente para pasar el tiempo, la nueva realidad exige dejar esto de lado en compañÃa y tener presente que por ahora, la pareja sexual más segura, es la misma persona.
Basta saber que el contacto fÃsico cercano es uno de los principales factores para transmitir el covid-19, y más si se comparten saliva y otras secreciones.
Y es que a la hora de las encamadas, lavarse las manos y no besar a la pareja no son suficientes para detener el virus, incluso si no se tienen sÃntomas, en razón de que 1 de cada 3 personas puede tener el virus consigo sin saberlo, lo que no evita que se pueda transmitir a otros. De ahà que la pareja más segura sea alguien con quien se ha compartido el encierro, nada más.
Aquà también vale dejar claro que relacionarse con extraños o con múltiples personas es una vÃa directa al contagio. Y en ese sentido, alternativas como la masturbación, el sexo telefónico, la relación por videollamadas, bajo condiciones seguras y permitidas, son opciones seguras mientras pasa esta contingencia.
Ahora, hay cosas que no se pueden aplazar, asà no se tenga pareja, como la toma de medicamentos, en caso de tratamientos antirretrovirales, reguladores hormonales y la realización de exámenes de seguimiento o diagnóstico de enfermedades de transmisión sexual. Al igual que controles y consultas, en caso de presentar algún sÃntoma relacionado con los equipamientos sexual y genital.
Aunque la palabra ya suena antipática, no queda más que reinventar la forma de apaciguar la planta baja.