Un estudio revela que después de un año las mujeres pierden el interés sexual en su compañero.
En las parejas estables entre 5 y 15 años, la probabilidad de que la mujer pierda el gusto por el sexo puede alcanzar el 137 por ciento.
Es hora, señores, de que sepan, de una vez por todas, que por encantadores que se sientan en la cama, el interés que despertamso en la mujer es finito, a tal punto que podría considerarse un recurso natural no renovable dados los estudios que lo demuestran.
Mi intención no es preocupar a nadie, sino simplemente traer a colación las conclusiones de una investigación recientemente hecha en la Universidad de Southampton en Inglaterra, que sin atenuantes dice que todas las mujeres después de un año pierden el interés sexual en su compañero a una velocidad mucho más rápida de la que ellos se imaginan.
El asunto, según estos magos, es que después de analizar a más de 10.000 participantes encontraron que en las parejas estables entre 5 y 15 años, la probabilidad de que se pierda el gusto por el aquello con el hombre que la mujer tiene al lado puede alcanzar el 137 por ciento. Mejor dicho, con el tiempo resulta más atractivo zurcir calcetines que el sexo marital.
Ahora no se trata de decir que en nosotros la pasión es perenne, nada de eso, pero lo cierto es que por su lado, las ganas se apagan más lentamente, a lo que se suma que las muejres tienden a manifestar esta apatía con más libertad, mientras que los señores se resisten a expresarlo, por cuenta de su machismo.
Y al buscar las causas de este hecho sabido, muchos tienden a responsabilizar a la convivencia como la asesina del deseo por cuenta de que la costumbre se desliza bajo las sábanas en forma de polvos sin sabor.
Otros van más allá y relacionan este desgano con una de sensibilización a nivel cerebral de las áreas que pueden reaccionar ante la novedad, es decir que la excitación ya no se produce mirando al hombre que se tiene al lado y más bien sí se valora como sexi a los extraños.
Pero cuidado. Esto no es tan así, porque cuando se trata de novedad, otros van más allá y no la relacionan con la persona, sino más bien con las actitudes y el entorno.
Si me permiten, las mujeres se cansan de la rutina, de las voces, de las mismas palabras y de las repetidas encamadas sonsas, en las que suelen caer los hombres que piensan que por tener una mujer al lado tienen todo ganado y desechan los preámbulos, la fantasía, el cortejo y, a la hora del sexo, simplemente van a lo que van. Eso, valga decirlo, aniquila cualquier cosa.
Ajeno como soy a las diatribas, no sobra recalcarles a los caballeros que si de las mujeres buscan respuestas gratas sobre el catre, deben empezar por entender que eso no es posible si no se sienten deseadas y reconocidas como un par de ustedes, a la hora del sexo.
Se los digo aquí: nada más excitante para una mujer que sentirse excitada, y así suene narcisista, gran parte de esto depende de ustedes, señores. El resto son polvos de trámite.