Qué difícil es afrontar aquella etapa en la que, cuando menos se dan cuenta, sus hijos han dejado de ser niños para convertirse en adolescentes. Pasar de cambiar pañales, llevar de la mano, atender las necesidades, etc. y luego afrontar el que ellos puedan hacer cientos de cosas por sí solos. Más allá de crecer en talla y peso, los jóvenes enfrentan cambios físicos, fisiológicos, psicológicos, ideológicos y demás, que a los padres les es difícil de entender. Entre tanto, uno de los factores que mayormente marcan su adolescencia es la identificación sexual y amorosa. Por lo tanto, los invitamos a estar atentos a este artículo y saber qué hacer como padres.
Es un proceso natural
En primer lugar, es clave que como padres entiendan sobre el proceso que la naturaleza misma se está encargado de realizar. Por supuesto, ustedes también pasaron por esa situación, donde los besos de sus hijos ya no son en la mejilla entre la familia, sino a su pareja en los labios. Por ende, es clave respetar la privacidad del adolescente sin adentrarse a fondo en asuntos que les conciernen a ellos. Ahora, se debe hablar abiertamente sobre protección sexual, estabilidad de pareja, planificación y todos estos asuntos que deben prevalecer (pero es un tema muy amplio que no entra acá). Respetar la privacidad es dar pie y lugar propio del adolescente a actuar en función de su unión como pareja sentimental.
Acompáñalos siempre
Como padres, debe existir acompañamiento al adolescente, con prudencia frente su forma de llevar la relación. Acompañar no significa hostigar presencialmente a los hijos, sino estar de cerca en aquella etapa aconsejando y guiando. Es primordial que, como adultos, comprendan el trasfondo de la situación y no tomen a la ligera los sentimientos. ¡Esto no es cosa de niños! Como muchos padres quieren hacer ver y, en consecuencia, pueden por terminar desperdiciando la oportunidad de que sus hijos confíen en ustedes. Asesoren, bajo su experiencia, el presente y futuro de sus hijos para que ellos tomen sus mejores decisiones.
Ser prudente con los permisos y el control
Diferenciar entre permitir y controlar, determinará el sendero que tomen sus hijos, ustedes, la relación amorosa de sus hijos y la relación de ustedes con sus hijos. La delgada línea entre asesorar y prohibir no debe romperse, y deben tener cuidado para, como acabamos de nombrar, no tropezar en ninguno de los cuatro caminos. La experiencia que ustedes han tenido como padres ayudará en la medida que acierten en sus comentarios. Estos comentarios les dará la suficiente confianza o, lamentablemente, les llevará a que el adolescente oculte sus vivencias para con ustedes.
Cuidar su autoestima
Potencialicen la autoestima de sus hijos estando cerca de ellos, escuchando, dialogando, solo así fortalecerán su vínculo. El adulto debe crear escenarios satisfactorios para el adolescente, reconociendo aspectos positivos que encuentre en él. Como padres deben servir de apoyo ante los desniveles emocionales, permitiéndoles expresarse y sintiendo que cuentan con apoyo. Entre tanto, sus hijos estarán controlando sus impulsos, aprendiendo a decidir sobre sus sentimientos, su cuerpo, su futuro, y podrán manejar mejor la presión. Para finalizar, reconozcan qué puntos positivos tienen sus hijos y, al conocer y mientras se relacionan con la pareja de su hijo, qué puntos negativos pueden cambiar y de qué forma hacerlo.