Anatomía del clítoris: explorando un iceberg
Cuando pensamos y hablamos del clítoris solemos referirnos a la parte visible, ese botoncito mágico que suele asomar entre los labios menores y es fuente inagotable de placer; pero ese botoncito es la punta del iceberg, apenas una décima parte de la superficie total.
Gracias a la uróloga australiana Helen O’Connel sabemos que el clítoris es un órgano sexual «ramificado» en la parte interna de la vagina, que abarca todo el perineo femenino. Un sistema móvil y flexible que trabaja en conjunto con la uretra, la pared vaginal y la red de nervios, músculos y glándulas para proporcionar placer a la mujer, pues es esta su única función conocida.
Es el órgano del cuerpo con más terminaciones nerviosas, incluso más que el pene; este tiene de 4.000 a 6.000 terminaciones mientras que el glande del clítoris cuenta con 8.000 fibras nerviosas.
Según O’Connel, este órgano tiene forma de pirámide: su pico es el glande, denso, con terminaciones nerviosas y receptores; su base forma el genital externo o vulva; sus «paredes» triangulares están envueltas por la uretra y la vagina. La pared vaginal es, de hecho, el clítoris.
Anatomía del clítoris
El clítoris se encuentra en la parte superior de la vulva, en la parte anterior del orificio vaginal, unido a los labios menores y recubierto parcialmente por estos, por lo que sólo es visible el glande, «la punta del iceberg». El «iceberg» completo se compone de dos partes grandes: glande y cuerpo o tronco. Como hemos visto, el glande tiene el doble de terminaciones nerviosas que el pene, 8.000 fibras nerviosas concentradas en un pequeño espacio, por lo que es tremendamente sensible.
Suele estar cubierto parcialmente por el capuchón o prepucio que lo protege, formado por la conjunción de los labios mayores y menores.
El cuerpo, también conocido como tallo, puede llegar a medir 5 cm; tiene forma cilíndrica y está formado por dos estructuras o cuerpos cavernosos unidos y que se prolongan hasta el hueso púbico. El tronco se divide en su término en dos tramos denominados raíces, dos largas y delgadas bandas de tejido eréctil que se extienden desde el tallo a lo largo de los dos huesos que forman el pubis y que envuelven la uretra y la vagina, extendiéndose hasta la zona situada entre el inicio de la vagina y el recto; su tamaño medio es de unos 7.5 cm.
Al lado de cada una de las raíces se encuentra una zona bulbosa de tejido eréctil, conocida como bulbos del clítoris. Están muy vascularizados y rodean por ambos lados la uretra y las paredes vaginales, directamente debajo de su mucosa, de modo que en su interior son como una esponja que se llena de sangre durante la excitación pudiendo llegar incluso a triplicar su tamaño. El tercio más externo de la vagina está constituida en parte por el tejido esponjoso de los bulbos, siendo este el motivo por el que esta es su parte más sensible.
Formación del clítoris
En el desarrollo embrionario, todos los fetos cuentan con el mismo tejido genital, por lo que hay una fase en que ambos sexos son indistinguibles. Es a partir de la 7ª semana de la vida embrionaria cuando comienza el desarrollo del clítoris y los órganos sexuales externos de la mujer.
El glande y el prepucio abandonan sus capas exteriores de células produciendo su separación. El clítoris se desarrolla a partir del tubérculo genital análogo al glande del hombre.
A partir de las doce semanas se empiezan a diferenciar aunque se parecen más de lo que pensamos: ambos tienen glande, prepucio, tejido eréctil y un pequeño orificio. Los labios menores que sirven de capuchón al clítoris, son el mismo prepucio masculino pero desarrollado para el sistema femenino. Incluso,las células de la cara interna del prepucio del clítoris se descaman y forman esmegma como en el caso del prepucio masculino.
Podría considerarse, por lo tanto, que es el homólogo del pene. Está formado por los mismos tejidos que este, y en su mayor parte, funciona de manera similar, pero presenta grandes diferencias: la uretra no pasa a través del cuerpo del clítoris por lo que su única función, a diferencia del pene, es la de proporcionar placer.
Tamaño del clítoris
En su conjunto, el clítoris mide generalmente unos 10 cm, la media del pene sin erección. El tamaño del prepucio varía considerablemente de una mujer a otra. No se basa necesariamente en el tamaño del clítoris.
Un clítoris corto y delgado puede tener un prepucio largo y un clítoris carnoso largo puede tener un prepucio delgado corto.
Se cree que la mayoría de las mujeres puede retractar su prepucio lo bastante como para exponer todo o gran parte de su glande clitoridiano, pero en otras está oculto casi en su totalidad. El tamaño medio del glande no erecto es de aproximadamente 4-5 mm de diámetro, pero puede variar de 1 a 15 mm.
El clítoris crece a lo largo de la vida. Después de la menopausia puede duplicar su tamaño respecto al que tenía la mujer cuando era adolescente. El embarazo también afecta a su longitud: las mujeres que han dado a luz lo tienen más grande que las que no.
En teoría, el tamaño del clítoris no influye en el placer sexual, tanto si el glande es pequeño como si es grande, cuenta con el mismo número de terminaciones nerviosas. Sin embargo, según un estudio publicado en Journal of Sexual Medicine, el tamaño total sí podría influir en el logro del orgasmo en las relaciones sexuales con penetración.
Excitación
Durante la excitación sexual, el flujo sanguíneo en los genitales aumenta produciendo una reacción en cadena: el tejido eréctil del interior de los labios menores y mayores se dilata y endurece, pudiendo triplicar su tamaño; la vagina se ensancha y dilata; los bulbos se hinchan pudiendo duplicar su tamaño.
El glande del clítoris también se dilata y endurece de manera similar al glande masculino, pues está formado por el mismo tejido eréctil suave llamado cuerpo esponjoso.
Cuando el glande se llena de sangre, crece, pudiendo llegar a duplicar su tamaño; esto puede provocar que los labios se separen dejando expuesto el interior de la vulva. De todos modos, dependerá del tamaño medio del glande, si es pequeño no asomará aunque esté erecto y duro.
El glande tiene en su superficie glándulas diminutas que producen un aceite lubricante que facilita que el prepucio se deslice suavemente sobre él. Este aceite unido a la lubricación provocada por las glándulas de Bartolino y las uretrales y parauretrales permitirá su estimulación.
Anatomía de la vulva
Para entender mejor el clítoris, es necesario entender también los órganos de los que forma parte. Los órganos genitales externos femeninos se encuentran en la parte baja del vientre y están formados por una gran cantidad de terminaciones nerviosas y vasos capilares que se dilatan durante la excitación, debido al mayor aporte de riego sanguíneo.
El Monte de Venus es el límite superior del área genital femenina. Cuenta con numerosas terminaciones nerviosas y vasos capilares que riegan los genitales. Generalmente está cubierto de vello que va desde el bajo vientre hasta la comisura de los labios mayores, donde comienza la vulva.
Esta se encuentra conformada por los labios mayores, los menores, el clítoris, las glándulas de Skene y las de Bartolino, el meato uretral y el orificio vaginal.
Los labios son pliegues salientes que bordean la vulva. Los mayores, desde el Monte de Venus, rodean la terminación inferior de la vagina y se fusionan entre sí. Su piel es similar a la del resto de la piel, aunque la superficie externa suele estar cubierta de vello púbico y es rugosa, mientras que la interna es lisa y en continuidad con los labios menores. Estos se encuentran dentro de aquellos y se extienden desde el capuchón del clítoris, formando un prepucio, hasta rodear el orificio de la uretra, la vagina y terminar en la llamada horquilla perineal, a pocos centímetros del ano. Su revestimiento es una membrana mucosa muy inervada e irrigada, sin glándulas sudoríparas ni folículos pilosos , por lo que son más sensibles. Su color, tamaño y apariencia varía de una mujer a otra, pudiendo ser desde muy finos y casi inexistentes, a gordos y protuberantes.
El meato urinario se encuentra entre el glande del clítoris y la entrada de la vagina; cuenta con numerosas terminaciones nerviosas y es muy sensible a la estimulación; por él se accede a la uretra, el conducto por el que pasa la orina desde la vejiga urinaria hasta el exterior del cuerpo.
Las glándulas de Bartolino se encuentran dentro de la vagina, justo a ambos lados del orificio vaginal; tienen forma de habichuela de aproximadamente un centímetro de diámetro. Cuando la mujer está excitada segregan un líquido claro y mucoso cuya función es lubricar la vagina para facilitar la penetración. Junto a estas se encuentran las glándulas de Skene, también denominadas Glándulas Uretrales, Punto U o Próstata Femenina, concretamente en la pared anterior de la vagina, alrededor del orificio externo de la uretra, cerca del punto G; están rodeadas de tejido que incluye la parte del clítoris que llega hasta el interior de la vagina. Como vimos en el reportaje dedicado a la eyaculación vaginal, durante la excitación sexual, las glándulas de Skene se llenan de un líquido que contiene enzimas, proteínas, glucosa, fructuosa y otras sustancias que expulsan durante el orgasmo.
Anatomía de la vagina
La vagina forma parte de los órganos genitales internos femeninos. Es un conducto fibromuscular elástico que se extiende desde la vulva, concretamente desde la apertura externa vaginal que suele estar parcialmente cubierta por una membrana llamada himen, hasta la cérvix o cuello uterino.
El orificio vaginal y la apertura de la uretra están protegidos por los labios, siendo este el motivo por el cual muchos confunden la vulva con la vagina; pero el término vagina se refiere exclusivamente a la estructura interna.
Su longitud varía según razas y genotipos teniendo de 8 a 11 cm como promedio, aunque puede dilatarse aumentando su longitud tres o cuatro centímetros más.
La vagina carece casi en su totalidad de terminaciones nerviosas, lo que facilita el parto al ser este menos doloroso. Es común una elevada sensibilidad en la pared vaginal anterior, concretamente en el tercio externo, cerca de la apertura, que contiene la mayoría de la terminaciones nerviosas vaginales, siendo esta la zona en la que se localiza el polémico punto G.
No obstante, algunos estudios científicos han detectado la existencia de otros puntos erógenos en el interior de la vagina: el punto A, el K y el U, que han avivado la polémica que existe en la comunidad científica entre los defensores de la existencia de dos orgasmos, vaginal y clitoridiano; y los que afirman que sólo existe este, pues todos los puntos erógenos de la vagina formarían parte de la estructura interna del clítoris.