LA RUTA DE LA SANIDAD


Maltrato. Rechazo. Abuso. Violencia. Muerte. Difamación. Abandono
Como cuchillos afilados, palabras y actitudes cortan tantas veces nuestro corazón en pedazos. Los días malos no piden permiso, como hielo en medio de un día tibio llegan con su carga oscura y te asaltan en cualquier esquina.

La herida sangra, y en ella se instala el dolor como una gangrena rápida.

Un corazón quebrado tiene un sangrado invisible. El proceso transcurre por dentro. El shock inicial nos enmudece, y luego seguimos en silencio, porque tampoco sabemos como tratar con lo que nos desorienta. Anestesiamos.
Cuando al fin viene la aceptación, como autómatas nos levantamos y seguimos con la vida anestesiando el dolor punzante, pretendiendo que no está, en un desesperado intento para acomodarnos a la situación y seguir adelante.
No es difícil saber que en algún momento levantamos el puño cerrado al cielo, o los ojos rojos, y con desesperación y angustia preguntamos ¿porqué a mí?

Los veranos del alma, los tiempos de pastos verdes suelen ser cortos, el dolor acecha en algún punto.
En los veranos de sol, alegría y descanso, no estamos pensando como armarnos de un refugio para cuando el próximo invierno del corazón venga con su helada novedad.
Las heridas reprimidas tienen una característica, producen dolores largos. Los recuerdos se suceden sin cesar. Decenas de años luego, solo permeando un poco la superficie el dolor aflora con toda su carga invalidante.

Algunas preguntas que suele hacerme la gente y las respuestas que pude elaborar…

¿Por qué Dios permite el dolor?
A veces pienso que los hombres (y digo hombres siempre en el genérico) no razonamos, o al menos no reflexionamos sobre nuestros problemas, tal vez fruto de la vida alocada e instantánea que llevamos….Con qué facilidad le damos la espalda a Dios una vida entera, y con qué facilidad luego, al primer problema le reclamamos sin pensar ….
Que los dolores, calamidades, desastres que pasamos, no son la voluntad de Dios, sino que provienen de un mundo que ha caminado lejos de El y de sus leyes eternas, y que pretende burlar todo el tiempo las pautas que El estableció para nuestro bienestar.
“No os engañéis, Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” Gal. 6.7
Si lees el génesis, Dios creó la tierra para ser el hogar del hombre. Y creó a hombres y mujeres para tener con ellos una familia. Sus deseos a lo largo de la palabra son de esperanza, bienestar y bondad. Pero vino la caída, y desde allí, el hombre camina lejos de El como fruto de la desobediencia.
La próxima vez que algo te ocurra, piensa, que no puedes evitar el dolor. Pero si puedes bajar el puño que levantaste al cielo, y volverte a Dios. Si lo haces encontraras Su abrazo, Su perdón, y Su amor .

¿No hay forma de terminar con el dolor?
NO. El Señor jamás nos prometió un mundo sin problemas, Jesús dijo “en el mundo tendréis aflicción” (Juan16.33) pero también dijo “¡confiad, yo he vencido al mundo!”
El Señor escribió en Génesis 8.22 que mientras esta tierra permaneciera no cesarían la sementera ni la siega, el frío y el calor, el invierno y el verano. Así como los tiempos de la tierra, los tiempos del alma se suceden. Tiempos de crisis siguen a los de calma. Tiempos de dolor y angustia siguen a los de estabilidad y alegría.
No podemos terminar con el dolor, pero sí podemos aprender a verlo desde otro punto de vista. Armados con las armas que el Señor diseñó para nosotros. Con las herramientas que El nos dejó en Su palabra.

¿Cuál es el proceso luego de la herida?

1-Shok inicial (la persona de desorienta, a menudo no sabe dónde está ni quien es)
2-Negación (esto no puede estarme pasando).
3-Ira (enojo, frustración)
4-Traslación (cargar la culpa sobre otros)
5-Culpa (condenarme por lo ocurrido)
6-Depresión (toda esperanza está perdida, no tengo perdón o no puedo perdonar)
5-Intentos de chantaje (Dios, si me sacas de esta, haré lo que quieras)
6-Aceptación ó represión de la situación (si hay aceptación el proceso de sanidad puede comenzar, si reprimo la herida, un recuerdo doloroso tendrá lugar)

¿Qué es la sanidad interior?
Es un proceso en el que abrimos las heridas, aceptamos a Jesús en ellas , y luego las rendimos ante Él. Aquí cabe una aclaración. Dios es nuestro Creador. Solo Él conoce la complejidad de nuestras emociones, sentimientos y angustias. Él es el fabricante de nuestra alma. Solo en Él está la sanidad de las heridas.
Como un río de vida, ternura, amor y perdón brotando de Su costado perforado, bajando en Su Sangre por esa cruz, la sanidad sigue fluyendo sin cesar sobre un mundo que agoniza herido.
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores ;y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” Isaías 53.4-5
La sanidad interior no es psicología cristiana. Respeto a los profesionales de la salud mental y su invalorable ayuda en el tratamiento de temas como adicciones, familia, comportamiento y demás. Yo misma cursé la mitad de la carrera. Pero, los que aprendimos a llevar nuestros dolores a la cruz, sabemos bien que no se puede tratar a una persona con psicología y con la Biblia en la misma base. La psicología es una ciencia humana. La Biblia es la eterna palabra de Dios, el manual del fabricante, el libro de instrucciones de su producto final (nosotros). Es el conjunto de leyes que gobiernan este universo y mi vida también.
Así como extraemos versículos bíblicos para tener esperanza, o pedir por salud, o por ganas de vivir, así los que tratamos con el dolor, aprendimos a buscar en la Palabra de Dios todo lo relativo al dolor. Se ha hablado mucho y mal de la sanidad interior, porque las personas tendemos a hacer mezclas extrañas tomando un poco de todo. Pero cuando yo me refiera a «sanidad interior» me estaré refiriendo siempre, a lo que el Señor nos dejó en Su Palabra.

La sanidad interior, no es más que resaltar algunas de las preciosas verdades de la Palabra, y abrirnos a que Dios permee nuestras heridas con Su Amor eterno e inmutable. Permitir Su abrazo sanador.
Solo en El encontramos la fuerza suficiente para emerger de nuestros hoyos oscuros. Solo en El encontramos la anhelada aceptación que nos permite hacer frente al rechazo.

¿Luego de sanarnos, no sentiremos más las heridas?
Si las recordarás (porque Dios no nos hizo amnésicos) pero les harás frente de otra manera, ya no te refugiarás en el alcohol, la desesperación, la droga, la angustia, el suicido. No correrás a otros brazos porque te sientes vacío. Porque estarás enfocado en otra cosa. Tus pies estarán sobre la roca. No anestesiarás más el dolor, y le harás frente de una manera valiente, porque sabes que en tu debilidad, puedes apropiarte de la fuerza.
Habrás aprendido a construir tu refugio en el verano, para cuando venga el invierno

¿Y los recuerdos?
Los recuerdos dolorosos encuentran a los pies de la cruz, la única cura posible. Aquí tengo que dar un enfático SI. Los recuerdos se sanan en Jesús. consultanos por el plan de restauración y la guía de estudio sobre el pasado. Te animo a colocar el pasado en su correcta dimensión y aprender a usarlo para tu crecimiento. Usa las crisis como herramientas para el cambio. Consulta «Tiempo de crisis» y «Si tu castillo se vino abajo»

¿Por qué comienza el proceso de sanidad?
1-por recibir a Jesús, en tu vida, para poder recibirle en tu herida. Si aun no le has abierto tu corazón a Cristo, consulta «Un faro en la tormenta».
2-confrontación. Saliendo de la anestesia. Reconociendo el problema y la necesidad de hallar soluciones.
3-Asumiendo la responsabilidad personal en el problema y la necesidad de cambio. Culpar a los demás no nos ayuda a salir. el cambio siempre comienza por uno mismo. consulta «Basado en tí» y «El poder de la decisión»
4-Arrepentimiento. Cambio de 180º llevado a la acción. Buscar perdón, sin arrepentimiento solo nos suma en círculos viciosos.
5-rompiendo el silencio. Confesión. consulta «Rompe el silencio».
6-tomando un compromiso serio con un plan de sanidad. El entusiasmo de un momento, no te llevara a buen puerto. El alma humana es compleja, no lograras sanar en un día, en unas horas, lo que se arruino en años.
7-volverte a Dios. Casi todos los conflictos por los que el hombre provienen de su caminar sin Dios. Le damos la espalda, le decimos “puedo sin ti!” y ahí vamos, sumiéndonos poco a poco en la oscuridad.
8-Comprender nuestra identidad en Cristo. consulta «identidad» y pide la guia de estudio sobre libertad e identidad, disponible en el plan de sanidad.
8-Cambio de maneras de relacionarse, abandono de viejos hábitos, compromiso con relaciones interpersonales sanas.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente