Los 24 derechos de las personas que manejan mejor la asertividad

Esta será una de las 10 habilidades que más pesará al momento de postularse para un mejor empleo, a la escasa vuelta de 2 años. Le contamos de qué se trata y por qué es tan importante dominarla. 

 

Con muchísima frecuencia nos cuesta encontrar el momento y la forma para decirle a un jefe, al compañero sentimental al amigo o a un subordinado lo que pensamos o lo que esperamos de ellos.

Lo anterior obedece a la falta de asertividad, una fuente principal de frustración en las comunicaciones humanas. Cuando nos enfrentamos a situaciones en las que es imprescindible manifestar nuestra posición, recurrimos a formas de expresión excesivamente agresivas o sumisas que acaban por afectar nuestra autoestima. 

Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre las dos conductas polares: la agresividad y la sumisa (o no-asertividad). Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos.

Es una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de auto confianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la ira.

La asertividad permite decir lo que uno piensa y actuar en consecuencia, haciendo lo que se considera más apropiado para uno mismo, defendiendo los propios derechos, intereses o necesidades sin agredir u ofender a nadie, ni permitir ser agredido u ofendido y evitando situaciones que causen ansiedad.

Es una actitud intermedia entre una actitud pasiva o inhibida y otra actitud agresiva frente a otras personas, que además de reflejarse en el lenguaje hablado se manifiesta en el lenguaje no verbal, como en la postura corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión facial, y en la voz.

Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente. La asertividad impide que seamos manipulados por los demás en cualquier aspecto y es un factor decisivo en la conservación y el aumento de nuestra autoestima, además de valorar y respetar a los demás recíprocamente.

Esta conducta asertiva nos permite insistir en nuestros deseos sin caer en trampas verbales o artimañas manipuladoras del interlocutor y sin dejarnos desviar del tema que nos importa, hasta lograr nuestro objetivo.

La frase “Promueve lo que te encanta, en vez de atacar lo que no te gusta. Sé asertivo”, resume lo que realmente se acerca a la asertividad. Además esta será una de las 10 habilidades que más peso tendrá en unos dos años para conseguir un nuevo empleo o escalar dentro de una compañía.

Siempre nos hemos enfocado en desarrollar habilidades técnicas y le hemos dados más importancia a títulos profesionales a la hora de contratar a alguien que analizar si una persona realmente tiene inteligencia emocional o se ha interesado en desarrollar nuevas habilidades blandas.

Cómo mentor en formación recomiendo que nos esforcemos en estudiar y desarrollar esta habilidad que ayuda no solo a reforzar el autoestima sino además ayuda a solucionar matrimonios, amistades, negocios y relaciones familiares. La asertividad parte de la idea de que todo ser humano tiene ciertos derechos aquí mencionamos algunos, una recopilación de información de algunos autores y textos:
1. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
2. En ocasiones, derecho a ser el primero.
3. Derecho a equivocarse y a hacerse responsable de sus propios errores.
4. Derecho a tener sus propios valores, opiniones y creencias.
5. Derecho a tener sus propias necesidades y que éstas sean tan importantes como las de los demás.
6. Derecho a experimentar y a expresar los propios sentimientos y emociones, haciéndose responsable de ellos.
7. Derecho a cambiar de opinión, idea o línea de acción.
8. Derecho a protestar cuando se es tratado de una manera injusta.
9. Derecho a cambiar lo que no nos es satisfactorio.
10. Derecho a detenerse y pensar antes de actuar.
11. Derecho a pedir lo que se quiere.
12. Derecho a ser independiente.
13. Derecho a superarse, aun superando a los demás. (Castanyer: 1996:48)
14. Derecho a que se le reconozca un trabajo bien hecho.
15. Derecho a decidir qué hacer con el propio cuerpo, tiempo y propiedades.
16. Derecho a hacer menos de lo que humanamente se es capaz de hacer.
17. Derecho a ignorar los consejos de los demás.
18. Derecho a rechazar peticiones sin sentirse culpable o egoísta.
19. Derecho a estar solo aun cuando otras personas deseen nuestra compañía.
20. Derecho a no justificarse ante los demás.
21. Derecho a decidir si uno quiere o no responsabilizarse de los problemas de otros.
22. Derecho a no anticiparse a las necesidades y deseos de los demás.
23. Derecho a no estar pendiente de la buena voluntad de los demás.
24. Derecho a elegir entre responder o no hacerlo.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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